Josefa es PAS (persona altamente sensible). Ella disfruta de los colores y de los aromas de un puesto de frutas y verduras. Lo ve todo, la manera en que los productos están expuestos, las distintas variedades de manzanas y de peras, cuáles están más maduras y cuáles más verdes, si entre las fresas hay alguna un poco podrida, si las coliflores son muy blancas o si tienen manchitas, el estado de las lechugas… Y también ve el vestido que lleva la señora que tiene el turno delante de ella y el cordón suelto de la zapatilla del hijo de aquella señora. Anda, ¡una pequeña costura rota! Josefa lo absorbe todo, sus ojos captan cada detalle de los productos en el puesto, de los otros clientes y del vendedor, su nariz registra los aromas de la fruta y de la verdura, pero también del after shave del verdulero y el perfume de la señora que está a su lado. Sus oídos captan conversaciones aquí y allá y la música del bar de la esquina… No se le escapa nada. Y no es porque conscientemente busque esa información, no. Le llega de una manera inconsciente. Su cerebro lo asimila todo sin que ella sepa qué le pasa, y posiblemente no entienda por qué, después de un rato, empieza a sentirse agotada e incluso mareada” – de Beijl, K. Z. (2016).

¿Qué es la alta sensibilidad?

Una persona altamente sensible tiene un sistema nervioso más fino y desarrollado que la media de las personas. Esto hace que la información sensorial que le llega a la persona sea mayor. Este rasgo nos permite detectar diferencias sutiles en los estímulos y un procesamiento de la información sensorial más profundo que el de las personas que no lo tienen.

El origen de esta elevada sensibilidad se encuentra relacionado con las conexiones neuronales del cerebro, de manera que, la Alta Sensibilidad es un rasgo psicológico de la personalidad de base neurológica, en función de las experiencias y aprendizajes que se tengan, afectarán positiva o negativamente a la persona.

Para considerar que una persona tiene el rasgo es necesario tener las cuatro características básicas de la Alta Sensibilidad: procesamiento profundo, sobreestimulación, fuerte emocionalidad y sensitividad.

  • Procesamiento profundo: es la tendencia a procesar toda la información recibida de una manera intensa y profunda, por lo que generalmente se pasan más tiempo reflexionando profundamente para lograr una mayor comprensión. Tienden a rumiar, es decir, a dar vueltas a los mismos pensamientos y a llevar a cabo un análisis profundo de éstos. Evalúan y comparan escenas pasadas y presentes para decidir la acción antes de ejecutarla, es decir, para pasar a la acción: “pensar y luego actuar” frente a “actuar y luego corregir”.
  • Sobreestimulacion: esta característica hace que se sientan abrumados y sobreestimulados cuando tienen que procesar mucha información (sensorial y emocional) al mismo tiempo. Ésta característica es comprensible debido al su sistema neuro-sensorial que es más fino de lo normal, por lo que la cantidad de información que recibe es mucho mayor que la de una persona que no es PAS.
  • Fuerte emocionalidad y empatía: Manifiestan una gran intensidad emocional en cada una de las emociones. Suelen sentirse identificado cuando les hablan de vivir en una montaña rusa de emociones. Tienen mayor capacidad de empatía y presentan más actividad en las zonas del cerebro donde se ubican las neuronas espejo. Vive la vida con gran emotividad y se sienten afectados más fácilmente con muchas situaciones y sentimientos. Su forma de experimentar felicidad, tristeza, alegría, injusticia, etc. es muy intensa y a veces está vinculada a la fuerte empatía, una característica que también es parte del rasgo.
  • Sensitividad: tienen una sensibilidad aguda no solo a través de sus cinco sentidos, sino también detectando sutilezas como pequeños cambios en el entorno o en el estado emocional de las personas a su alrededor. Tienen una alta capacidad para percibir sutilezas a través de los sentidos como olores, sabores, texturas e incluso en el plano visual y de procesamiento suelen percatarse de pequeños detalles no percibidos por el resto de personas.

¿Cómo viven su día a día una persona altamente sensible (PAS)?

Una PAS, con sus sentidos muy sensibilizados y afinados, capta una enorme cantidad de información. Las personas altamente sensitivas se caracterizan, entre otras muchas cosas, por una mayor receptividad ante estímulos de todo tipo, desde los más obvios hasta los más sutiles. Hay muy poca cosa que escape a la atención de una persona altamente sensible. No tiene que hacer ningún esfuerzo para registrar todo lo que se presenta ante su campo visual, auditivo y olfativo. Ve todo, oye todos los sonidos y huele todos los aromas, hasta los olores menos agradables si es que los hay. La información le llega indiscriminadamente.

Y todo eso, esa avalancha de estímulos que va percibiendo la PAS, influye en su emocionalidad; se puede decir que es más reactivo frente a los estímulos, tanto si son positivos como negativos. Si una PAS no es consciente de que esto le pasa, de que le llega, recibe, de la enorme cantidad de estímulos sensoriales que influyen directamente en su estado emocional, difícilmente puede entender por qué se cansa más rápido que una no PAS. Por ello, llega a saturarse y estresarse por un exceso de estímulos y como consecuencia de esto puede incluso bloquearse.

La intensa percepción sensorial de una PAS le proporciona una inmensa cantidad de detalles, como antes he descrito, desde lo más obvio hasta lo más sutil. En su entorno registrará todo tipo de sonidos y ruidos, la intensidad de la luz, aromas y olores, sabores e información táctil. Una fuerte luz repentina o ruidos inesperados, como portazos o petardos, le pueden asustar o producir un gran sobresalto, mientras que cierta información sutil, como por ejemplo detectar un «mal rollo» en determinado lugar, puede confundirla.

Pueden sentirse influidos por el estado del ánimo ajeno, no es que solamente detecten el estado de ánimo de la otra persona, sino que muchas veces puede llegar a tener la sensación de «absorber» la tristeza o el estado deprimido del otro, hasta incluso quedarse con el malestar mientras que el otro empieza a sentirse mejor. Casi todo el mundo se estresa cuando tiene que hacer muchas cosas en un tiempo limitado. Por tanto, para nada es algo exclusivo de la alta sensibilidad. Lo que sí es típico en las PAS es que se estresan antes, cuando, para la mayoría de la gente, el punto estresante aún queda lejos. En comparación con la gran mayoría de la gente, pues, las PAS necesitan relativamente poco para estresarse. Y no lo hacen, por ejemplo, por la cantidad de trabajo en sí, se estresan porque les gusta hacer las cosas bien, no les gusta hacer algo rápido y de manera superficial. Quieren disponer del tiempo suficiente para dedicar la atención necesaria para que algo quede bien hecho.

Pero no solo la capacidad sensitiva caracteriza a las PAS. ¿Cómo experimentan reacciones físicas, por ejemplo, la sensación de dolor? La gran mayoría de las PAS tiene el umbral del dolor más bien bajo, incluso muy bajo; aquello que a la mayoría de la gente le causa una leve molestia, las PAS pueden percibirlo como dolor. Hace falta relativamente poco para que una PAS se sienta indispuesta o molesta. Es como si los estímulos del exterior les llegasen a través de una lente de aumento. Para ellas la vivencia, la experiencia, se intensifica.

Muchas PAS se han dado cuenta de que son sensibles al efecto de la cafeína; algo en principio bien entendible, porque todo el mundo sabe que esta es un estimulante, sin embargo, muchas PAS reaccionan de manera mucho más fuerte de lo esperado. Les ocurre con todo tipo de sustancias y pueden llegar a presentar intolerancias y alergias alimentarias.

Para finalizar…

Saber que eres una persona altamente sensible es importante. Entender cómo funciona el sistema neurosensorial de una PAS te proporciona una herramienta imprescindible para poder manejar tu forma de ser. Pero eres mucho más que muy sensible, profundo o empático. Pues que ser altamente sensible es ser como eres. Y eres muchas cosas más. Es un rasgo que no necesita etiqueta. La alta sensibilidad es un rasgo reconocido que se presenta en un porcentaje de entre el 15 y el 20 por ciento de la gente. Es algo normal, y por lo tanto se considera un rasgo y no un trastorno. Es una faceta de la personalidad, del carácter.

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