¿Eres de los que alguna vez se ha despertado de forma abrupta, sintiendo un terrible miedo acompañado de taquicardia, sudoración, ahogo y la sensación de que algo malo va a ocurrir? O, por el contrario, ¿eres más de los que se acuestan y ven como pasan las horas en el reloj dando vueltas en la cama y cada minuto que pasa te sientes más angustiado o preocupado? Ambos conceptos tienen su base en la ansiedad, el primero se refiere a crisis de ansiedad nocturnas y el segundo a la ansiedad nocturna. Si te quedas conmigo, te explico las diferencias.

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Ataques de pánico nocturnos

Un ataque de pánico nocturno suele ser una de las experiencias más desagradables que sufren algunas personas durante el sueño. Este se trata de un ataque de pánico similar a los habituales diurnos, pero que se presenta durante las fases del sueño, más concretamente en la fase no-REM del sueño, es decir, cuando nos encontramos más tranquilos, y curiosamente, más relajados. Ocurre de manera sorpresiva, bruscamente y no podemos ser consciente de que estamos sufriendo el ataque hasta que no nos despertamos. Los ataques de pánico nocturnos no se producen de forma aislada, es decir, suelen producirse cuando la persona también sufre ataques de pánico durante el día y puede pasar que la persona al día siguiente no recuerde lo que ha ocurrido. Una de las principales consecuencias de estos ataques es, el miedo que las personas terminan desarrollando al hecho de tener que irse a dormir, miedo que se acentúa con forme la hora va llegando.

¿Qué síntomas acompañan al AP nocturno?

Los ataques de pánico nocturnos vienen acompañados por una una sensación de miedo y pánico muy desagradable, pensamientos catastrofistas, además de ahogo, dolor en el pecho, taquicardia, sudoración y sensación de irrealidad. La persona que lo sufre tiene la sensación de que la duración del ataque es muy larga en el tiempo, en realidad el ataque es breve, puede ir desde unos pocos hasta 10 -20 minutos.

¿Quién puede padecer un AP nocturno?

  • Personas que ya sufren de por sí ataques de pánico en cualquier momento del día.
  • Personas con algún tipo de trastorno de ansiedad (Agorafobia, trastorno de ansiedad generalizada…)
  • Personas que están inmersas en situaciones de gran presión psicológica y emocional.
  • Personas que sufren apnea del sueño.
  • Pacientes con hipertiroidismo o hipotiroidismo.
  • Personas que acaban de vivir un evento traumático como, por ejemplo: la pérdida de un ser querido.
  • Personas con un Trastorno de Estrés Postraumático.

¿Qué causan los AP nocturnos?

Existen tres factores que influyen directamente en los AP nocturnos:

  • Un componente genético dependiente de que existan factores ambientales desencadenantes.
  • Trastornos biológicos como el hipertiroidismo o hipotiroidismo.
  • Situaciones que impliquen dificultades en la gestión emocional, o una gestión emocional (en general) no adecuada.

Crisis de ansiedad nocturnas

La ansiedad nocturna es un estado de ansiedad excesiva que afecta durante la noche. Activación tanto mental como fisiológica producida sin un riesgo real, que lleva a la persona a estar en alerta durante gran parte de la noche, impidiendo conciliar el sueño, el buen descanso y en ocasiones muy ligado al insomnio. Todo esto hace que poder dormir por la noche se convierta en un auténtico calvario cuando la ansiedad no te lo permite, tanto es así, que la persona que tiende a la ansiedad nocturna también adquiera ese miedo a dormir.

¿Qué origina las crisis de ansiedad nocturnas?

Habitualmente, cuando se tiene este problema es porque se padece ansiedad durante el día, pero es de noche cuando más se ensalza, porque ya no hay distracciones o tareas que impidan a nuestra mente poder enfocar la atención en otro lado que no sean nuestros propios pensamientos, nuestra mente no descansa nunca.

La causa principal de esta ansiedad nocturna se debe al “rumiar” de nuestros pensamientos, a pensar sobre una cuestión una y otra vez de forma automática, las preocupaciones, los pensamientos catastrofistas o pensamientos negativos automáticos. A priori, no controlamos el proceso, puesto que no somos conscientes de todo el “hilado” que se va produciendo. Los temas principales pueden ser: Problemas de pareja, laborales, cuestiones económicas, dificultades con los hijos, etc., situaciones de estrés como el exceso de presión en el trabajo, necesidad de cuidar de algún familiar dependiente o enfermo, etc. o intenso miedo  una separación, a la muerte de algún familiar, a la pérdida de empleo, etc.

¿Qué síntomas acompañan a las crisis de ansiedad nocturnas?

Los pensamientos automáticos o rumiaciones desembocan en:

  • Palpitaciones y ritmo cardíaco alterado.
  • Aumenta el sudor para equilibrar la temperatura corporal.
  • Temblores. Fruto de la tensión mantenida.
  • Respiración alterada.
  • Mareos. Fruto de la tensión y la hiperventilación

Consecuencias si la ansiedad nocturna se mantiene durante mucho tiempo:

  • Insomnio
  • Parálisis del sueño
  • Terrores nocturnos
  • Bruxismo
  • Ataques de pánico nocturnos

¿Quién puede padecer ansiedad nocturna?

En esta ocasión, no nos libramos ninguno de padecer en ocasiones ansiedad nocturna, es decir, TODOS podemos tener episodios de ansiedad nocturna.

Si bien es cierto que tienen mayor probabilidad de que estos eventos se den, aquellos que padecen algún tipo de trastorno de ansiedad y también aquellos que tienen trastornos del sueño.

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