A continuación, una lista de grandes tímidos de la historia.

Las personas tímidas siempre han existido y siempre existirán, y, aunque se empeñen en esconder y evitar compartir sus cualidades con los otros de su entorno, muchos no han dejado de interesar. Grandes figuras, influyentes de nuestra historia han visto condicionada su vida en algún momento en el que temían exponerse socialmente, pese a ello, su genialidad emergió. Os presentamos un listado de conocidos personajes (quizás a su pesar) en los que la timidez y la brillantez convivían. Con vosotros, los grandes tímidos de la historia.

KAFKA

 

A pesar de que su obra se considera una de las más influyentes de la literatura universal, Kafka era un tipo introvertido, con gran exceso de vida mental, atormentado y tímido. De su escrito “Carta al padre” (Lumen, 1974), fiel a su estilo, se puede extraer de algunas confesiones que el autor sufría ante el contacto social “Me sentía mejor cuando te desvestías primero y me quedaba solo en la casilla, postergando la vergüenza de la presentación en público hasta que, finalmente, venías a buscarme y me sacabas de allí“. Comentaba su incapacidad para hablar en público, o de enfrentar tareas en las que es necesario interactuar con personas, como atender la tienda de su padre, y de cómo afectaba su baja autoestima a sus estudios o incluso para encontrar esposa.

JORGE LUIS BORGES

Otro escritor, el argentino Jorge Luis Borges, considerado uno de los eruditos más reconocidos del siglo XX, fue un joven extremadamente tímido. El inicio de su educación formal a los 9 años y en una escuela pública fue una experiencia traumática para Borges, los compañeros se mofaban de aquel sabelotodo, que llevaba anteojos, vestía como un niño rico, no se interesaba por los deportes y hablaba tartamudeando. Ya en la edad adulta cuando tuvo que impartir su primera conferencia, hizo que la leyera su amigo Oliverio Girondo, mientras él se escondía entre el público. Las pocas veces que aceptó impartir una conferencia elegía a una sola persona del grupo para dirigirse sólo a ella. Nunca pudo hablar a varios a la vez.

AGATHA CHRISTIE

 

La exitosa autora de novelas policíacas Agatha Christie era solo una niña cuando descubrió que uno de los criados de la familia tenía la mala costumbre de usar el cucharón de servir para probar la sopa antes de llevarla a la mesa. No dijo nada, aunque el ‘culpable’ no tardó en ser descubierto y entonces la pequeña Agatha confesó: ella ya lo sabía. ¿Por qué no lo había contado?, le preguntaron todos, ella respondió con una frase que les dejó helados pero que definía a la perfección su carácter: “No me gusta compartir información“. Y es que, por extraño que parezca, la escritora que más novelas ha vendido en toda la historia era una gran tímida; otra anécdota que lo ilustró fue que antes de descubrir la vocación por la que se dió a conocer quiso dedicarse a la música, pero le resultaba imposible tocar el piano en público aunque en privado lo hacía muy bien.

Fue una mujer esquiva y con serios problemas para comunicarse en el día a día, evitaba tanto las entrevistas como los actos públicos, sentía un miedo intenso a aparecer en público y a ser entrevistada. Cuentan que cuando se cumplieron los primeros diez años en cartel de ‘La ratonera’, celebraron una fiesta en la que ella era la invitada de honor, pero al llegar al hotel Savoy el conserje no la reconoció y le impidió el paso a la entrada del auditorio. Agatha se negó a darse a conocer y pasó la velada sentada sola en una pequeña sala. Ni siquiera protestó. La autora que conquistó con sus libros a millones de personas en todo el mundo, a sus 85 años de vida sólo pronunció un discurso.

ROSA PARK

 

Los familiares de Rosa Park aún describen su voz “como un susurro”. La silenciosa modista que acabó con la discriminación racial en Alabama fue elegida secretaria del grupo de derechos civiles de los afro-americanos porque, según contó ella después, “era demasiado tímida para decir que no“. Sus memorias se llaman ‘Fuerza tranquila’.

Uno de los grandes misterios de su historia es cómo una mujer de aire sumiso, pocas palabras y ganas de pasar desapercibida pudo el 1 de diciembre de 1955 decir ‘no’ cuando un conductor de autobús le ordenó que cediera su asiento a un blanco, convertirse en líder feminista y desencadenar un boicot de 13 meses que acabó con la discriminación legal que se mantenía hacia las personas de color en el Sur. Incluso su forma de negarse aquella tarde delata un temperamento comedido: no hicieron falta grandes palabras, tan solo un NO. Cuando el conductor gritó y amenazó con arrestarla, Parks contestó con inglés educado y tono tranquilo: “You may do that” (“Usted podría hacer eso”).

LORD HENRY CAVENDISH

 

Lord Henry Cavendish fue un brillante físico y químico británico, nacido en Niza, hijo de unos respetados nobles ingleses. Destacó por ser un alumno aplicado, callado, muy tímido, reservado y encerrado en su mundo. De adulto continuaba alejándose del trato humano, vestía de forma humilde para no llamar la atención y tenía una voz muy chillona (cuando se arrancaba a hablar, que era casi nunca); y es que Lord Brougham dijo a propósito de su silencio que “probablemente emitió menos palabras en el curso de su vida que ningún hombre que haya vivido hasta los ochenta años de edad, sin exceptuar siquiera a los monjes de la Trapa”.

Una vez consagrado de lleno al estudio, con su intensa timidez e inseguridad que experimentaba frente a las mujeres con las que no conseguía intercambiar ni una sola palabra, llegó a desarrollar costumbres cada vez más peculiares como prohibir en su propia casa la presencia de criadas ante su persona, o mandar construir una escalera en la parte posterior de sus aposentos privados, para poder entrar y salir de su casa sin toparse con ningún miembro de su servidumbre. Así que para comunicarse con ellos, cada mañana sus criados encontraban en un lugar determinado una nota escrita por él, en la que el extravagante científico había anotado el menú que deseaba comer aquel día; el servicio tenía orden de llevar esos platos al comedor y abandonar presta y sigilosamente la estancia, para que Cavendish pudiese sentarse a la mesa y comer en rigurosa soledad.

Sus extremas medidas de aislamiento y deseos de anonimato quizás fueron el motivo principal por el que los trabajos de Cavendish en el terreno científico no fueron conocidos hasta mucho después. El cotejo de sus escritos inéditos ha revelado que, muchos años antes de las valiosas aportaciones de Faraday (1791-1867), de Ohm (1787-1854) y de Coulomb (1736-1806), Cavendish ya conocía algunos de los descubrimientos que dieron celebridad a estos tres científicos. A día de hoy es considerado como uno de los grandes precursores de la Química moderna y un físico de talla universal.

CHARLES DARWIN

 

Charles Darwin, por su parte, no se sentía capaz de enfrentar a un auditorio y temblaba como una hoja cuando le tocaba hablar en público.

NICOLAS COPÉRNICO

 

Continuamos con un antihéroe de cuerpo enjuto, de físico débil, tan tímido que era incapaz de sobrellevar la convivencia social, hablamos de Nicolás Copérnico, un hombre cuya claridad de pensamiento sigue alumbrando los protocolos de la ciencia actual.

Como otros muchos autores, guardaba los manuscritos en su cajón; su inclinación —debido a su carácter retraído, a su conciencia de que su teoría podría desencadenar una controver­sia eclesiástica y quizás a su gusto por el culto pitagórico al secreto— era no publicarlos nunca. Probablemente no lo habría hecho, además, de no ser porque al final de su vida, fortuita e inesperadamente, ganó un discípulo que en cuanto supo de su deseo le instó a publicar sus hallazgos.

GRETA GARBO

 

La que fue considerada como una de las estrellas del cine más grandes de todos los tiempos, Greta Garbo, también fue una gran tímida. En 1941 se retiró del negocio de la gran pantalla en su totalidad, y pasó los últimos años de su vida de forma anónima en la ciudad de Nueva York. Eligió vivir sus últimos años sola y aislada, sólo de vez en cuando se reunía con un pequeño grupo de amigos y conocidos, convirtiéndose en una leyenda en la ciudad, así como el objetivo número uno de los paparazzi, quienes consideraban una foto suya como el Santo Grial de la fotografía de las celebridades.

Durante su carrera nunca firmó autógrafos, nunca dio entrevistas, nunca respondió a las cartas de sus admiradores, y hasta el día de hoy sigue siendo una de las figuras más singulares de la historia del cine.

NIETZSCHE

 

Al filósofo, poeta, músico y filólogo alemán Nietzsche, considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX, se le percibía como un hombrecillo gris y atribulado, muy alejado del superhombre y de la majestuosidad de su prosa. Resultaba ser muy tímido con las mujeres, tanto, que en su libro “Recuerdos en torno a Friedrich Nietzsche” Paul Deussen cuenta una anécdota al respecto; estando en Colonia, Nietzsche, sin intención alguna, fue a parar a un burdel creyendo que se trataba de un restaurante, cuando de pronto se vio rodeado de media docena de mujeres envueltas en gasas que lo contemplaban con interés, Nietzsche se quedó mudo y petrificado e instintivamente se dirigió a un piano que afortunadamente divisó en un rincón, para él el único ser con alma en aquella reunión, y se puso a tocar algunos acordes. Afortunadamente, la música logró relajarlo y pudo salir de allí con la mayor rapidez.

 

 

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