El trastorno de la personalidad por evitación se caracteriza por una extrema sensibilidad a las opiniones de los demás, esta sensibilidad lleva a las personas que lo sufren a evitar de manera deliberada las relaciones con otras personas. Además, tienden a mantenerse excesivamente vigilantes ante cualquier movimiento o expresión de la gente que les rodea, mostrándose tensos y ansiosos, esto es debido al gran temor a ser rechazados o dar una mala imagen.

Es característico el miedo persistente en el momento de relacionarse con otros y sentirse evaluados por ellos. Para escapar de esa angustia, la persona evita estar con otros individuos, de esta forma los niveles de ansiedad desaparecen, pero a largo plazo mantiene el problema y da lugar a sentimientos de tristeza y malestar agudos. Estos pacientes mantienen contacto con un número muy reducido de personas, siendo este contacto con aquellos que se sienten seguros y en confianza.

Causas del trastorno de ansiedad por evitación

Aunque no es clara la evidencia, hay diferentes factores que pueden dar lugar a un trastorno de la personalidad por evitación:

• Desde el punto genético, es probable que exista un cierto componente hereditario, es decir, las personas con antecedentes familiares podrían tener una mayor predisposición a padecer este tipo de problemática, al igual que en otros trastornos de la personalidad.

• La parte fisiológica también podría influir en la aparición de este trastorno. De esta forma, personas que hayan sufrido cambios físicos o corporales, como consecuencia de una enfermedad o cualquier otro problema, podrían sufrir una alteración en su autopercepción y seguridad en sí mismos.

• Igualmente, las experiencias sociales previas del individuo pueden ser también relevantes a la hora de desarrollar este perfil de personalidad. Por ejemplo, situaciones de bullying, maltrato psicológico, abusos, etc.

Características clínicas

Se podría afirmar que las personas con trastorno por evitación suelen presentar los siguientes patrones de conducta:

Evitación y aislamiento deliberado de otras personas y situaciones sociales.

Ansiedad y malestar agudo en situaciones sociales.

Timidez extrema en las relaciones con otras personas, a pesar de querer tener contacto y amistades.

Hipersensibilidad ante las opiniones o críticas de otras personas.

Baja autoestima, autocrítica constante y valorándose como inferior al resto de personas.

Desconfianza hacia el resto de personas, anticipan que serán juzgados y humillados.

Hipervigilancia y alerta permanente.

Evitación del contacto físico con otras personas, lo perciben como invasivo y desagradable.

¿Cómo trabajamos ante un trastorno de personalidad por evitación?

Uno de los tratamientos más desarrollados y con mayor efectividad es el del tratamiento centrado en el enfoque cognitivo-conductual. A través de este enfoque se desmontan las creencias disfuncionales del paciente, ayudándole a reestructurar sus patrones cognitivos y de conducta.

Los objetivos con los que trabajamos son:

• Identificar los esquemas cognitivos disfuncionales responsables del miedo al rechazo y de la conducta evitativa para modificarlos por otros más adaptativos.

• Exposición gradual a las situaciones que el paciente teme o evita

• Desarrollar habilidades sociales y mejorar la asertividad para poder establecer unas relaciones sociales satisfactorias

• Desarrollar o fortalecer la autoestima

• Tolerar la frustración y aceptar que no siempre vamos a ser aceptados.

• Aprender a manejar la respuesta de ansiedad.

También suele ser de utilidad trabajar con terapia grupal, en este tipo de terapia se facilita que el paciente comience a desarrollar las competencias básicas para desenvolverse con otras personas, fortaleciendo así el trato con otros individuos y facilitando que el paciente normalice su problemática y tome consciencia de que otras muchas personas experimentan los mismos temores y miedos que él.

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