El día que escribo este artículo, busco en Google la palabra “ansiedad” y me devuelve 208 millones de resultados. Selecciono “imágenes”, ya que me interesa saber cuál es la foto de la ansiedad socialmente aceptada. Examino los primeros 100 resultados: una estudiante, un adolescente, una ejecutiva, una enfermera, una chica encerrada en su casa… ninguno parece tener más de 35 años. Me pregunto si los mayores no sufren ansiedad. Si la ansiedad se cura sola con la edad. En seguida descubro que no es así y no me queda más remedio que pensar que se trata de una realidad de esas que no terminamos de ver con claridad. ¿Es la ansiedad invisible en adultos mayores?

Datos sobre la ansiedad en adultos mayores

Un artículo reciente publicado en CNN health (Graham, 6 de marzo de 2023) pone el foco precisamente en este asunto y comparte algunos datos que me parecen especialmente relevantes:

• Prevalencia

Un porcentaje significativo de los mayores de 65 años presentan algún trastorno de ansiedad diagnosticable. Concretamente el 15% según el estudio citado en este artículo. Otro trabajo reciente de Cisneros y Ausín (2019), eleva la cifra de prevalencia por encima del 20%.

Parecen cifras suficientemente significativas como para dedicarle un espacio de reflexión a este asunto.

Diagnóstico

La ansiedad puede ser difícil de identificar en adultos mayores, ya que menudo los síntomas se confunden con otras molestias asociadas al proceso de envejecimiento. Esta confusión contribuye a ocultar el problema de tres maneras:

(i) Los propios pacientes aceptan el malestar como parte normal de la vida y no piden ayuda;

(ii) Cuando lo hacen, a menudo los profesionales de la salud restan importancia a las quejas que atribuyen a molestias “normales” de la edad y;

(iii) Cuando se atiende la queja y se evalúa, a menudo los instrumentos de evaluación no están preparados para detectar las manifestaciones específicas de la ansiedad en este colectivo.

Además, estoy convencido de que existen otros factores que contribuyen a que los mayores “se quejen” menos. Por un lado, algunos estudios concluyen que el umbral del dolor incrementa con la edad (de Andrés, et al., 2014). Por otro, seguramente debido a factores generacionales y educativos, muchos tenemos esta sensación de que los mayores están hechos “de otra pasta” y parecen anteponer los problemas y necesidades de otros a las suyas propias.

Tratamiento

Algunas formas de farmacoterapia no son aconsejables en este grupo de edad. Concretamente la Sociedad Americana de Geriatría desaconseja las benzodiazepinas por su potencial adictivo y su capacidad de incrementar el riesgo de fracturas de cadera y disfunción cognitiva a corto plazo. Sin embargo, los tratamientos psicológicos para la ansiedad y particularmente la terapia cognitivo conductual son seguros y eficaces para este colectivo.

Este artículo de CNN health me ha parecido una buena excusa para recordar que los mayores también sufren ansiedad y que quizá sea un colectivo que merezca especial atención, porque en ellos la ansiedad presenta un riesgo mayor de pasar inadvertida. Merece la pena estar atentos a nuestros mayores y ayudarles a identificar posibles síntomas de ansiedad porque, aunque a veces pensemos que están hechos “de otra pasta”, pueden beneficiarse (y mucho) de las opciones terapéuticas disponibles para este tipo de trastornos.

Referencias

de Andrés, A. J., Acuña, B. J. P., & Olivares, S. A. (2014). Dolor en el paciente de la tercera edad. Revista Médica Clínica Las Condes, 25(4), 674-686.

Cisneros, G. E., & Ausín, B. (2019). Prevalencia de los trastornos de ansiedad en las personas mayores de 65 años: una revisión sistemática. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 54(1), 34-48.

Graham, J. (6 de marzo de 2023). Older people with anxiety frequently don’t get help. Here’s why. CNNhealth. Recuperado de este enlace.

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