Cada vez más se empieza a hablar de la serotonina como la “hormona de la felicidad”, puesto que es parte responsable de que nos sintamos bien y relajados pero, ¿sabemos exactamente qué es la serotonina?

La serotonina es un neurotransmisor del cerebro. Guarda una estrecha relación con los procesos psicológicos, puesto que un desajuste de serotonina está relacionado con la aparición de problemas de ansiedad o depresión.

¿Qué es la serotonina?

La serotonina (ó 5-HT) es una hormona y uno de los principales neurotransmisores cerebrales, esto es, una sustancia química que se produce en el cerebro y cuya función principal es la de transmitir señales o información entre una neurona y otra -una neurona es una célula nerviosa, que se encuentra en el cerebro o sistema nervioso-, regulando su intensidad. Más concretamente, forma parte de las monoaminas, uno de los tres grandes tipos de neurotransmisores.

Se produce dentro del cerebro (y en el intestino), y su precursor es el conocido triptófano, un componente de las proteínas o aminoácido que se obtiene a través de los alimentos y que, unido a una enzima llamada “triptófano hidroxilasa”, forman la serotonina.

¿Para qué sirve?

Debemos entender, que su principal función  es la de inhibir o modular la conducta de las personas. La serotonina puede encontrarse durante todo el cuerpo, por lo que cumple múltiples funciones complejas, aunque las principales son:

  • Regula o estabiliza las emociones, tanto positivas como negativas, y el estado de ánimo. Inhibe la agresividad o conductas disruptivas.
  • Regula el ciclo del sueño, el ritmo cardíaco, el apetito (saciedad) y la digestión (de hecho, se estima que entre el 80-90% de la serotonina del cuerpo se encuentra en el tracto gastrointestinal).
  • Facilita un estado de placer, relajación y bienestar (siempre y cuando su concentración no sea excesiva, ya que entonces produce bajo deseo sexual). De hecho, se le suele conocer como la “hormona del placer” o la “hormona de la felicidad”.

¿Cuál es la relación con la ansiedad?

Es posible que te preguntes, ¿por qué hablamos de la serotonina? La respuesta es sencilla. Porque en general, un desajuste en sus niveles está relacionado con episodios de ansiedad y depresión.

De hecho, la serotonina se ha relacionado ampliamente con la depresión, la cual, a nivel biológico, se caracteriza precisamente por un importante déficit de serotonina (de ahí la función de los antidepresivos ISRS –Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina-, aumentar la concentración de serotonina en el cerebro).

Respecto a la relación entre la serotonina y la ansiedad, algunos estudios sugieren que bajos niveles de serotonina guardan más relación con la ansiedad generalizada, el trastorno de pánico o el trastorno obsesivo-compulsivo, mientras que una alta concentración de serotonina está relacionada con la aparición de fobia social.

En resumen, la serotonina es un neurotransmisor, una sustancia química cerebral que cumple importantes y variadas funciones en el ser humano. Un desajuste por exceso o por defecto de serotonina está relacionado con la aparición de problemas de ansiedad y depresión.

 

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