Nuestra vida y las circunstancias del día a día van cambiando continuamente, cada vez que nos levantamos tenemos nuevas experiencias por delante que nos toca vivir de alguna determinada manera. Nuestros estados emocionales van a depender de según como nosotros transitemos por esas experiencias, que recursos y herramientas pongamos o no en marcha, que interpretación y perspectiva le damos al hecho… es decir, como lo afrontamos. Hoy te hablamos de herramientas poco convencionales para nuestro bienestar emocional.

¿Qué es el bienestar emocional?

El bienestar emocional se entiende como un estado de salud mental que contribuye a que los seres humanos presenten sentimientos de optimismo, confianza, compromiso, felicidad y sensación de satisfacción con uno mismo. Hoy sabemos que el bienestar emocional se relaciona con la adaptación positiva y el afrontamiento de adversidades y está asociado a una reducción de los factores de riesgo relacionados con los problemas de salud mental.

El bienestar emocional es una condición necesaria para una adecuada salud. Un estado de salud positivo implica una dimensión psicológica de bienestar emocional, de satisfacción con uno mismo y con el entorno. El bienestar emocional depende de la valoración que se realiza a nivel cognitivo (juicios de satisfacción/insatisfacción) y a nivel afectivo (valencia positiva o negativa) tanto de la vida en general como de las diferentes facetas que la componen (p. ej., trabajo, amigos, sanidad, etc.).

La sensación de bienestar implica, de este modo, una combinación de valoraciones subjetivas asociadas a experiencia afectivas. Un juicio de satisfacción asociado a un tono emocional positivo traerá como consecuencias un sentimiento de bienestar y plenitud. Un juicio de insatisfacción asociado a un afecto negativo sobre la vida y sus circunstancias conllevará una sensación de ausencia de bienestar. Tal estado de bienestar influye en nuestra satisfacción vital y determina, en cierto modo, nuestro estado de salud.

Un aspecto importante para nuestro bienestar emocional es saber manejarnos con nuestras emociones. Recordemos que las emociones forman parte de nuestro ser y son fundamentales para nuestra supervivencia y adaptación, tanto al mundo, como a los demás como a nosotros mismos. Por ello es importante aprender a identificarlas y atenderlas debidamente para que nuestro bienestar emocional se mantenga estable.

Algunas herramientas poco convencionales para gestionar nuestras emociones

Diario emocional

Poder escribir sobre lo que nos esta sucediendo o como nos estamos sintiendo nos puede ayudar a llevar a cabo el primer paso para manejar nuestras emociones que es el autoconocimiento emocional. A través del conocimiento de nuestras emociones, y del proceso que siguen nuestros pensamientos (metacognición), podemos llegar a darnos cuenta de la diferencia que existe entre “sentir una emoción” y ser consciente de lo que se está sintiendo y verse arrastrado por ella. La autoconciencia exige un conocimiento íntimo y exacto de nosotros mismos y de las emociones. Asimismo, requiere la comprensión y la predicción de nuestras reacciones emocionales ante las situaciones. Poner palabras a lo que sentimos regula por sí mismo la intensidad de nuestras emociones, y es clave para comunicarnos con los demás y regularnos mediante la relación con el otro. ¿en que nos ayuda? Conocer las propias emociones. Tener consciencia y control de las propias emociones.

  • Comprender y entender nuestras propias emociones.
  • Conocer nuestros patrones de respuesta (maneras en las que respondemos) ante determinadas situaciones.
  • Facilita la posterior expresión verbal de nuestras emociones.
  • Mejora la gestión de las emociones pues hacemos conscientes nuestros procesos emocionales.
  • Predisposición hacia la regulación emocional. Es el primer paso para encaminarnos hacia este hecho.

Si te inicias en esto del diario emocional te recomiendo que visites este enlace donde describo con mayor precisión los pasos para poder hacer uno.

Meditación/mindfulness

Los modelos basados en mindfulness, enfatizan la importancia de experimentar los fenómenos emocionales, permitiendo que ocurran todas las experiencias emocionales, incluso aquellas que sean desagradables y dolorosas. Aceptar la experiencia emocional es lo contrario de la supresión, significa no comprometerse con las emociones y no reaccionar de forma automática ante las mismas.

Basado en la psicología budista, Simón (2013) propone el afrontamiento de las emociones difíciles a través de siete peldaños:

  1. Pararse. Consiste en parar, hacer una pausa cuando la emoción sea intensa y desagradable, dirigiendo la atención al fenómeno emocional. De esta forma, se interrumpe el condicionamiento, creando la posibilidad de dar una respuesta distinta.
  2. Respirar hondo, serenarse. Apoyarse en la respiración. Si la emoción es intensa, respirar hondo un par de ocasiones o dirigir la atención en aquella parte del cuerpo donde la emoción se manifieste. No se trata de evitar, sino de permanecer presente y con ello, permitir que la emoción se exprese.
  3. Tomar consciencia de la emoción. Consiste en familiarizarse con la emoción a través de la experiencia directa. Observando qué tipo de situaciones son capaces de generar dicha emoción y detectar que estímulo en concreto la dispara. Identificando de qué emoción se trata, observando el proceso mental y corporal que compone la experiencia emocional.
  4. Aceptar la experiencia, permitir la emoción. Implica ser testigo de cómo surge la resistencia y el rechazo ante la presencia del malestar emocional. Pero en lugar de responder de forma reactiva, permitimos que la emoción se exprese tal y como es.
  5. Darnos cariño (autocompasión). El reconocimiento del malestar emocional permite relacionarnos con nosotros mismos con ternura y compasión.
  6. Soltar la emoción, dejarla ir. Dejar que la emoción siga su curso natural, hasta que disminuya y desaparezca. Sin implicarnos en el circulo vicioso de pensamiento-emoción-pensamiento-emoción. Frases del tipo “Yo tengo esta emoción, pero no soy la emoción” aceleran el proceso de la desidentificación.
  7. Actuar o no, según las circunstancias. Una vez realizados los pasos descritos, y si la situación lo requiere, es posible dar una respuesta adecuada

Escucha música

La música siempre ha sido un excelente medio para catalizar el mundo interior de la persona. Sus posibilidades creadoras e integradoras facilitan la propia conciencia de la experiencia vivida y permiten despertar, contemplar e integrar emociones, pensamientos y sentimientos. La música, como lenguaje, favorece la interrelación, la expresión y la relación afectiva, y contribuye a la consecución del bienestar personal.

Se ha observado que, al escuchar alguna música agradable, se pueden activar sustancias químicas en el Sistema Nervioso Central, estimulándose la producción de neurotransmisores como la dopamina, las endorfinas y la oxitocina, experimentándose un estado que favorece la alegría y el optimismo en general. Al parecer, estas sensaciones ayudan a la movilización de información de carácter inconsciente que genera cambios en la actividad neuronal, facilitando la expresión de emociones, la descarga de sentimientos e impulsos reprimidos o incluso el brote emocional de conflictos o situaciones traumáticas. En este sentido, la respuesta emocional surgida ante los estímulos musicales no es homogéneas, sino que resultan muy diferentes entre una persona.

Arte terapia

El arte fomenta las reacciones emocionales en las personas que disfrutan de él. Del mismo modo también favorece el desarrollo de la imaginación y en relación a esto, la capacidad de reflexión y de comunicación, así como la creatividad. El arte se convierte así en el medio idóneo para transmitir emociones y sentimientos. Utilizar cualquiera de las disciplinas artísticas como medio de expresión puede ayudar a descubrirse a sí mismo, a sobreponerse a problemas o a tomar decisiones para continuar hacía delante.

Al hacer arte y reflexionar sobre los productos y procesos artísticos realizados, las personas pueden aumentar el conocimiento de sí mismas y de los otros, hacer frente a los síntomas, al estrés, la ansiedad y de esta manera reforzar sus habilidades cognitivas.

El arte es un campo apropiado para el impulso de expresión personal y de comunicación que su obra creada provee un importante medio visual que representa emociones, sentimientos y pensamientos. Las obras plásticas son objetos concretos en donde los conflictos y deseos inconscientes, aptitudes, relaciones con otros, conocimientos y preocupaciones se hacen presentes. El arte terapia ayuda a enfrentarlos y a saber vivir con ellos. Nos permite transcribir aquellas emociones y sentimientos por medio de colores, formas y símbolos permitiendo narrar nuestras vidas.

Bibliografía:

Fonseca-Pedrero et al. (2017). Bienestar emocional en adolescentes riojanos. No hay salud sin salud mental. Universidad de La Rioja.

Guerrón Pérez, E. T. (2015). Guía didáctica de estrategias en arte terapia para el trabajo con adolescentes entre las edades de 16-18 años que presenten ansiedad del colegio fiscal “Octavio Cordero Palacios” (Bachelor’s thesis, Universidad del Azuay).

González García, A., López Granados, A. D., & Díaz Cayuela, J. (2019). La influencia de la música en las emociones.

Mosquera, I. (2013). Influencia de la música en las emociones: una breve revisión. Realitas. Revista de Ciencias Sociales, Humanas y Artes1(2), 34-38.

Pérez de Albéniz et al. (2017). Guía promoción del bienestar emocional. Universidad de la Rioja.

Salcido, L. (2014). Mindfulness para regular emociones: programa inteligencia emocional plena y su adaptación a una plataforma virtual (Doctoral dissertation, Tesis de Doctorado, Universidad de Málaga, Facultad de Psicología, España).

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