¿Que estamos queriendo decir de alguien que es mentiroso compulsivo?

¿Quién no ha recurrido a la mentira en alguna ocasión? Para escapar de determinadas situaciones, no dar excesivas explicaciones, justificar un retraso en el trabajo… La mentira es una conducta mucho más común de lo que pensamos. Ocurre que para algunas personas la mentira acaba convirtiéndose en un hábito, en un acto absolutamente compulsivo, en un modo de comportamiento del que no es sencillo alejarse. Estamos hablando del mentiroso compulsivo.

¿Cómo es un mentiroso compulsivo?

En psicología, utilizamos el termino mitomanía para referirnos a sujetos mayores de edad (se considera que es aproximadamente en esa edad donde la personalidad del sujeto está establecida) que utilizan la mentira como conducta repetitiva y de manera compulsiva. Mentir se convierte en una adicción, en un hábito, en una manera de relacionarse. El mentiroso compulsivo no puede dejar de mentir, es su manera de relacionarse, la mentira forma parte de su comportamiento, y dejar de hacerlo puede propiciar en él estados de ansiedad e indefensión. Debemos tener claro que la persona debe ser plenamente consciente de la acción de mentir y de las consecuencias que esto tiene, es decir, no podemos estar hablando de fabulaciones infantiles, demencias, trastorno ficticio…

Y… ¿Por qué tanta mentira?

El mentiroso compulsivo utiliza de manera constante la mentira, es decir, que falsea su realidad compulsivamente, estas personas han encontrado en la mentira su vía de escape. Sabemos que el uso de la mentira tiene tres grandes objetivos: obtener atención, admiración o evitar determinadas consecuencias.

¿Sabías que el miedo tiene mucho que ver con esto de mentir?

Obtener atención: ¿Sabías que la mentira resulta ser una herramienta atractiva para llamar la atención de los demás? La exageración, la invención de historias… pueden ser mecanismos que la persona encuentra para ser aceptado en el entorno social. ¿Sabías que el miedo al rechazo social puede ser un gran impulsor para mentir? La soledad, es uno de los grandes virus de la sociedad, tenemos miedo a estar solos, sufrimos miedo de un futuro incierto en el que nadie nos garantiza vayamos a estar acompañados. Cuando no contamos con las herramientas adecuadas para relacionarnos podemos acabar utilizando otras que lejos de ayudarnos, acaban complicándonos mucho más la existencia. Detrás de la mentira puede esconderse un miedo profundo a sentirse rechazado por la sociedad.

Admiración: Otro de los grandes objetivos de la mentira, es buscar desesperadamente la admiración por parte de los otros. Los mentirosos compulsivos utilizan la mentira para parecer personas más importantes, ricas, inteligentes… y por ende infundir respeto y admiración. ¿Que se esconde detrás de esto? Una baja autoestima. El bajo autoconcepto puede llevar a las personas a recurrir a la creación de un personaje ficticio con el que preferirían sentirse identificado. ¿Si no somos lo suficientemente buenos como van a querernos y respetarnos los demás? Esta es la principal idea y el principal miedo que se esconde detrás. La percepción de que enseñar quien eres en realidad, tendrá como consecuencia la no aceptación del entorno. El miedo al rechazo, es uno de los grandes impulsores de la mentira.

Evitación de consecuencias: Una de las situaciones que puede originar un comportamiento mitómano puede estar relacionado con el miedo a las consecuencias de decir la verdad. Nos encontramos ante una situación que nos causa estrés (llegar tarde al trabajo por ejemplo) y la persona recurre a la mentira como método de afrontamiento, que supone, va a resultarle más cómodo para disminuir su tensión, ansiedad o estrés. De alguna manera la persona siente que “salva la situación” y es esta misma sensación la que propiciará la repetición de la mentira. Se trata de una forma de evitación, la mentira no deja de ser un mecanismo de huida.

Ocurre que inicialmente la mentira puede surgir el efecto deseado, es decir, la persona se siente escuchada, obtiene atención e incluso admiración… De alguna manera estos beneficios a corto plazo, añadido al miedo a ser descubierto acentúan el mantenimiento de la mentira. Debemos tener claro que existe una línea muy estrecha, entre buscar el beneficio inmediato de la mentira y que mentir se acabe convirtiendo en un hábito. El hábito se adquiere a través de la repetición.

El mentiroso compulsivo hará lo imposible por mantener sus mentiras y no ser desenmascarado, pero a pesar de sus esfuerzos, las personas de su entorno acaban descubriendo la falsedad de sus historias. Esto provoca que las personas del entorno de la persona, se alejen, lo rechacen, se produzcan despidos laborales, rupturas de pareja… Es decir, vivir absorto en la mentira repercute de manera muy negativa en la vida de la persona. A pesar de la utilización constante de la falsedad y los intentos desesperados de mantenerla, vivir en la constante mentira, genera alto grado de malestar y ansiedad, ya que obliga a la persona a fingir de manera constante y a vivir con el miedo de ser descubierto.

 

 

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