Las taquicardias es un síntoma típico de la ansiedad. Asusta mucho y puede que sea el síntoma primordial por el que muchas personas que las sufren acuden a urgencias hospitalarias, pensando que están sufriendo un ataque al corazón o que se van a morir. ¿Por qué nos dan tanto miedo las taquicardias?

Las taquicardias se producen cuando hay una aceleración en la frecuencia cardiaca. Se considera taquicardia cuando la frecuencia cardiaca es superior a 100 latidos por minuto en una situación de descanso.

La ansiedad es una reacción emocional que cumple una función adaptativa, ante determinadas situaciones que valoramos como peligrosas o amenazantes para nosotros. Cuando esto ocurre nuestro corazón se acelera, ¿por qué? para llevar rápidamente la sangre hacia los brazos y las piernas, para preparar al organismo para correr, saltar… para tener mayor fuerza muscular para luchar o huir. Cuando nuestro corazón late demasiado rápido puede que no bombee suficiente sangre al resto del cuerpo, como consecuencia algunos órganos y tejidos se queden sin oxígeno, y experimentemos algunos síntomas como: falta de aire, aturdimiento, aceleración del pulso, palpitaciones cardiacas: latidos del corazón muy acelerados, molestos o irregulares, o una sensación de salto en el pecho, dolor en el pecho, desmayos.

¿Por qué nos dan tanto miedo las taquicardias?

El miedo que nos provocan las taquicardias es el responsable de la creencia de sufrir un infarto o que nos podamos morir. Sientes el corazón como si se fuera a salir del pecho y te asustas porque no lo puedes controlar.

Tenemos que tener en cuenta que el corazón, en función de su capacidad adaptativa, puede acelerarse, aumentando nuestro ritmo cardiaco cuando realizamos ejercicio físico o como una respuesta de estrés y enlentecerse durante el sueño o el reposo.

Aclaremos que un infarto de miocardio o un ataque cardiaco se presenta cuando una zona del corazón muere o se lesiona permanentemente debido a la falta de oxígeno en esa área.

Los síntomas del infarto, son dolor opresivo en el centro del pecho o en la zona del estómago, puede irradiarse al brazo izquierdo, ambos brazos, cuello, mandíbula, acompañado de sudoración, náuseas y dificultad respiratoria. Hay diferencias notables entre hombres y mujeres, los síntomas más comunes en nosotras son fatiga inusual, dificultad respiratoria, sudor frío y dolor epigástrico (estomago). En comparación con la de ansiedad, el dolor no suele ser aplastante ni de larga duración, más bien es punzante y de corta duración, aunque se presenta como pinchazos o punzadas repetidas.

La ansiedad por sí misma no nos va a provocar un infarto, no es dañina. En este sentido, es interesante hacer un recordatorio sobre lo importante que es para nuestra salud mantener unos hábitos saludables como comer de manera equilibrada, evitando las grasas, hacer ejercicio de manera regular, evitar fumar y beber en exceso.

¡NUESTRO NUEVO LIBRO YA A LA VENTA!