Para muchas personas la palabra examen va ligada a una fuerte ansiedad y estrés difícil de gestionar. Ansiedad que dificulta tanto el estudio como el afrontamiento final de los exámenes.

Los datos estiman que aproximadamente un 67% de los estudiantes siente ansiedad mientras realiza sus exámenes (OCDE). “¿Y si me quedo en blanco? ¿Y si suspendo y no consigo acceder a mi meta? ¿Qué dirán los de mi alrededor si fracaso?…

¿Cuándo podemos considerar que tenemos ansiedad ante los exámenes?

Entendemos la ansiedad ante los exámenes como el conjunto de reacciones emocionales y fisiológicas que las personas sienten antes o en el momento que realizan los exámenes.

Lejos de tratarse de un miedo ilógico o irracional, hablamos de momentos que suponen una fuente de estrés natural muy elevado para las personas, puesto que es en ese tiempo, en el que deben plasmar un conocimiento que puede ser condicione su futuro más inmediato.

El estrés positivo o eustrés

Sentir ansiedad antes o en el mismo examen no es nada descabellado, de hecho, una reacción de estrés moderado nos permitirá actuar de mejor modo ante la demanda que estamos haciendo frente. Hablamos del estrés positivo o eustrés.

El eustrés es el llamado estrés “positivo”, ya que contribuye a dar la mejor respuesta ante una situación determinada. Por ello tiene una función clave para la supervivencia, ya que permite una rápida reacción a los problemas y peligros que deben afrontarse en la adaptación al cambio, que en este caso suele ser percibido como un reto.

Pero para muchas personas, lejos de tratarse de un estrés positivo que favorezca la tarea, se enfrentan a un estado de ansiedad desadaptativa que interfiere gravemente en la consecución de los objetivos propuestos.

Tipos de ansiedad desadaptativa ante los exámenes

  • Ansiedad anticipatoria: Las personas experimentan una sensación de malestar continua y manifiestan sentirse nerviosos o bloqueados previamente a la realización del examen. El rendimiento estudiantil disminuye, pues la mente está llena de pensamientos negativos que les impiden concentrarse en la tarea. Cuanto mayor atención prestamos a nuestras preocupaciones, menor es la capacidad atencional.
  • Ansiedad situacional: Hablamos de la ansiedad que se produce en la realización del examen. Las personas manifiestan bloqueos, errores continuos y una serie de sintomatología (temblores, sudoración, taquicardias…) que impiden el correcto desempeño del examen.

Cada vez que estoy en un examen siento que no puedo plasmar todo mi conocimiento. Me cuesta incluso leer las preguntas, a veces no llego ni a comprenderlas. También me cuesta recordar términos que estaban perfectamente grabados en mi cabeza, tengo la sensación de quedarme en blanco, cómo si todo mi conocimiento se hubiese esfumado. Las manos no me paran de temblar y no puedo escribir correctamente, a eso le añado una tremenda sudoración que me impide incluso coger el boli correctamente. Me suele doler mucho la tripa y por momentos siento que el corazón se me va a salir por la boca.

¿Por qué se produce una ansiedad excesiva ante los exámenes?

En la mayoría de las ocasiones se trata de personas altamente perfeccionistas y con un grado de juicio muy elevado. Les cuesta ser benevolentes con ellas mismas y contemplan el fracaso como algo insoportable.

Indudablemente hay muchos exámenes que marcarán la consecución de nuestro futuro más inmediato e irremediablemente eso provocara un nivel de ansiedad. Sin embargo para muchas personas, ese examen, es prácticamente la evaluación de su valía personal. Hacer un examen pone nervioso, pero tener la perfección de que uno “se juega la vida” en un examen es tremendamente angustiante.

Las distorsiones cognitivas, es decir, la interpretación de los hechos bajo esquemas poco objetivos, provocan una presión que inevitablemente condenará a la persona a experimentar niveles altos de ansiedad.

Si uno no puede permitirse descentrarse en un examen, quedarse en blanco o cree que suspender será un pozo sin final y considera que el suspenso será imperdonable para el mismo y para sus seres cercanos, lo difícil será no sufrir esta ansiedad mencionada.

Si nuestro cerebro está cargado de pensamientos a cerca de lo que pasaría si suspendiésemos y en el terror de poder fallar en el examen será tremendamente difícil concentrarse en un examen. Las personas frecuentemente se quedan en blanco debido a la inatención real al examen. Para una mente que solo piensa en lo que pasará si suspende, en los síntomas que tiene y cree no debería tener y en no poder quedarse en blanco, es muy complicado poder centrarse en la tarea presente.

¿Cómo manejar la ansiedad ante los exámenes?

Aprende a desactivar el organismo

Ten en cuenta que los síntomas como taquicardias, temblor o sudoración, entre otros, son reacciones corporales comunes y normales que activa tu cuerpo al interpretar tu mente que estás en peligro o que necesitas más activación pata hacer frente a una demanda. Tu cuerpo funciona así, adaptativamente, para preservarte.

Procura observar tu organismo sin interpretaciones, sin inferir qué puede llegar a significar, porque, como te decimos, son reacciones naturales de tu organismo.

Existen varias formas de ejercitar la respiración y la relajación que pueden ser de ayuda de cara a enfrentarse a un examen. Si quieres practicar diferentes técnicas de relajación descarga en IOS o Apple Store “La teoría de la mente”. Ahí podréis encontrar técnicas de relajación guiadas.

Acepta tus nervios

Para la mayoría, tratar los nervios es como enfrentarse a un enemigo que hay que derrotar; nos resistimos a sentirlos pero hemos de saber que cuanto más nos esforcemos por suprimir determinados pensamientos, emociones o síntomas, paradójicamente, más presentes se harán y durante más tiempo.

No te empeñes en que los nervios se vayan, en vez de eso reconoce y acéptalos. Aceptar plenamente algo supone vivir con ello, sin querer cambiarlo, sin hacer nada para modificarlo. Supone conocerlo y abrirse a experimentarlo sin restricciones.

Para ello nos ayudará tener presente que el estado de ansiedad es temporal: igual que empieza, terminará pasándose.

Revisa tus pensamientos y creencias

A menudo solemos adelantarnos imaginando cómo se van a dar los acontecimientos de una escena temida futura en el tiempo. Recreamos situaciones en las que nos irán mal las cosas, catastrofizamos, convirtiendo una situación que nos preocupa en un escenario del peor caso posible, imaginándonos indefensos ante ello y casi siempre con un final fatal similar. Procura descubrirte a ti mismo/a teniendo estos pensamientos y cambiarlos por algunos más objetivos.

Evita las bebidas estimulantes

Son muchos los estudiantes que recurren a bebidas energéticas para estar más despiertos y con más energía de cara al examen. Debemos saber que se tratan de bebidas que conllevan un estado de hiperalerta o hipervigilia y no van a beneficiarnos de cara a estar más tranquilos en un examen, sino todo lo contrario.

Practica ejercicio físico en época de exámenes

Se ha demostrado que el ejercicio físico es eficaz para cualquier tipo de problema de ansiedad. Además es una excelente opción para desconectar del estudio. Necesitamos, también, darnos espacios de desconexión para poder realizar un correcto aprendizaje.

Y por último ¡Acude a un profesional si no consigues gestionar esta ansiedad!

La ansiedad desadaptativa ante los exámenes puede acabar condicionando tremendamente la vida académica de las personas, siempre estamos a tiempo de revertir la situación y empezar a enfrentarnos a los temidos exámenes de una manera más saludable.

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