Desear es acaso la actitud más permanente que tenemos en cuanto seres humanos. El deseo nos pone en obra, nos moviliza, nos empuja, nos dirige, nos coloca en la situación de búsqueda. El deseo es, en ese sentido, el reconocimiento de la incompletud humana, de la falta, de la ausencia, de que carecemos de algo que nos resulta importante por algún motivo. El deseo nos invita a salir de nosotros mismos, nos pone en contacto con lo otro y por lo tanto con nuestro límite, pero también con nuestra posibilidad de ser. Mediante la vivencia de ese algo que falta somos capaces de entrar en contacto con lo otro, con lo que nos es ajeno y quisiéramos que nos fuera propio y también con lo que no lo será nunca. Para conseguir lo que nos falta, un objetivo o una meta no solo basta con el deseo, necesitamos un ingrediente más, la persistencia, la tenacidad, que hace que nos mantengamos en la búsqueda hasta encontrar.

¿Qué es la persistencia?

Perseverar es una virtud humana que permite mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión. La perseverancia se pone de manifiesto frente a obstáculos y frustraciones en la persecución de metas, y en la adhesión a principios establecidos previamente. Es un valor también para alcanzar lo que se desea a pesar de las cosas negativas que puedan pasar. Se dice que la perseverancia está en la base de la fuerza de voluntad.

¿Qué implica la persistencia?

  • La perseverancia implica estabilidad, confianza y un propósito, dirigidos a obtener un determinado final en objeto o acción, manteniéndose constante en la prosecución de lo iniciado, hasta su logro.
  • Implica prolongación en el tiempo, superación de las dificultades que provienen de la prolongación del esfuerzo en el tiempo.
  • Lo complicado es saber persistir ante la frustración de un fracaso, por tanto, ser persistentes implica saber manejar esta frustración y vencer las ganas de abandonar.
  • Implica saber y conocer donde están nuestros límites, ser flexibles con nosotros mismos y reajustar las metas y los objetivos. Ya que en ocasiones tendemos a querer subir a un quito piso sin pasar por el primero, el segundo, el tercero y el cuarto, lo que puede originar que fracasemos estrepitosamente y abandonemos.
  • Ser perseverante significa aprender de los errores y corregir nuestro rumbo si es necesario.
  • La perseverancia nos ayuda a eliminar hábitos negativos de nuestras vidas e incorporar hábitos más saludables a nivel emocional y también a nivel fisiológico (alimentación, deporte…)

Beneficios de ser perseverantes

Gracias a la perseverancia aumenta la probabilidad de que consigamos nuestros objetivos y metas, esto supone que:

• Nuestra sensación de autoeficacia por haber conseguido lo que queríamos aumente.
• La autoestima también se ve involucrada en este proceso, al conseguir el éxito saldremos reforzados y por tanto nuestra autoestima también.
• Ayuda a mejorar nuestras habilidades y capacidades para desarrollar nuevas técnicas para superar obstáculos y aprender de los errores.
Valoraremos más los logros obtenidos, ya que tendemos hacerlo cuando han sido difíciles de conseguir.
• Gracias a la perseverancia desarrollamos y potenciamos una mentalidad más resiliente.
• Aumenta nuestra capacidad de control frente a las experiencias y situaciones para conseguir nuestra meta.

Según un estudio de Zainal, NH y Newman, MG (2019).  Las personas perseverantes tienen menos riesgo de sufrir ataques de pánico, ansiedad y depresión. Así como, la disminución de pensamientos obsesivos y bucles de preocupación. Ya que se enfocan más en la resolución de problemas, creatividad y reflexión positiva.

Ejercicios para potenciar la persistencia

DISFRUTAR DEL CAMINO

Objetivo: Tomar consciencia de los logros obtenidos no solo al finalizar un proyecto, sino también durante el camino.

Descripción: En una cartulina, dibujar un camino que lleva hacia una meta. Ese camino representa el proyecto sobre el que estamos trabajando.

A través del análisis y la reflexión, determinar los aprendizajes conseguidos durante el proyecto, oportunidades, contactos y nuevos caminos encontrados, etc. Ir colocándolos a lo largo del camino, dibujando cada uno mediante un símbolo que lo represente. De esta forma, obtendremos una representación gráfica del camino y de la meta, que reflejará la reflexión realizada.

Este ejercicio se puede realizar tanto antes, como durante o al final de la realización de un proyecto.

Se puede apoyar con técnicas de visualización del camino o realizarlo, en vez de con una forma gráfica, mediante la escritura.

Conclusiones: Cuando realizamos una actividad no sólo importa el resultado final. Durante el proceso recibimos oportunidades y aprendizajes y, si somos conscientes de ellos, podemos aprovecharlos mejor.

Tiempo: 50 minutos.

Materiales: Papel y lápices de colores.

TÚ TIENES LA LLAVE

Objetivo: Conseguir aumentar la persistencia partiendo de los propios intereses y fortalezas de la persona y neutralizando los posibles “boicoteadores”.

Descripción: Elige un objetivo que lleves tiempo deseando cumplir y todavía no hayas conseguido. Debe ser un objetivo claro y realista. Es conveniente que sea también muy motivador y a corto plazo para que facilite el arranque.

Ahora describe las veces en las que has intentado llevarlo a cabo y qué factores personales o de tu entorno han funcionado como “boicoteadores” de tu objetivo: estrés, prisas, nuevas tecnologías, exceso de curiosidad o creatividad, exceso de tu capacidad de amar (anteponer objetivos de ayuda a otros a los propios), etc. Es importante que identifiques esos factores para poder empezar a controlarlos.

Una vez que hayas identificado al menos tres de esos factores, vas a diseñar una estrategia que te ayude a neutralizarlos, es decir, a dejar los fuera de juego por un tiempo, que será el que dediques a trabajar en tu objetivo. La estrategia puede ser apagar el móvil, dejar fuera de tu vista el ordenador, libros o revistas que llamen tu atención, o reservar un momento para practicar la relajación y la conciencia plena.

Elige un momento de la semana en el que te resulte más fácil aplicar esa estrategia (ej: el sábado por la mañana, antes de que se despierte el resto de la familia) y prográmate un tiempo determinado para dedicar en exclusiva a tu objetivo. Durante ese tiempo, es importante evitar todo tipo de interrupciones.

Cuando cumplas con el periodo de trabajo establecido, puedes premiarte con una actividad placentera como recompensa por el esfuerzo, al tiempo que experimentas la satisfacción del logro cumplido.

Conclusiones: Ante una persistencia en niveles bajos es importante detectar los factores que pueden estar influyendo en ella para controlarlos y poder así trabajar por alcanzar nuestros objetivos.

Tiempo: 30 minutos.

Materiales: Papel y bolígrafo.

TIRANDO LA TOALLA

Objetivo: Identificar cuándo es el momento de abandonar una meta en busca de otra más flexible.

Descripción: En ocasiones nos empeñamos en seguir una metodología que no funciona para conseguir llegar a una meta. O bien, nuestra situación o el contexto en que nos encontramos, ha evolucionado y la meta que perseguimos ha dejado de ser alcanzable.

Indicadores:

Sentido. ¿Sigue teniendo sentido esa meta para mí?
Energía. ¿Me da energía o me la quita?
Si la consigo, ¿Qué puede pasar en mi vida (consecuencias)?
¿Y si no la consigo? ¿Qué plan alternativo puedo proponerme?
Opinión externa. A veces es bueno contar con la opinión de un juez ajeno a la situación.

Aceptación. La perfección no existe y no siempre llegamos a todo. A veces tenemos que dejar unas metas de lado para dirigirnos a otras más acordes con nosotros mismos.

Conclusiones: Ser flexibles en nuestras metas nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos.

Tiempo: Dos horas mínimo para sopesar adecuadamente.

Materiales: Papel y lápiz.

PEQUEÑOS EJERCICIOS DIARIOS

• Planificar un gran proyecto y terminarlo antes de tiempo.
• Selecciona dos actividades que encuentres atractivas y significativas y da el 100% en ellas.
• Márcate mínimo una meta pequeña cada semana. Conviértela en pasos prácticos, cúmplelo en el plazo previsto, y supervisa tu progreso de una semana a otra.
• Trabajar más duro que de costumbre es tu meta más importante.
• Elige una persona que pueda ser tu modelo, un ejemplo a seguir y determina cómo puedes imitarle, seguir su camino.
• Escribe tus metas y objetivos y ponlos donde se puedan ver con regularidad. ¡Deja que le inspiren!
• Toma el control de al menos una nueva situación en el hogar o el trabajo, algo que puedas manejar. Si no lo logras, revisa tu plan, pero no te des por vencido hasta que termines.
• La persistencia de las personas consiste en terminar lo que se comienza, persistir en el intento de alcanzar sus objetivos a pesar de encontrarse con dificultades a lo largo del camino.
• Asiste a un seminario o taller sobre gestión del tiempo.
• Comparte sus metas con tus seres queridos. ¡Deja que te inspiren regularmente!
• Piensa en lo que te gustaría lograr en los próximos cinco años.
• Desarrolla una hoja de ruta y evalúa la forma en que tus aptitudes concuerdan con tus objetivos.
• Ten en cuenta la forma de cortar tus pérdidas en tareas que no requieren de persistencia.
• Para tu próxima tarea difícil, haz un cronograma (horario) realista.

¿Se os ocurre alguno más?

Persistir en un objetivo inútil solo supone un gasto de esfuerzo y tiempo que no producen ningún resultado. Es preferible perseverar cuando la posibilidad de éxito es razonable. Fíjate un objetivo realista (no quieras subir al quinto sin pasar por el resto de pisos), traza un plan de acción (pasos a seguir para llegar al objetivo), fortalece la flexibilidad ante las dificultades, se resolutivo, ten claro tus límites y sobre todo disfruta del proceso independientemente de los resultados.

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