¿Cuáles son las causas del colon irritable? Nuestra microbiota intestinal (llamada también microflora intestinal) es el nombre que recibe hoy la población de microorganismos que habitan en nuestros intestinos, la mayoría beneficiosas, con diversas funciones. Estos desempeñan una función vital en nuestra salud y puede verse afectada de manera negativa por una mala alimentación y un estilo de vida ligado al estrés.

Existe una comunicación bidireccional entre el cerebro-sistema nervioso y el intestino-microbiota. Tal es la conexión, que el cerebro puede influir en la microbiota intestinal modificando su microambiente a través del sistema nervioso autónomo entérico, mediante el control de la motilidad intestinal, modulando las secreciones del tracto digestivo y el moco epitelial, alterando así la permeabilidad del intestino y su vascularización y estimulando la liberación de hormonas o neurotransmisores en la luz intestinal. Por medio de esta relación se establece el estrés como una de las causas del colon irritable.

Relación del estrés con el intestino

El estrés , que se define como una grave amenaza a la homeostasis, muestra sus efectos tanto a corto y como a largo plazo sobre las funciones del tracto gastrointestinal. La exposición al estrés conduce a una amplia gama de trastornos gastrointestinales como el colon irritable, enfermedades funcionales gastrointestinales, la úlcera péptica y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Los principales efectos que tiene el estrés sobre la fisiología del intestino y que coinciden con la sintomatología del colon irritable incluyen:

  • Alteraciones en la motilidad gastrointestinal.
  • Aumento en la percepción visceral.
  • Cambios en la secreción gastrointestinal
  • Efectos negativos en la capacidad regenerativa de la mucosa gastrointestinal y el flujo sanguíneo de la mucosa.
  • Efectos negativos sobre la microflora intestinal.
  • Los efectos negativos sobre la microbiota intestinal
causas del intestino irritable

En el sentido cerebro-intestino-microbiota, el cerebro controla la motilidad, la secreción de ácido, bicarbonato y moco, la permeabilidad y la respuesta inmune de la mucosa. Todas estas funciones son necesarias para el mantenimiento de la capa mucosa y el hábitat donde crecen las bacterias. El estrés altera el eje cerebro-intestino modificando la cantidad y calidad del moco secretado. Esto altera el hábitat y la composición de la microbiota intestinal. Además, el estrés aumenta la permeabilidad del intestino y permite el paso de bacterias comensales, alterando de nuevo la composición de la microbiota.

Causas del colon irritable: Relación entre la alimentación y la microbiota intestinal

Como ya sabemos, el funcionamiento de la microbiota intestinal, está asociado a diarreas, gastroenteritis, gases y diversos trastornos digestivos como el colon irritable.  Por todo esto, es importante mantener una flora intestinal equilibrada y una alimentación sana nos ayudara a conseguir este objetivo.

Disponemos de dos vías para reforzar y asegurar la presencia de la microbiota beneficiosa:

  • Probióticos: Son microorganismos vivos que tienen un efecto beneficioso sobre la salud cuando se toman en la cantidad adecuada. Se pueden encontrar de forma natural en algunos alimentos como el yogur, el kéfir, el chucrut, miso, chocolate negro, queso blando, pepinillos en vinagre, berenjenas en vinagre (encurtidos en general), microalgas, pan de masa madre y otros productos fermentados, y ayudan a restablecer el equilibrio de la flora intestinal. Son beneficiosos para tratar gran número de problemas digestivos y para prevenir infecciones intestinales y urogenitales.
  • Prebióticos:  Son sustancias no digeribles de algunos alimentos, que estimulan el crecimiento y actividad de la flora intestinal. Los prebióticos se encuentran en muchos alimentos de forma natural, como son la remolacha, las alcachofas, achicoria, los espárragos, el puerro, cebolla, ajo, las legumbres, los tubérculos como la patata y el boniato, o en cereales integrales (como el trigo, la avena y la cebada, que contienen inulina). Estos alimentos son auténticos «manjares» para la flora intestinal y ayudan a su desarrollo.

Tener presente el estrés como factor desencadenante, nos permitiría sin duda ofrecer una estrategia terapéutica más. A esta nueva perspectiva, añadir que lo recomendable es trabajar de manera conjunta psicólogo – nutricionista, el primero dotará al paciente de estrategias para la reducción del estrés, y el segundo aportará las pautas de alimentación adecuadas para paliar entre ambos los síntomas y el mal estar generados por el síndrome del colon irritable.

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