¿Sabías que también puedes tener dolores físicos por ansiedad? ¡Te lo contamos todo!

Una consulta de un médico. Un paciente con miedo manifestando dolores corporales sin causa aparente. Un diagnóstico: ansiedad.

Si algo nos duele en nuestro cuerpo nuestra primera hipótesis suele ser la de pensar que algo está fallando en nuestro organismo, esta idea alarma a muchas personas que acuden su médico aterradas al pensar que algo malo está pasando en su organismo.

“¿Cómo puede ser que no pare de dolerme el pecho si no tengo problemas pulmonares o cardiacos?” “Me duele la cabeza muy a menudo y en ninguna prueba sale nada perjudicial.” “¿Qué me está ocurriendo?” Estas son algunas de las preguntas que las personas suelen hacerse a sentir continuas molestias en su cuerpo sin poder aparentemente encontrar una causa.

Dolores físicos por ansiedad

Dolores musculares continuos, dolor de cabeza, dolores estomacales y dolor en el pecho son las molestias que más manifiestan las personas aquejadas de ansiedad. ¿Por qué duelen estas partes del cuerpo? ¿Es normal? Descubre porque te duele el cuerpo.

Dolores físicos por ansiedad Musculares

Cuando una persona vive con miedo a enfrentarse a determinadas situaciones, sus músculos se tensan como mecanismo corporal de defensa o huida; pero no sólo este proceso surge ante esas circunstancias concretas, sino también al hecho de estar imaginándolas una y otra vez de forma catastrófica, aunque esté en su casa. Hay personas que generalizan el sentimiento de miedo como un continuo en su día a día, lo que provoca una constante tensión corporal y malestar general del cual no es consciente muchas veces, ni ha aprendido a identificar. La tensión muscular provoca dolores, sensación de sobrecarga y las famosas contracturas. El dolor de espalda y de cuello son los más comunes en las personas aquejadas de cualquier patología ansiosa.

Llevar a cabo ejercicios de relajación (en los que va ser importante la regularidad del entrenamiento), va a ser una magnífica idea para trabajar nuestra tensión corporal. Sobre todo es interesante escoger ejercicios de relajación como el de Jacobson en el que se practica con sensaciones de tensión y distensión de todos los grupos musculares, con el fin de que aprendamos a identificar nuestra tensión corporal (de la cual a veces no somos conscientes por su presencia continua) y podamos generar nosotros mismos la relajación.

Dolores de cabeza

Sensaciones de presión o tensión alrededor de toda la cabeza de manera continua. Las personas manifiestan sentir como tener una venda o un “casco” alrededor de la misma que le aprieta la cabeza. A veces incluso aparecen otros síntomas como hormigueo o sensación de pinchazos en la superficie craneal. El dolor de cabeza producido por la ansiedad se denomina  cefalea tensional. Las cefaleas tensionales se producen tras una contracción de los músculos del cuello y del cuero cabelludo, los llamados músculos pericraneales.

Generalmente la cefalea tensional supone un dolor con una intensidad leve o moderada durante un limitado periodo de tiempo y, si bien es cierto que resulta muy molesta a la persona que la padece, a priori no impide realizar las actividades diarias (como bien pudiera ocurrir en el caso de una migraña), por lo que en sí misma no supondría una gravedad excesiva.

La cefalea tensional constituye el tipo de dolor de cabeza más frecuente en la población, sobre todo en las mujeres. De hecho, se estima que en torno al 80% de las personas ha padecido un dolor de cabeza de tipo tensional a lo largo de su vida.

Como ya hemos mencionado, la ansiedad guarda una relación bidireccional con la tensión muscular, constituyéndose ésta como uno de los principales síntomas de la ansiedad: a mayor ansiedad, mayor tensión muscular, al igual que a mayor tensión muscular, mayores niveles de ansiedad. Y, como acabamos de ver, la cefalea tensional se puede definir como una contracción muscular continua de los músculos de la cara, el cuero cabelludo y la nuca o el cuello, por lo que por este motivo dentro del tratamiento de la cefalea tensional se suele recomendar trabajar también técnicas específicas de manejo de la ansiedad o el estrés (técnicas de relajación, gestión de ansiedad, ejercicio físico…).

Dolores físicos por ansiedad estomacales

Cuando tenemos emociones encontradas, estrés o nos enfrentamos a situaciones inciertas, muchos solemos sentirnos revueltos e identificar lo que sentimos como algo desagradable, incluso podemos localizar esas sensaciones en el cuerpo, “siento nervios en el estómago” decimos a veces, pues bien, esto no es ninguna cuestión al azar ya que, además del cerebro, nuestro sistema digestivo también colabora para hacer frente a las dificultades.  Lo cierto es que el sentir emociones implica a todo nuestro sistema nervioso al completo, de ahí síntomas como molestos los nervios en el estómago, que resultan incómodos.

También debemos tener en cuenta, que una respiración alterada, propia de los estados ansiosos puede producir un exceso de gases que pueden producir molestos y continuos pinchazos estomacales.

Dolores en el pecho

Otro de los dolores físicos por ansiedad que manifiestan muchas de las personas son los pinchazos en el pecho que se manifiestan a lo largo de su día a día, resultando desagradables y provocando en la persona una gran incertidumbre, al no conseguir despejar esta incógnita: ¿A qué se deben los pinchazos y dolores en el pecho?

La tensión muscular

La emoción principal que se esconde detrás de la ansiedad es el miedo. Nuestro cuerpo responde ante las emociones. Cuando tenemos miedo nuestros músculos se encogen como mecanismo de defensa y esto puede desembocar en lo que conocemos como tensión muscular. Nuestro cuerpo tiene memoria y acumula la tensión, esta es la explicación a que también podamos sufrir esos pinchazos en el pecho cuando estamos en un momento aparentemente tranquilo.

La respiración

Cuando sufrimos ansiedad debemos tener en cuenta que los patrones de respiración que establecemos pueden estar alterados (respiración superficial, agitada…) Este tipo de patrones de respiración provocan que los músculos intercostales y los músculos que están alrededor del pecho sufran alteraciones que se manifiestan en forma de pinchazos.

Cómo ves, la ansiedad también puede doler aunque esto no significa que algo grave nos esté pasando, o que estemos dañando irremediablemente nuestro cuerpo. Nuestro organismo nos avisa y debemos aprender a escucharlo.

Uno de los aspectos que consideramos clave en el tratamiento de la ansiedad es la adquisición de conciencia del propio cuerpo, aprender a escucharle, entenderle y cuidarle va a ser clave para dejar de sentir los molestos dolores físicos por ansiedad.

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