La ansiedad es una respuesta de agitación e inquietud que nace como respuesta a un estímulo externo o interno que nos afecta. Esta respuesta tiene un efecto positivo, que es reaccionar ante algo que nos produce malestar para solucionarlo. Pero si se mantiene en el tiempo acaba produciendo una serie de efectos negativos para la salud. Hoy hablamos de los alimentos ultraprocesados y su relación con la ansiedad.

Comer para calmar la ansiedad

En la mayoría de nuestras familias, desde pequeños, nos han enseñado a calmar nuestras emociones comiendo (lloramos y nos dan gusanitos, nos premian con helados, etc.). En el momento en que comenzamos a asociar la comida como la única manera de regularnos emocionalmente, estamos generando una dependencia emocional. De adultos, si no hemos aprendido otra manera de calmarnos, lo más probable es que cuando tengamos un problema necesitamos recurrir a ciertos tipos de alimentos para recuperar el equilibrio.

Una de las respuestas más frecuentes que realizamos para aliviar de manera “rápida” la sensación de malestar que produce la ansiedad, es comer. La comida en estos casos está actuando como compulsión. Cuando tenemos un problema, ahora tenemos dos: aquello que nos ha sucedido y la necesidad de comer con urgencia. Además, cada vez que nos calmamos comiendo, le estamos diciendo a nuestro cerebro que no tiene la capacidad de afrontar las cosas por sí sólo.

Los alimentos que solemos comer suelen ser altos en azúcar, grasa y/o sal, pensamos que estos influyen positivamente sobre el estado de ánimo por su apetecible sabor y el efecto beneficioso a corto plazo. Esto se debe a que producen la liberación de endorfinas, que consigue que entremos en un estado de paz, y a la liberación de adenosina, que actúa activando el sistema parasimpático, implicado en la relajación.

Pero realmente no solucionan la ansiedad, su efecto real es negativo sobre la salud y el estado de ánimo, ya que, igual que otros alimentos ultraprocesados (altos en azúcar, grasa y/o sal), está relacionado con un aumento de enfermedades como la diabetes, colesterol, enfermedades cardiovasculares, aumento de la probabilidad de ciertos tumores, enfermedades crónicas, etc. Aumentan también la culpa después de la ingesta y estados de ánimo negativos pudiendo desencadenar a largo plazo trastornos psicológicos como la depresión.

Alimentos que mejoran nuestro estado de ánimo

Por otra parte, se ha visto que los alimentos que mejoran nuestro estado de ánimo son las frutas y las verduras. Estos alimentos nos aportan diversos nutrientes, entre los que destacamos el triptófano (precursor de la serotonina, que aumenta el estado de calma y saciedad), omega 3, magnesio y aquellos que ayudan al equilibrio de la glucosa como la fibra. Los nutrientes anteriormente nombrados hacen que:

• Disminuya el deseo de comer compulsivamente.
• Aumenta el optimismo y autoeficacia.
• Disminuye la angustia psicológica y la depresión.

Estos nutrientes que nos hacen sentir mejor se encuentran en alimentos como:

• Pescado azul
• Frutos secos: cacahuete, nueces, semillas…
• Legumbres: garbanzos, judías, lentejas…
• Cereales integrales: arroz integral, pan integral, quinoa…
• Fruta: especialmente piña, plátano, aguacate y cítricos
• Verdura: sobre todo brócoli y hojas verdes como las espinacas crudas
• Cacao puro

El consumo de estos alimentos, junto a un estilo de vida saludable, tener una vida activa y realizar ejercicio físico y hacer uso de una alimentación consciente, contribuirá a disminuir los niveles de ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

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