¿Qué es la desesperanza creativa? Hoy te hablamos de esta estrategia que se utiliza en terapia de aceptación y compromiso.

La terapia de aceptación y compromiso (ACT)

Al hablar de la terapia de aceptación y compromiso, hablamos de una psicoterapia experiencial, conductual y cognitiva. Algunos de sus objetivos más importantes son aumentar la flexibilidad psicológica, la apertura a la experiencia y la toma de perspectiva.

Desde la terapia de aceptación y compromiso se plantea convivir más allá de nuestras dificultades, es decir, tiene un enfoque vital que va más allá de los síntomas desagradables que podamos experimentar. No sólo somos nuestros síntomas, es decir, independientemente de lo que pensamos, sentimos o hacemos, si es agradable o desagradable, es importante que no olvidemos nuestra dirección, nuestro camino hacia lo que es valioso para nosotros.

Vivimos rechazando constantemente el dolor y hacemos cosas que nos hacen sentir bien de manera inmediata, evitando el sufrimiento, pero sin afrontar el malestar o aquello que lo genera. De esta forma, quedamos atrapadas en un círculo sin salida en el que no nos permitimos sufrir y el malestar nunca desaparece.

Hay momentos en la vida en los que el sufrimiento de las personas se convierte en una constante. Cuando arrastramos este sufrimiento o diferentes emociones que vivimos como desagradables, tendemos a buscar formas o vías de escape que nos alejen de ese malestar o de la fuente que nos daña.

Pensemos en aquellas estrategias que ponemos en marcha para silenciar nuestro malestar, ¿son eficaces? Tenemos miedo a sentir el dolor y, para intentar no conectar con él, ponemos barreras. Cuando nos damos cuenta del fracaso de estas estrategias es normal que se instaure en nosotros la desesperanza.

La desesperanza creativa

“Desesperanza” significa que hemos perdido la esperanza en algo o de algo. Cuando una persona lleva un tiempo sufriendo por algo que le genera un malestar significativo, seguro que ha intentado eliminarlo de muchas formas, pero si el sufrimiento continúa significa que algo no se está haciendo bien. Y es aquí donde la persona comienza a desesperanzarse.

La desesperanza creativa, por tanto, trabaja en la idea de que los intentos de control de nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, etc. no son estrategias efectivas para reducir el malestar y que, además, genera todo lo contrario, aumenta el sufrimiento psicológico.

Lejos de fortalecer las estrategias de evitación, esta técnica invita a aceptar la realidad de la desesperanza, transitar por ella, creando a su vez un nuevo plan de ruta, nuevos caminos y propósito donde sí hay esperanza. Esto no será una tarea fácil, puesto que supone dejar de dar vueltas en círculo: abrazar el malestar, asumir que está ahí, que no es viable intentar escapar del dolor, fortaleciendo la idea de que permitir que aparezca es el primer paso para sanar.

La desesperanza creativa nos recuerda que tarde o temprano tenemos que detenernos, encarar el sufrimiento y las resistencias. La persona tiene que darse cuenta de que sus intentos de solución de los problemas no son eficaces, que el control no es la solución. Debe abandonar la lucha contra los síntomas, y establecer el compromiso de actuar.

Al intentar evitar el sufrimiento, muchas veces nos alejamos de lo que es importante para nosotros, así que, tendremos que encaminarnos haca nuestras metas y valores personales. Debemos reencontrarnos con los valores importantes para nosotros. Elegir nuestras áreas vitales más valiosas y dirigir hacia allí nuestras conductas, impidiendo así que sean los pensamientos los que dirijan nuestra vida.

Los objetivos de utilizar en terapia la desesperanza creativa son:

  • Lograr que el paciente acepte y deje de pelear o huir con las experiencias negativas que están en su interior y que no puede controlar. Que abrace la desesperanza y acepte que ese camino ya no tiene sentido.
  • Después de transitar por este camino, muchas veces de dolor y angustia, el psicólogo debe reorientar al paciente mediante el diálogo a que descubra otras opciones, otras salidas donde hay un propósito, una nueva esperanza.
  • Es importante hacer ver a la persona que aquello que ha dejado atrás, duele, pero ya no es útil, no sirve. Esto puede servir como un impulso, un motor hacia las nuevas salidas.

Concluimos con la idea de que, podemos romper el círculo, dejar de huir, asumir que no estamos avanzando y darnos la oportunidad de mirar más allá. Aceptar el sentimiento de desesperanza nos permite entrar en contacto, ver y sentir qué es lo que no sirve, es normal que esto nos provoque dolor, pero a su vez es lo más esclarecedor y esperanzador que existe. Por esta razón es una desesperanza creativa, ya que, una vez que se baja la guardia y se deja de luchar y de hacer aquello que no nos funciona y mantiene el malestar, surge la posibilidad de hacer algo nuevo, diferente, es una nueva oportunidad para relacionarse con el mundo de otra forma.

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