Unos de los síntomas más temidos por las personas que padecen ansiedad son la despersonalización y la desrealización, quizá tenga mucho que ver con la serie de planteamientos que surgen en las personas tras experimentar estas sensaciones. Sin embargo a pesar de ser una de las cuestiones más consultadas por los pacientes, son uno de los síntomas de los que menos se habla, estamos al parecer ante algo muy potente y silencioso a la vez.

¿Que son la despersonalización y la desrealización?

Entendemos la despersonalización como la sensación de irrealidad y de extrañeza con uno mismo. Los pacientes que acusan estas sensaciones las describen como ¨estar fuera de su propio cuerpo o mente¨.

Por otro lado, la desrealización alude a la sensación de irrealidad y de extrañeza con el mundo que rodea a la persona.

En muchas ocasiones existe una correlación entre las dos, es decir, la percepción incómoda de uno mismo o del entorno pueden ir juntas.

Dice el Doctor Antoni Bulbena que despersonalizarse o desrealizarse tiene que ver con algo que no tiene palabras, como la sensación que uno tiene ante la música o ante el amor. Son percepciones subjetivas de uno mismo o del entorno y esto no siempre es fácil de identificar ni expresar.

Ocurre que el miedo constante a sentir estas sensaciones puede llevar al sujeto a cuestionarse su salud mental, su propia vida e incluso el sentido de su existencia. Hablamos de un miedo profundo a perder la razón, de un miedo básico oculto que es perder la identidad personal, acompañado de una angustia extrema que lleva a la persona a establecer un pensamiento obsesivo en la búsqueda y análisis de sus percepciones. Existe una obsesión por percibir el mundo de la manera que la persona considera normal.

¿Pero qué es normal?

Resulta que nos encontramos inmersos en una cultura donde la hiperealidad y la hiperconexion forman parte de nuestro día a día, es decir, abrir determinadas puertas de exploración produce miedo. Por el contrario, para todas esas culturas que están basadas en algún tipo de introspección, en algún tipo de meditación, esto no resultará tan complejo, pues explorar determinados estados es parte de la vida.

Y es que, si los límites de exploración de uno mismo y de las propias sensaciones son muy altos, es posible que la sensación de despersonalización no aparezca, pues simplemente estaré explorando, el problema se produce cuando esa sensación produce miedo, cuando la relación que establezco con la sensación es negativa.

Hay quien busca estas sensaciones, como un elemento terapéutico o como un elemento de reposo y es que podemos encontrar algunas ventajas. Las sensaciones de despersonalización y desrealización parecen tener relación con la desconexión de una parte del cerebro llama ínsula, que es la zona que nos hace percibir la experiencia fisiológica negativa, es decir, nos permite desconectar del malestar fisiológico. Supone protección ante el miedo. Nos protege en un momento determinado ante un trauma importante, es decir, desconectarse es un mecanismo de supervivencia.

El problema se produce cuando determinadas sensaciones producen miedo en el sujeto, cuando aparece de forma reiterada y cuando de alguna manera se establece como un patrón de comportamiento.

La variable miedo es muy importante, el objetivo será desconectar la sensación desagradable, trabajar que esta experiencia no produzca miedo, desconectar el miedo de esto, conseguir que esta sensación no se perciba en el sujeto como un descontrol oceánico, vivir la experiencia aunque sea no grata como parte de nuestra propia integración, y entender que yo soy tanto lo grato como lo no grato, soy tanto lo que controlo como lo que no controlo. El tratamiento estaría enfocado a tomar conciencia de uno mismo, si uno toma conciencia de uno mismo este síntoma deja de tener tanta importancia, hablamos de trabajar la conciencia entre lo esencial y lo accesorio, cuando una sensación se convierte en lo esencial crearemos un problema, cuando se convierte en accesorio, de alguna forma podemos manejarlo.

Podemos llegar a la conclusión de que lo importante no son las sensaciones en sí, ni siquiera el miedo a enloquecer, lo que realmente angustia a las personas es la posibilidad de quedarse fuera del mundo, aislados de sus sensaciones, como si hubiesen perdido el tren para siempre y ya no pudieran reconectar con aquello que les rodea, ni participar de ello, consideran que su experiencia es única y que no se puede ser compartida por lo que no pueden interaccionar con el mundo como quisieran. Cuando las personas acuden a consulta vienen muertas de miedo, pensando que han descubierto algo, un secreto que les separa del mundo que les rodea para siempre. Les enseñamos a familiarizarse con esa sensación y a no asustarse ante ella, pero procuramos que no se deshagan del todo de esa sensación de percepción del mundo porque quizá no estén tan equivocados como creen.

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