Representada como una mujer con sus ojos vendados, con una balanza y una espada en cada mano, la justicia se define como la concordancia con el derecho vigente. Uno de los propósitos fundamentales de la humanidad es que en el mundo impere la justicia. En su representación material, la balanza significa el trato igual ante la ley, y la espada simboliza su doble tarea: proteger y sancionar. En términos muy generales, puede decirse que existe una concepción cósmica de la justicia, en la cual esta es comprendida como orden o medida.

Contenidos del artículo

¿Qué es la justicia?

En primer lugar, se distingue entre un sentido subjetivo y uno objetivo de esa palabra. En un sentido subjetivo, justicia es un término que se emplea para aludir a una virtud de la vida personal. De este modo, puede decirse que un padre o que un profesor son justos, o que lo son determinadas actitudes de uno o de otro.

En un sentido objetivo, justicia es una cualidad que se predica, a la vez que se espera, de determinadas estructuras, normas e instituciones sociales, entre las cuales figura ciertamente el derecho. De este modo, puede decirse que una ley o que una sentencia son justas.

Justicia a nivel individual

La justicia es una fortaleza que se apega a lo que es moralmente correcto. La justicia implica tratar a todos de acuerdo con los ideales universales de la igualdad y la justicia. La verdadera imparcialidad incorpora ambos, tanto el respeto por las directrices morales como la disposición compasiva de cuidar de otros. Esta fortaleza es aplicable a todos los niveles de la sociedad, desde las interacciones cotidianas a las cuestiones internacionales de la justicia social.

Así pues, la justicia está asociada a la capacidad para razonar (el juicio moral); es decir, la capacidad de una persona para determinar qué es éticamente correcto y qué es éticamente incorrecto, teniendo en cuenta el contexto, las personas implicadas y los valores y principios relevantes. Es la capacidad para razonar acerca de qué acción está éticamente justificada y cuál no.

Justicia a nivel social

Referida a los aspectos sociales, la justicia tiene lugar cuando hay equilibrio en situaciones de intercambio de bienes entre miembros de la sociedad, esto es, cuando nadie es desposeído de lo que le corresponde. Si se produce algún desequilibrio en este sentido, lo cual constituiría una injusticia, tendrá que darse luego la correspondiente situación compensatoria, de ahí la común denominación de “compensación justa” del acto que tiene lugar para corregir la situación inicial de injusticia.

En ese sentido, la justicia se ejerce prohibiendo, autorizando o regulando las diversas interacciones entre los elementos de una sociedad. Se realiza según un marco de normas aceptado y tenido por justo por la totalidad de la misma basado en dos fundamentos o razones:

Fundamento cultural. Aquello que la sociedad en su conjunto decide que es bueno y malo, apropiado o no, y otros aspectos sobre las relaciones interpersonales y su modo de organización.
Fundamento formal. Aquello que los organismos encargados de la justicia de una sociedad administran, en base a las escrituras jurídicas que esta última acepta, defiende y valora, y por ende obedece a un tipo de procedimientos.

Tipos de Justicia

Justicia distributiva (o económica): se preocupa por la justa repartición de los bienes en la sociedad, o sea, que se vele por el derecho de cada quien a tener lo necesario para una vida digna. La repartición justa de los recursos, o la justicia distributiva, es esencial para conservar la estabilidad de las sociedades y el bienestar de sus miembros. Cuando ésta no es ejecutada de forma correcta, se pueden desatar múltiples conflictos.
Justicia procesal: Es aquella que se ocupa de que todos los individuos reciban el trato que se merecen en base a sus acciones, reforzando la obediencia a las normas de manera imparcial y objetiva, evaluando cada caso y conforme a un procedimiento estipulado.
Según este tipo de justicia, las normas deben ser seguidas por todos los individuos de forma imparcial y consistente, con el fin de poder procesarlos sin ningún tipo de sesgo en caso de que comentan alguna indelicadeza.
Justicia retributiva: apela a la noción de que las personas merecen ser tratadas de la misma manera en la que tratan a otros. Es un acercamiento retroactivo que justifica el castigo como una respuesta a actitudes previas malintencionadas.
Justicia restaurativa: Parecida a la anterior, pero centrada en la víctima de un maltrato o una injusticia, se propone el resarcimiento del daño cometido en su contra mediante la restitución del bienestar y la tranquilidad, en alguna medida, a los individuos puntuales. En este tipo de justicia, las víctimas juegan un papel fundamental en la dirección de la justicia, indicando cuáles deben ser las responsabilidades y obligaciones de aquellos que transgredieron la ley.

Ejercicios para potenciar la justicia

ABOGADO DE OFICIO

Objetivo: Potenciar la equidad desde una perspectiva diferente a la habitual, defendiendo un tema con el que no se está de acuerdo.

Descripción: Elige un tema que habitualmente genere polémica con tus amigos, familia o pareja.

Por un día vas a cambiar tu rol y te vas a convertir en “abogado de oficio” de la postura contraria a la que tú defiendes habitualmente.

Trata de buscar argumentos a favor de esa postura de forma documentada y, si hace falta, escríbelos. Intenta tomártelo como una tarea profesional en la que, igual que el abogado, da argumentos suficientes que te ayuden a defender con firmeza esa causa.

Cuando los tengas, puedes provocar una situación en la que exponerlos públicamente con las personas con las que tenías esa polémica y observar sus reacciones ante tu cambio de postura.

Conclusiones: Al indagar sobre los argumentos que permiten defender una postura con la que no estamos de acuerdo somos más capaces de entenderla y, por tanto, de actuar de forma equitativa con las personas que la defienden.

Tiempo: Un día.

Materiales: Para la búsqueda de argumentos: libros, prensa, páginas web, etc. Una libreta y un bolígrafo.

BANCO DE AYUDA

Objetivo: Para saber confiar hay que aprender a comunicar sentimientos, deseos, necesidades y comprender que otras personas también las tienen, aunque hayan crecido en un ambiente diferente.

Descripción: Se puede trabajar en equipo; en este caso, lo vamos a trabajar para mejorar la equidad en la pareja.

Cada persona escribe en una tarjeta una habilidad que se le da especialmente bien y en la que podría ayudar al otro y, en otra tarjeta, habilidades en las que se quiere pedir ayuda (o deseos que le gustaría realizar, como, por ejemplo: me gustaría que los jueves me ayudaras a limpiar el polvo; o me gustaría que los sábados saliéramos juntos a caminar por la montaña) y se escribe el nombre en cada tarjeta. Se utilizan tantas tarjetas como habilidades podamos ofrecer o solicitar ayuda.

Se colocan sobre la mesa y cada persona elige una tarjeta de petición de ayuda y otra en la que el otro ofrece una habilidad. Se acuerda entre ambas personas cuándo, cómo y dónde se producirá esa colaboración. Una vez a la semana se repasan los acuerdos y se comprueba si se están llevando a cabo. Si consideran que todo ha salido bien y están felices, se celebra de una manera previamente acordada. Si no se ha producido el acuerdo de manera satisfactoria, se dialoga sobre qué ha impedido realizar el acuerdo.

Se repite el comportamiento durante varias semanas para afianzarlo.

Conclusiones: Aprender a expresar, dialogar, empatizar y desarrollar nuestras habilidades sociales mejora nuestra relación con los demás y, en especial, con nuestra pareja.

Ser capaz de pedir ayuda y ofrecerla, adquirir compromisos y responsabilizarse de ellos, ponerse de acuerdo para hacer algo juntos… significa construir relaciones humanas saludables e igualitarias.

Tiempo: 30 min de dinámica y varias semanas para afianzar el hábito.

Materiales: Tarjetas o post-it de colores y bolígrafo.

ACEPTAR LA INJUSTICIA

Objetivo: Disminuir el malestar que nos provocan las situaciones de injusticia sobre las que no podemos actuar.

Descripción: En una sala tranquila y en una postura cómoda, tumbados o sentados, cerrar los ojos y sentir la respiración, cómo el aire entra frío y sale caliente y cómo lo notamos en el punto situado entre las fosas nasales.

Una vez relajados, visualizar la situación que pretendemos aceptar con el mayor número de detalles posibles, colores, olores, etc.

Visualizar un punto a la altura del corazón del que sale un sentimiento de amor y compasión que se va expandiendo poco a poco, como si fuera una esfera que se va agrandando, haciéndose cada vez más extenso y sobrepasando nuestro cuerpo. Cubrir con esta esfera de compasión la situación de injusticia y a todos sus implicados, sintiendo compasión también por los autores de la injusticia, ya que algo les habrá llevado a estar allí.

Después, ir disminuyendo la esfera hasta que vuelva al punto de nuestro corazón y, poco a poco, abrir los ojos.

Conclusiones: No es posible resolver todas las injusticias y a veces esto nos genera altos niveles de malestar. Es necesario aceptar que siempre van a existir en el mundo situaciones de injusticia.

Podemos trabajar para minimizarlas, pero también es necesario que toleremos que algunas seguirán existiendo. Las personas causantes de la injusticia muchas veces han sido víctimas en algún momento.

Tiempo: 20 minutos.

Materiales: No se necesitan.

PEQUEÑOS EJERCICIOS DIARIOS

• La próxima vez que cometas un error monitorízalo para ver si lo admites o no.
• La próxima vez que defiendas un argumento, observa si tu compromiso de imparcialidad se ajusta a lo socialmente deseable.
• Fomenta la igualdad de participación de todos, especialmente de aquellos que se sienten dejados de lado en una discusión o actividad.
• Obsérvate para ver si tus juicios se ven afectados por tus preferencias personales o se basan en principios de justicia y equidad.
• Recuerda y escribe acerca de casos en los que podrías haber sido más justo. Considera cómo puedes mejorar tu comportamiento en el futuro.
• Auto-obsérvate para ver si piensas o tratas a las personas de otras etnias y culturas de forma estereotipada.
• Contribuye con una organización que permita a personas desfavorecidas adaptarse de forma óptima.
• Escribe una carta a un editor o habla sobre una cuestión importante en relación con la justicia social.
• Educadamente discute sobre la igualdad con un amigo a quien notas que muestra discriminación étnica o de género.
• Hazte voluntario o aprende algo sobre una organización que se dedica a educar y hacer campañas que fomenten la igualdad de los derechos humanos.
• Explora un caso en curso en cualquier lugar del mundo donde se violan los derechos humanos y escribe tus reacciones y sugerencias para promover la justicia social sobre esta cuestión.
• Mira una película o un documental que ilustre sobre la equidad, la justicia social y la igualdad.

¿Se os ocurre alguno más?

Las personas justas no dejan que sus sentimientos personales ni sus prejuicios morales o éticos influyan en sus decisiones, sino que se basan en un amplio conjunto de valores morales. Una persona justa debería ser capaz de mostrar interés por el bienestar de sus semejantes, en la forma de altruismo, trabajo cooperativo, y equidad. ¿Y tú, eres just@?

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