A lo largo de toda nuestra vida se van sucediendo situaciones y experiencias de todo tipo, desde las más bonitas y agradables hasta experiencias horribles y traumáticas. Desde luego, la vida viene sin manual de instrucciones y cuando se nos presentan experiencias de gran impacto emocional y traumático se nos pone por delante un gran reto. Muchas veces, la realidad nos muestra que ante las adversidades muchos de nosotros no solo las superamos, sino que salimos renovados y enriquecidos de esas circunstancias. ¿A qué se debe esto? La resiliencia es la responsable de este hecho, sigue leyendo para conocer más acerca de este concepto.
¿Qué es la resiliencia?
El término «resiliencia» procede del latín resilientia, que puede tener varios significados: rebotar, resistir, volver al estado original, recuperar la forma originaria tras experimentar una torsión, un golpe, una deformación. Implica, por tanto, las ideas de resistencia, plasticidad, flexibilidad, adaptación, fortaleza, entre otras de similar naturaleza semántica.
La resiliencia se refiere a la capacidad que tenemos las personas para adaptarnos y superar las situaciones difíciles y traumáticas, sobreponernos y salir fortalecido de ellas. En busca de una definición más específica o actual, la Asociación Americana de Psicología (APA) define a la resiliencia de la siguiente manera: “es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Significa “rebotar” de una experiencia difícil, como si uno fuera una bola o un resorte”.
Es importante saber que la resiliencia no es una cualidad que venga en nosotros intrínseca como nuestro color de pelo o de ojos sino, un conjunto de habilidades y procesos que se van aprendiendo a lo largo de la vida, por tanto, cualquiera de nosotros puede ser resiliente.
¿Qué no es resiliencia?
- Resignarse no es lo mismo que resiliencia: Hay personas a quienes les suceden cosas negativas, incluso tragedias muchas veces y aguantan sin hacer nada. Dicen cosas como: “Esto es lo que me ha tocado vivir” y bajan la cabeza y siguen haciendo lo mismo de siempre. Esas personas tienen mucha paciencia y aguante, pero no son resilientes. Para ser resiliente hay que buscar ideas nuevas, hacer cosas para poder transitar por aquellas situaciones que nos generan muchísimo malestar para aprender de ello y salir fortalecidos.
- Negar la realidad no es resiliencia: Cuando nos pasa algo muy duro, como puede ser un accidente, la muerte de repente de una persona querida, o un diagnóstico de una enfermedad grave, la primera reacción para defendernos de esas noticias duras es no creerlas. Es una reacción natural, un mecanismo de defensa para no sufrir. Pero no podemos negar la realidad mucho tiempo porque entonces esa reacción ya no nos ayuda, porque no hacemos nada. Cuando no queremos ver la realidad, nos estamos engañando. No podemos ser resilientes.
Los 7 pilares de la resiliencia
Introspección
Hace referencia a la observación de nuestros pensamientos, emociones y actos. Con ella, adquirimos una visión real de lo que somos aumentando la capacidad de tomar decisiones, de conocer nuestras aptitudes y limitaciones. Cuanto mayor conocimiento tenemos de nosotros mismos, mejor enfrentamiento positivo tendremos ante situaciones difíciles.
Independencia
Se define como la capacidad de establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos; entre uno y las personas cercanas, alude a la capacidad de mantener distancia emocional y física, sin llegar a aislarse.
La capacidad de relacionarse
Hace referencia a la habilidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas. Aquí encontraríamos cualidades como la empatía, habilidades sociales.
Iniciativa y resolución de problemas
Hace referencia a exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más exigentes. Se refiere a la capacidad de hacerse cargo de los problemas y de ejercer control sobre ellos. Habilidad para pensar en abstracto reflexiva y flexiblemente y la posibilidad de buscar soluciones alternativas.
Humor
Alude a la capacidad de encontrar lo cómico en la tragedia. El humor ayuda a superar obstáculos y problemas, a hacer reír y reírse de lo absurdo de la vida.
Creatividad
La creatividad es la capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden. En la infancia se expresa con la creación de juegos, que son las vías para expresar la soledad, el miedo, la rabia y la desesperanza ante situaciones adversas.
Moralidad
Se refiere a la conciencia moral, a la capacidad de comprometerse de acuerdo a valores sociales y de discriminar entre lo bueno y lo malo.
Características y habilidades de una persona resiliente
- Identifican de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.
- Controlan sus emociones sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.
- Saben modular sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
- Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.
- Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas.
- Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en su vida.
- Funcionan con optimismo realista, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y controlan el curso de su vida, sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
- El pensamiento resiliente es realista, lógico y flexible.
- Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más adecuado que las personas menos resilientes.
- Autoestima fuerte y flexible.
- Habilidad para dar y recibir en las relaciones con los demás.
- Alto grado de disciplina y de sentido de la responsabilidad.
- Reconocimiento y desarrollo de sus propias capacidades.
- Una mente abierta y receptiva a nuevas ideas.
- Un refinado sentido del humor.
- La percepción de sus propias emociones y de las emociones de los demás, así como la capacidad para comunicar estas emociones y de manera sana. Una gran tolerancia al malestar y a las emociones desagradables
Bibliografía:
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