El término “narcisismo” tiene orígenes en el mito griego de Narciso. El mito cuenta que Narciso se enamoró de sí mismo al observar su reflejo en el agua de una fuente. El narcisismo se puede definir como una admiración exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes o cualidades. En cierta medida, todos podemos tener tendencias narcisistas, el problema está, cuando estas tendencias comienzan a interferir negativamente en nuestras vidas.

En el plano clínico: narcisismo se refiere a la regulación normal o patológica de la autoestima. Desde este punto de vista, puede haber una regulación de la autoestima normal o patológica, que a su vez depende de una serie de estructuras psicológicas complejas. Donde termina la autoestima sana y comienza el narcisismo patológico es altamente arbitrario. Depende del grado de patología y de sufrimiento, y va desde leves trastornos narcisistas hasta psicopatía.

El mito de Narciso

Un día Narciso caminaba por el bosque, y la ninfa Eco estaba cerca, escondida entre la arboleda. Cuando Narciso pasó por donde ella estaba, él escuchó un murmullo y preguntó: «¿Hay alguien aquí?».

Eco respondió: «Aquí». Así estuvieron hablando, en un diálogo imposible por el castigo que sufría Eco (repetir la última palabra que escuchara). Al no poder verla, Narciso finalmente le gritó: «¡Ven!». La respuesta de Eco fue la repetición de su palabra. Y, después de decirla, salió de su escondite para satisfacer la petición de Narciso. Sin embargo, de forma cruel, él se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, huyó rápidamente. Destrozada por la tristeza se confinó en una cueva y allí su vida se fue apagando hasta que lo único que permaneció fue su voz, que seguía repitiendo lo último que las personas decían.

No sólo sufrió Eco, y la enseñanza de este mito va más allá de la explicación del origen de este fenómeno natural. El mal que sufrió Narciso estaba relacionado con su belleza, que era tal que terminó por afectarle a él mismo. Narciso había sido advertido de que jamás debía ver su propio rostro. Sin embargo, en una de sus excursiones, se vio reflejado en el agua. Se fascinó tanto por la belleza de su propio reflejo que no se atrevió a beber por miedo a dañarlo, pero también fue incapaz de dejar de mirarlo. Finalmente, Narciso se suicidó porque no podía poseer lo que, ahora, más deseaba: a él mismo. Murió ahogado, después de lanzarse al agua. Donde su cuerpo yació, creció una flor que llevaría su nombre: un narciso.

Origen del concepto de Narcisismo y Freud

En 1910 Freud pasó a considerar que el narcisismo era una etapa normal de la evolución psicosexual, intermediaria entre el autoerotismo y el amor objetal. Pero fue en 1914, en el estudio Introducción del narcisismo de Freud, que el término adquirió el valor de concepto. La elaboración de este texto se basó en el estudio de la psicosis o neurosis narcisista. La observación del delirio de grandeza en el psicótico llevó Freud a definir el narcisismo como la actitud resultante del desplazamiento hacia el yo del sujeto de las cargas libidinales antes volcadas en los objetos del mundo exterior.

Freud hizo referencia a la existencia de dos tipos de narcisismo; primario y secundario respectivamente.

  • El narcisismo primario remite a un estado precoz en que el individuo deposita su libido en sí mismo, y que esto cursaría paralelamente con el proceso de construcción del Yo. Se reflejaría en el sentimiento de omnipotencia manifestado por los niños sobre sus pensamientos, deseos y actos psíquicos en momentos tempranos de su desarrollo.
  • Por su parte, el narcisismo secundario estaría pautado por la vuelta sobre el Yo de las investiduras libidinales, las cuales serían retiradas de los objetos del mundo exterior, y que se presentaría a partir del estudio de dos componentes muy importantes del carácter de pacientes esquizofrénicos, tal como son el delirio de grandeza que es producto de una sobreestimación de sí mismo y el extrañamiento respecto al mundo exterior que no satisface al individuo.

Esta conceptualización por parte de Freud fue el pistoletazo de salida a un sinfín de teorías postfreudianas para poder desarrollar el modelo clínico que hoy en día conocemos sobre el narcisismo.

Narcisismo patológico

El modelo actual propone que podemos tener en cuenta el narcisismo como un espectro o continuo, en un polo se encontraría el narcisismo sano o adaptativo y en el otro el narcisismo desadaptativo o patológico.

El narcisismo sano se entiende como “la capacidad de una persona para sentir su propia valía, y que este sentimiento esté basado en la capacidad para recuperarse de las decepciones o fracasos y en la habilidad para encontrar en sus relaciones personales satisfacción y apoyo”.

Por su parte, el narcisismo patológico se define como “una perturbación seria de la autoestima que puede acabar entrampando al individuo y que le impide la formación de vínculos cálidos, íntimos y seguros. En esta visión del narcisismo como un continuo, el Trastorno de la personalidad narcisista definido según el DSM-V se situaría en el extremo final del narcisismo patológico.

Trastorno de Personalidad Narcisista

Trastorno de la personalidad narcisista. Criterios diagnósticos propuestos por el DSM-V son:

A. Deterioro moderado o grave en el funcionamiento de la personalidad, que se manifiesta por las dificultades características en dos o más de las cuatro áreas siguientes:

  1. Identidad: referencia excesiva a los demás para la autodefinición y regulación de la autoestima; autoevaluación exagerada o subestimada, u oscilando entre los extremos; la regulación emocional refleja las fluctuaciones en la autoestima.
  2. Autodirección: establecimiento de objetivos basados en la obtención de la aprobación de los demás, estándares personales excesivamente elevados con el fin de verse a uno mismo como algo excepcional, o demasiado bajos en base a un sentido de “tener derecho”; a menudo no son conscientes de sus propias motivaciones.
  3. Empatía: deterioro de la capacidad para reconocer o identificarse con los
  4. sentimientos y necesidades de los otros; pendiente en exceso de las reacciones de los demás, pero solo de aquellas personas que consideran relevantes; sobre o subestimación del efecto que causa en los demás.
  5. Intimidad: relaciones en gran medida superficiales, que se entablan para la regulación del autoestima; reciprocidad restringida y con poco interés genuino en las experiencias de los demás; predominio de la necesidad de obtener beneficios personales.

B. Ambos de los siguientes rasgos patológicos de la personalidad:

  1. Grandiosidad (un aspecto del antagonismo): sentimiento de “tener derecho” ya sea explícito o encubierto; egocentrismo; sostiene firmemente la creencia de que es mejor que los demás; condescendiente con otras personas.
  2. Búsqueda de la atención (un aspecto del antagonismo): intentos excesivos para atraer y ser el foco de atención de los demás, buscando la admiración.

¿Cómo se manifiestan estos criterios?

Estas personas se caracterizan por un patrón de relacionamiento problemático y una comunicación no asertiva en sus relaciones interpersonales, lo que provoca sufrimiento psíquico que tratan de compensar con el afán de impresionar a los demás mediante su forma de comportarse.

Las personas con TNP presentan un sentido grandioso de autoimportancia, procurando que sobrevaloren y exageren sus capacidades y conocimientos. Se les puede caracterizar como arrogantes, irónicos, demandantes y autoritarios. Pueden pasar de un sentimiento de bienestar y optimista velozmente a sentirse irritados en situaciones de estrés o si piensan que están siendo humillados por los demás.

En ocasiones es frecuente que ataquen y humillen a quienes interactúen con ellos, ya que siempre están intentando evitar el daño hacia su persona. Estos sujetos se protegen de las experiencias interpretadas como vergonzosas por ellos mismos y la sensación de abandono que subyace bajo la sensación de fracaso.

Es típico que formen parte de un gran círculo social, pero carecen de vínculos estables y duraderos. En sus relaciones afectivas son muy demandantes y es común que no hayan encontrado a alguien lo “suficientemente bueno” o hayan tenido múltiples rupturas. En las relaciones sociales, al comienzo causan una buena impresión que con el tiempo pierde como causa de su rudeza, ironía aguda, mal intencionalidad, grosería e ingratitud. Es común que esperen de los demás un trato con halagos y alabanzas hacia ellos, aunque no están dispuestos a corresponder dicho trato. Sus relaciones interpersonales se caracterizan por estar sostenidas a favor de su conveniencia.

Bibliografía:

Benatuil, G. O. (2019). El narcisismo y sus descontentos. Dilemas diagnósticos y estrategias de tratamiento con pacientes narcisistas [Gabbard y Crisp-Han]. Aperturas psicoanalíticas: Revista de psicoanálisis, (60), 9.

Lowenkron, T. S. (2002). TRASTORNO DE PERSONALIDAD NARCISISTA: PROPUESTA DIAGNÓSTICA A LA LUZ DEL PSICOANÁLISIS¹. In Trastorno de personalidad narcisista: propuesta diagnóstica a la luz del psicoanálisis (pp. 15-15).

Pereira Palacios, V. (2022). Trastorno narcisista de la personalidad: un abordaje integral a partir de la Terapia de esquemas de Young.

Serratosa Alonso, E. (2019). El narcisismo y su relación con las redes sociales: Facebook e Instagram.

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