Desde el primer minuto del día en el que se decretó el estado de alarma, el cual nos obligó a quedarnos en casa, nuestra manera de relacionarnos con los demás comenzó a cambiar de rumbo. Desde ese mismo instante, casi sin saberlo y sin darnos cuenta, caminábamos hacia nuevas formas de relacionarnos.

En una primera fase, comenzamos a experimentar ese cambio a la hora de mantener contacto con nuestros familiares, seres queridos y amigos de manera virtual. A través de videollamadas (o en su defecto, llamadas de teléfono) hemos sido capaces de poder conectarnos con los demás desde nuestras respectivas casas, de celebrar cumpleaños, de tener comidas familiares, de tomar el aperitivo o incluso unas copas un viernes por la noche. Durante estos dos meses de confinamiento, hemos conseguido adaptarnos a esta manera de poder mantener nuestras relaciones sociales y familiares en la distancia, tanto es así que hasta nos hemos arreglado y echado colonia para estos encuentros virtuales, como señal de cercanía social. ¿Pero… qué pasa ahora que podemos volver a encontrarnos sin necesidad de tener una pantalla de ordenador de por medio? Tendremos que adaptarnos teniendo en cuenta un concepto clave en todo esto, el distanciamiento social.

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Distanciamiento social

¿Qué significa este término? Se trata de la práctica de mantener una distancia física mayor a la habitual (2 metros) con respecto a otras personas, así como evitar el contacto directo con personas u objetos en lugares públicos durante el brote de una enfermedad contagiosa para minimizar la exposición y reducir la transmisión de la infección.

La OMS quiere rectificar sobre el término y comenzar a llamarlo Distanciamiento Físico, ya que, en realidad literalmente es así, reducción del contacto físico puesto que podemos seguir manteniendo relaciones sociales pero condicionadas por esa distancia física tan importante para frenar entre todos la expansión del covid19. En otras palabras, entraríamos en una fase de acompañamiento social con distanciamiento físico, así evitaríamos cualquier conexión con un sentido de aislamiento social utilizando un lenguaje más ajustado para describir lo que se requiere en estos momentos.

¿Por qué es tan importante el distanciamiento social en estos momentos?

Es una de las armas más poderosas que ahora mismo tenemos contra el covid 19, tiene como objetivo reducir la frecuencia de contacto y aumentar la distancia física entre las personas, reduciendo así los riesgos de transmisión de persona a persona.

Fijaros en la siguiente imagen, un monton de cerillas juntas puestas en fila.

cerillas distanciamiento social

¿Qué ocurriría si se enciende una? Exactamente lo que estás pensando, que al final terminarían todas ardiendo. Pues ahora traslada esto mismo al concepto de mantener la distancia física. ¡Estamos intentando no arder todos a la vez! Por tanto, es importante que mantengáis esta distancia y seáis en la medida de lo posible responsables con esta disposición.

cerillas ejemplo distanciamiento social

Somos seres de contacto físico

Entiendo perfectamente que esto de la distancia social/física no nos guste nada, somos seres de contacto, de abrazar, de besar, de dar la mano, de dar una palmada en la espalda, de acariciarnos, de mirarnos a los ojos de cerca, de reunirnos y sentir el calor físico de nuestra gente, de ir a un concierto y disfrutar dando saltos con el resto, de ir a un partido de futbol y cuando nuestro equipo marca gol abrazarnos con el de al lado promovidos por la emoción y la alegría…. Una de las formas de expresión y regulación emocional que tenemos es mediante el contacto físico con los demás.

Gracias al contacto físico con los demás:

  • Aumenta la segregación de oxitocina, una hormona que genera bienestar.
  • Aumenta la segregación de dopamina, la cual está relacionada con la mejora del estado de ánimo.
  • Disminuye el estrés y la ansiedad.
  • Mejora la autoestima.
  • Reducción de la presión arterial.
  • Mejora de la seguridad en uno mismo.
  • Aumento de la serotonina, la gran combatiente de la depresión.
  • Favorece un estado de relajación.
  • Se genera química de contacto con el otro lo cual favorece la empatía y comprensión.
  • Fortalecen los vínculos emocionales que mantenemos con el resto.

Aclarar que el contacto físico no es la única fuente para que podamos obtener estos beneficios.

¿Qué hacemos si no podemos mantener contacto físico?

Adaptarnos. Ya, ya, sé que es fácil decirlo y complicado de hacer, yo también tengo ganas de dar un abrazo a mis familiares, pero recordad que ES POR UN BIEN COMÚN, y que llevando a cabo el distanciamiento físico NOS PROTEGEMOS Y PROTEGEMOS A LOS MÁS VULNERABLES. Somos seres sociales con una alta y fuerte capacidad de adaptación, aunque adaptarse a la “nueva normalidad” nos llevará un tiempo.

Tendremos que aprender poco a poco a desarrollar y potenciar nuestra expresividad emocional y fortalecer nuestros vínculos con los demás de otras maneras que no impliquen un contacto físico directo. No podremos utilizar con las personas que apreciamos el elemento de comunicación no verbal de la cercanía física pero sí el resto de conductas no verbales: Una sonrisa, un gesto amable, una mirada, un tono de voz cálido, acompañado de un lenguaje verbal de apoyo y en el que la otra persona se sienta acogida o simplemente, nos sirva para mantener una conversación animada y entretenida de cualquier tema.

Por supuesto hay que tener en cuenta que las palabras van a adquirir una importancia mayor de la que tenían antes de toda esta situación, por tanto, tendremos que recurrir a la expresión verbal para comunicar nuestros sentimientos y emociones a los demás.

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