La felicidad se define como “el estado de disfrute”. El significado de felicidad puede ser muy variado, dependerá de los valores de la persona, lo que uno considera que le hace feliz a otros no. ¿Qué otras alternativas existen más interesantes que la felicidad?

La presencia de felicidad se ha convertido en una tarea vital central en la sociedad occidental. Nuestras relaciones y actividades diarias están destinadas a estar dirigidas al objetivo de la felicidad. Pero ¿es alcanzable la felicidad? Tal vez la ausencia de felicidad afirma nuestra humanidad y nuestra compasión por los demás.

Mitos respecto a la felicidad

  • Una persona feliz, tiene que ser feliz siempre y no sentir ninguna emoción «negativa».
  • “La felicidad es difícil de conseguir, solo la pueden obtener unos pocos afortunados”.
  • Una persona feliz tiene ausencia de problemas.
  • Una persona feliz nunca tiene un mal día.
  • Una persona feliz irradia felicidad constantemente.

Es frustrante pasarte la vida persiguiendo algo tan efímero y huidizo. Además de tener que ocultar cómo te sientes de verdad. La felicidad tal y como la entendemos (placer, reforzadores externos, estabilidad o perfección) es o inalcanzable, o poco sostenible.

Las alternativas que se llevan a la práctica son más interesantes, es decir: en lugar de buscar un resultado, busca una intención y ponla en marcha voluntariamente y con frecuencia. Y la intención siempre está bajo tu control. Para ello puedes utilizar la puesta en marcha de:

  • Implicación: supone convocar a tus valores y preguntarte para qué haces lo que haces. Mientras más sentido consigas traer a tu día a día, más fácil te será involucrarte. Te pueden ayudar preguntas como ¿Qué puedes hacer hoy para implicarte más en algo que te importa? ¿Qué puedes seguir haciendo todos los días? ¿Cómo puedes transmitir a los que te rodean que vuestra relación te importa?
  • Gratitud: es nuestra capacidad de convocar a voluntad, gracias al lenguaje y a la imaginación, lo positivo que tenemos en nuestra vida. Algo muy importante sobre la gratitud es que no trata de eliminar todo lo oscuro y lo vulnerable de nosotros. La clave de la gratitud no es cómo te hace sentir, sino la capacidad que tiene para cambiar tu forma de actuar. Dirigir tu atención a lo que va bien es una manera de quitar atención a los pensamientos negativos y sobreponernos a ellos. Es una forma de recordar lo que de verdad importa y elegir nuestra conducta en consecuencia. Con preguntas como ¿En qué momento del día podrías agradecer lo que tienes? ¿De qué forma te gustaría hacerlo (mentalmente, escribiendo, hablándolo con un amigo o con tu pareja)? El camino hacia el manejo de la gratitud puede ser más sencillo.
  • Conciencia plena: observar las cosas tal y como son, tus pensamientos, tus sensaciones, tu respiración. Nuestra infelicidad no es tanto lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Abre perspectiva de libertad y espacio en medio de nuestro sufrimiento. Pero ¿cómo llevarlo a la práctica? encuentra un rato al día para prestar atención a tu respiración, tus sensaciones, tus pensamientos… sin juzgarlos, sin dejarte llevar por ellos, solo observando.
  • Autocuidado: Cuidarse es responder a la pregunta: ¿qué podría empezar a hacer por mí hoy mismo que significara tratarme con más amabilidad?

Estrategias que te ayudarán

Una vez que hemos presentado en qué consiste la verdadera felicidad, te presentamos algunas estrategias que pueden ayudarte a vivir alejado de esa “falsa felicidad” y focalizado más en ti de manera plena.

  • Ponte objetivos reales y no muy lejanos: la sensación de feliciadad y motivación aumenta cuando vamos cumpliendo con nuestros objetivos, pero ojo, tienen que ser realistas. En caso de que sea un objetivo a largo plazo la estrategia es dividirlo en objetivos a corto plazo.
  • No prestes tanta atención a los pensamientos negativos. Pensar todo el día en lo castrófico que puede ser el futuro no ayuda. Piensa ¿qué pruebas tienes de que eso se vaya a cumplir? Solo un 3% de los pensamientos que comienzan por un Y SI se cumplen. Céntrate en el aquí y ahora y no anticipes.
  • No te compares con los demás. Cuando caemos en esta trampa solo vemos lo que nos gusta de la otra persona y todo lo negativo y que no nos gusta de nosotros. En vez de perder el tiempo así, sal y relaciónate con los demás e intenta conectar y ser consciente de lo que te generan esos pequeños momentos.
  • Haz deporte. Se ha comprobado que no hay mejor manera de facilitar la sensación de felicidad que a través del ejercicio físico. El deporte nos moviliza, regula nuestro organismo y nuestra mente.
  • Acepta. Es posible que te aburras, estés triste, sientas estrés, miedo… pero intenta que estas emociones y sentimientos no te arrastren y gobiernen tu vida, el objetivo es no convertir esas emociones en el centro de atención de tu cerebro, simplemente obsérvalas, entiéndelas e intenta hacer algo para mejorarlas.

Como ves, la felicidad puede estar presente todos los días a través de gestos y momentos muy sencillos, no hace falta que suceda algo extraordinario para sentirse feliz, en lo que trabajaremos es la conciencia plena del momento presente. De esta forma, podrás ver que tu felicidad está en ratitos como tomar un café, dar un abrazo, hacer ejercicio, conectar con la naturaleza, pasear el perro, tener sexo o simplemente darnos un baño.

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