Llevamos semanas sin salir de casa y el encierro ha empezado a evidenciar sus secuelas. Nuestro organismo, a nivel general se ve resentido: malestar psicológico, dolores de cabeza, dolores de espalda o dermatitis durante el confinamiento.

El órgano más grande del cuerpo, empieza a evidenciar daños en muchas personas. ¿Existe realmente una relación? ¿El confinamiento empeora la calidad de nuestra piel? ¿Han aumentado las dermatitis durante el confinamiento?

El confinamiento y la dermatitis

Ciertamente, nuestra piel no solo tiene porque sufrir ante ésta situación, muchas, de hecho, están mejor que nunca. Una menor exposición a agentes externos como la contaminación o rayos solares y una disminución en la utilización de productos como el maquillaje, permiten que nuestra piel respire mejor que nunca. Aun así, son muchas las personas que manifiestan un empeoramiento en su piel durante estas semanas ¿Confinamiento o casualidad?

Pues no, parece que no es casualidad. Los dermatólogos se manifiestan en diferentes medios de comunicación haciendo eco a una realidad que está sufriendo una parte de la población, hay muchas personas con problemas en la piel durante estos días. ¿A qué se debe? Los dermatólogos han hablado de las principales hipótesis:

¿La ansiedad y el estrés pueden aumentar las dermatitis?

El premio gordo, se lo lleva el estrés o la ansiedad que podemos estar experimentando estos días a causa no solo del confinamiento, sino de la catástrofe a nivel mundial que se está produciendo.

El sistema neuroendocrino se activa cuando percibimos un fenómeno que consideramos estresante y con ello se acelera la activación de las glándulas adrenales, liberándose entonces diferentes hormonas necesarias para hacer frente al estímulo ansioso.

Cuando tenemos ansiedad se genera una mayor producción de determinadas hormonas, dos de las más significativas son el Cortisol, la conocida como hormona del estrés y la adrenalina. La segregación de estas hormonas implica también, mayor producción de estrógenos y testosterona. Estas hormonas, están directamente relacionadas con nuestra piel y por esta razón, ésta, se puede ver afectada.

Los estudios nos muestran como elevados niveles de cortisol pueden debilitar nuestro sistema inmunológico. Es aquí donde podemos hablar de la histamina, hormona implicada en las erupciones urticarias. Esta hormona es liberada cuando el sistema inmunológico sufre un desequilibrio hormonal, que como vemos, ocurre cuando estamos expuestos a altos niveles de ansiedad. Cuando las células de nuestro cuerpo segregan histamina sale de los pequeños vasos sanguíneos un fluido que, al acumularse debajo de la piel, puede hacer que se formen las ronchas.

Además, si padecemos alguna enfermedad dermatológica como dermatitis seborreica o psoriasis, no es raro que el estrés de la situación que estamos viviendo pueda desencadenar un brote.

Un mayor lavado

De lo que no hay ninguna duda, es de que nuestras manos tienen una mejor higiene que nunca. Parece que estamos concienciados, debemos de tener cuidado con lo que tocamos y lavarnos las manos de manera mucho más frecuente. La imposibilidad de muchas personas de poder ir al baño a lavarse, o la facilidad que aporta, ha hecho que los geles hidroalcohólicos hayan arrasado en las tiendas. ¿Consecuencias? Una mayor sequedad e irritabilidad en la piel.

Los dermatólogos acusan una mayor incidencia de casos de dermatitis irritativa o dermatitis de contacto, producida por la exposición a agentes irritantes cómo los presentes en muchos limpiadores.

Este tipo de dermatitis se extiende a otras partes del cuerpo, no solo a las manos. Siendo frecuente también en la cara (al producirse un aumento de lavado) apareciendo rojeces o descamaciones, sobre todo en los lugares más sensibles, como el contorno de ojos o el surco nasogeniano.

Los dermatólogos recomiendan el uso frecuente de cremas hidratantes que prevengan la aparición de irritaciones ante el continuo lavado al que nos exponemos.

Sequedad producida por calefacciones

Los ciudadanos que habitan en zonas más secas (Madrid, Castilla y León o Castilla La Mancha, por ejemplo) tendrán más tendencia a sufrir más sequedad en su piel. El ambiente seco y la exposición continuada a las calefacciones (que resecan de manera evidente el ambiente) debido al clima que tenemos actualmente, produce una mayor sequedad en nuestro rostro.

Los expertos recomiendan la utilización de humidificadores que equilibren la humedad del ambiente, mejorando así posibles problemas respiratorios y la sequedad de piel y mucosas.

Exposición mayor a la luz azul

Ordenadores, móviles y televisiones están más presentes en nuestras vidas que nunca. Pero no debemos olvidar que la luz azul que emiten estas pantallas también tienen efectos en nuestra piel.

La luz azul penetra en nuestra piel con mayor profundidad incluso que los rayos UVA, pudiendo dañar las células de nuestra piel. Esta luz causa radicales libres en la piel que actúan degradando la unidad celular.

Los expertos recomiendan un cuidado especial en estos días de nuestra piel e informan de que en caso de que la piel sufra empeoramientos más graves, se trabajará telemáticamente para ofrecer soluciones a los pacientes.

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