Tomar decisiones no es algo desconocido para nosotros, lo hacemos todos los días, desde decidir que ropa nos ponemos hoy, hasta si desayunamos tostadas o cereales. Es probable que incluso al tomar tantas decisiones al día, algunas parezcan automáticas. Una acción tan sencilla como hacer una simple elección entre 2 o varias cosas a veces puede resultar muy tedioso, hasta tal punto de bloquearnos y sentirnos incapacitados para tomar la decisión. ¿A que se debe este bloqueo y esta incapacidad de decisión? Te lo mostramos con la indecisión del asno de Buridán.

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Paradoja de Buridán

Un campesino daba de comer a su asno todos los días, frente a él le colocaba dos montones de heno a la misma distancia, y en cada uno de ellos la cantidad era diferente. Mientras que los dos montones eran distintos, el asno tenía muy clara su preferencia, el montón más grande. De repente una mañana, el campesino decidió poner la misma cantidad de heno en los dos montones, por tanto, serían exactamente iguales y a la misma distancia. El asno ante la tesitura de los dos montones idénticos, a pesar de tener mucha hambre, fue incapaz de elegir, muriendo de hambre al no poder decidirse por ninguno de los dos, dado que los deseaba de la misma manera.

¿Qué significa esta paradoja?

La paradoja muestra que, si no hay un motivo que dirija la decisión, unas preferencias frente a otras, no habrá acción.

Del mismo modo, se puede pensar en una persona que debe elegir entre bebida y comida, pero que al desear ambos de la misma manera, y debido a su indecisión, morirá de hambre y sed al no poder elegir entre una y otra opción. Esta es una consecuencia indeseable que se desprende de la aproximación determinista de la teoría de la decisión.

Esta paradoja critica directamente el denominado determinismo moral, el cual sostiene que, ante un problema de decisión, la persona elige lo que considera como mejor alternativa. Pero entonces, si no hay a disposición una mejor opción, sino varias opciones buenas, el resultado es el de la cancelación de la decisión, y, por ende, en el caso del hambriento, la muerte por inanición.

¿Cómo se puede resolver esta paradoja?

Esta paradoja se puede analizar de distintas maneras. Por ejemplo, si se acepta que no existe la indiferencia perfecta en la vida real, en el sentido en que siempre hay alguna diferencia entre una y otra opción. De esta forma, se tiene que la persona siempre es capaz de encontrar alguna diferencia entre las alternativas disponibles, y por lo tanto elegirá la que más valore.

Otra manera de analizar la paradoja es la de considerar los aspectos negativos o nocivos en contra de las alternativas, en base a las pérdidas y ganancias. Entonces se advierte que existe un argumento negativo que resuelve la paradoja, pues una vez la persona reconoce que morirá por no ingerir alimento, descubre que el curso de acción necesario es el de no dejar de tomar nada. De este modo, su decisión efectiva obedece a una necesidad material sobre la cual está forzado a actuar.


Bibliografía:

Franco de los Ríos, C. A. (2012). Modelización de relaciones de preferencia: una aproximación borrosa y bipolar al proceso subjetivo de decisión bajo incertidumbre.

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