Una vez hemos descartado que nuestros mareos proceden de un problema orgánico nos encontramos ante el desafío de enfrentarnos a este síntoma de la ansiedad, que tanto quebradero de cabeza ocasiona a muchas personas. Es entonces cuando la persona se pregunta ¿Qué hacer con los mareos que me dan por la ansiedad? Hoy te ofrecemos una serie de consejos prácticos para trabajar el síntoma del mareo.
Deja de luchar
El mareo es un síntoma muy obsesivo, esto quiere decir que buscar desesperadamente que la sensación se vaya puede provocar ¨efecto rebote¨, es decir, que no pare de buscarlo y por ende generándome sensaciones de mareo. Siempre les comparo el síntoma a mis pacientes con el picor. Estamos en la cama nos pica la espalda y nos obsesionamos con que tener que dejar de percibir el picor ¿Qué nos pasa? Que nos acaba picando todo el cuerpo.
Generalmente el tratamiento no se enfoca en eliminar desesperadamente el mareo, sino entender por qué éste me preocupa tanto y atacar al origen. El mareo, por ejemplo, suele ser un síntoma muy común en personas que temen perder el control o en personas con ansiedad social. Cuando marearse deja de ser algo tan importante en sus vidas paradójicamente el mareo deja de ser el protagonista de nuestras vidas e incluso, lo dejamos de percibir.
Respira
Si, si, has oído bien, mira cómo estás respirando. Muchos de los mareos producidos por ansiedad tiene que ver con la forma en la que respiramos cuando estamos ansiosos. ¿Y cómo es? Pues hiperventilando.
Hiperventilar es el proceso en el que entra nuestro cuerpo cuando consumimos más oxigeno del que necesitamos y disminuimos el dióxido de carbono. Es decir, estamos híper oxigenados, esto no es un proceso peligroso en sí mismo, pero si puede producir síntomas que mal interpretados pueden generarnos más ansiedad. En muchos procesos de hiperventilación, se producen pequeñas anoxias, el oxígeno que llega al cerebro es algo menor de lo que suele recibir (reiteramos que no estamos hablando de nada peligroso), ya que el oxígeno se reparte en los grandes músculos, que al fin y al cabo serían los que necesitaríamos utilizar en caso de tener que hacer frente a un peligro real.
Por lo tanto, un buen patrón de respiración es una técnica útil para disminuir la sensación de mareo.
Aquí te dejamos un ejercicio para que puedas trabajar la respiración:
Vigila tu tensión muscular
La tensión muscular es otro de los procesos que están muy implicados con el síntoma del mareo. La mayoría de gente que acude a nuestra consulta tiene problemas con la zona cervical, que es una de las zonas de más acumulación de tensión.
Cuando una persona vive con miedo a enfrentarse a determinadas situaciones, sus músculos se tensan como mecanismo corporal de defensa o huida; pero no sólo este proceso surge ante esas circunstancias concretas, sino también al hecho de estar imaginándolas una y otra vez de forma catastrófica, aunque esté en su casa. Hay personas que generalizan el sentimiento de miedo como un continuo en su día a día, lo que provoca una constante tensión corporal y malestar general del cual no es consciente muchas veces, ni ha aprendido a identificar. La tensión muscular se normaliza, perdemos la capacidad de identificación, pudiendo estar horas con los músculos encogidos sin apenas darnos cuenta. Es por ello que uno de los ejercicios más interesantes que podemos aprender son aquellos relacionados con crear conciencia corporal. Aquí os dejamos la técnica de Jacobson, una probada técnica que resulta muy eficaz para trabajar la tensión muscular.
Esperamos que estos tips puedan ayudarte con tu síntoma y sobretodo, recuerda, no se trata de luchar desesperadamente, sino de escuchar nuestro síntoma, que siempre acaba siendo la fiebre de una ¨infección¨ a la que muchas veces prestamos poca atención.
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