Tú no eres sin mí, yo sólo soy contigo”, como canta Fito. ¿Te sientes identificado/a con esta frase? ¿Eres una persona que se entrega “en cuerpo y alma” a la relación de pareja, dejando de lado todo lo demás? ¿Crees que el amor está por encima de todo, a cualquier precio? Quizá tengas dependencia emocional y no lo sepas. Veamos.

¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional hace referencia a un patrón específico desadaptativo de relación de pareja caracterizado por el estilo de apego ambivalente y por una demanda y necesidad extrema de afecto por parte de la pareja. Se suele decir que se “engancha emocionalmente” al otro.

Lleva consigo un elevado desequilibrio entre los dos miembros de la pareja, puesto que la persona con dependencia emocional antepone a su pareja por encima de todo, asumiendo un rol inferior o sumiso, idealizando y sobrevalorando al otro. Como consecuencia de ello, suele generar un gran malestar y sufrimiento en la pareja.

Características de las personas emocionalmente dependientes

¿Cómo saber si mi pareja es dependiente emocional? ¿O acaso podría llegar a serlo yo y no me he dado cuenta? En términos generales, existen una serie de características que, en su conjunto, podrían ayudarnos a identificar a una persona con dependencia emocional:

  • Baja autoestima. Este es uno de los pilares básicos de las personas con dependencia emocional, una de sus principales causas. Las personas con dependencia emocional tienen un bajo concepto de sí mismas, creen que no son válidas, que son inferiores a los demás, que no son merecedoras de cariño porque no tienen nada bueno que aportar, por lo que generalmente necesitan que los demás cubran sus necesidades básicas y afectos. Se valoran en tanto en que son pareja de. Abundan los pensamientos irracionales negativos como: “Le necesito para ser feliz, sin él/ella no soy nada”, “Tengo que ser la pareja perfecta”, “Sería HORRIBLE que me dejara”, etc, así como creencias nucleares que ponen el énfasis en la idea de que el amor está por encima de todo, la entrega incondicional y absoluta a la pareja (con el consiguiente abandono de uno mismo), entre otros mitos del amor romántico.
  • Ausencia de reforzadores. La pareja es el centro de toda su vida. La pareja es el único y el más potente reforzador, por lo que su felicidad depende exclusivamente de una persona. Le prioriza por encima de todo (incluso de uno/a mismo/a), puesto que se convierte en lo más importante, en lo único importante. Es frecuente que los planes de ocio siempre sean en pareja y no tanto en grupos sociales más amplios, puesto que su mayor disfrute es su pareja, y si es en exclusividad, mejor que mejor.
  • Alta necesidad de aprobación y cariño. Las personas con dependencia emocional suelen querer agradar a todo el mundo, y a su pareja en particular, en un intento activo de evitar un hipotético rechazo. Es frecuente que la persona con dependencia emocional adopte ideas o gustos similares a su pareja.
  • Miedo al rechazo, al abandono y a la soledad (y, consecuentemente, pánico a la ruptura). El mero hecho de imaginarse siquiera la ruptura produce elevados niveles de ansiedad, angustia –e incluso pensamientos obsesivos- y bajo estado de ánimo. La persona, simplemente, no puede concebirse sin su pareja, puesto que ésta lo es todo. Por tanto, evitará cualquier indicio de problemas o discusiones, y se amoldará al otro para evitar perderlo. No saben estar solos.
  • Demanda (continua) de afecto y exclusividad. La persona con dependencia emocional “necesita” comprobar que su pareja le quiere y le demuestra constantemente su amor, pero “nunca es suficiente”. Suelen ser bastante comunes, asimismo, las conductas de hipervigilancia o control excesivo de la pareja, características de conductas celotípicas.
  • Déficit de habilidades sociales y asertividad. Las personas con dependencia emocional, como puede resultar lógico, suelen adoptar un estilo pasivo o inhibido en sus relaciones, anteponiendo los derechos de los demás a los suyos propios.

Si te ves reflejado/a en algunas de estas características o crees que alguien de tu entorno podría tener dependencia emocional, no pongas excusas, busca ayuda profesional. En Amadag podemos ayudarte.

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