Mujer, 23 años, acude a consulta por temor a coger medios de transporte. La sintomatología comenzó hace siete meses a raíz de un episodio diarreico cuando se encontraba viajando en un tren de cercanías. Tuvo que bajarse en la primera parada y buscar, apurada y sin conocer el lugar, un aseo. A raíz de ese episodio, actualmente no coge ningún medio de transporte publico donde la imposibilidad o dificultad de salir de él y encontrar un urinario rápidamente se hace presente. Si puede, evita coger un medio de transporte, hacer colas y citarse en sitios donde no haya servicios cerca. Si no lo puede evitar presenta dolor abdominal, hinchazón de estómago, sensación de mareo, sudoración y urgencia de defecación. Está continuamente pendiente de la existencia de un servicio, y en muchas ocasiones termina por ir al baño a aliviarse.

Báez, K., y Irízar, K. S, 2001

Es posible que, al leer este pequeño fragmento, más de uno se haya podido sentir reflejado y os hayáis preguntado ¿Qué os ocurre? En este caso, por la presencia de conductas motoras de evitación, huida/escape, así como de temor/miedo y una actividad fisiológica incrementada, se podría pensar, que lo que le ocurre a la persona puede explicarse mejor como un trastorno de ansiedad.

Síntomas más comunes a la fobia al descontrol de esfínteres y su mantenimiento

  • Respuesta conductual: evitación o huida de las situaciones donde no haya un baño cerca. Asimismo, acudir al baño para relajar el esfínter antes de afrontar las situaciones o durante ellas si existe la posibilidad.
  • Respuesta fisiológica: se presentan los síntomas típicos de ansiedad como sofocos, hiperventilación, tensión, sudoración, palpitaciones, sensación de mareo…con otros más específicos como la urgencia de relajación del esfínter anal o del uréter.
  • Respuesta cognitiva: La característica común es la presencia de pensamientos recurrentes sobre la posibilidad de descontrol de esfínteres en una situación a nivel social, y su consecuente vergüenza si ocurriera. Pensamientos del estilo: “y si no puedo llegar a un baño”, “y si me lo hago encima”, “y si me duele tanto que no puedo aguantar”, “y si la gente se da cuenta”.

El refuerzo mantenedor de la conducta de evitación más evidente es el reforzador negativo fisiológico implicado en las conductas de evitación y huida, porque hace que disminuyan los síntomas físicos (sudoración, presión en el esfínter, etc.), junto con otro reforzamiento negativo fisiológico que es la relajación del esfínter que ocurre cuando se da la respuesta motora de acudir al servicio. Asimismo, existe un reforzamiento negativo cognitivo, al disminuir los pensamientos desagradables en estas circunstancias como consecuencia de las respuestas motoras de evitación, huida y de acudir al servicio.

Fobia especifica o Agorafobia

En ocasiones llegar a un consenso entre los profesionales puede ser realmente difícil, ya que en realidad este problema comparte características que bien podrían cuadrar en ambos diagnósticos, tanto en una fobia específica o en una agorafobia sin historia de pánico (sin ataques de pánico).

Fobia específica

Las fobias especificas se caracterizan por: un temor claramente delimitado por un objeto o situación (presente o anticipado por el sujeto) que produce una respuesta de ansiedad. En el caso los síntomas son derivados del temor a perder el control de los esfínteres (temor a una situación) en lugares públicos o alejados de un servicio. Además, como consecuencia del temor, se produce una respuesta de ansiedad que conduce a la evitación de las situaciones donde el acceso a un servicio es difícil. Por otra parte, la anticipación ansiosa y el malestar que genera este problema interfiere negativamente en la vida cotidiana de las personas, limitando el contacto con situaciones y grupo social.

Este caso puede encajar en lo que se llama una “fobia situacional”, el temor al descontrol de esfínteres tiene en común con el resto de las fobias situadas en este grupo (fobias situacionales) que el estímulo temido genera el temor al descontrol de diversas funciones corporales como el tragar, el orinar, el defecar, el respirar, etc. (señales interoceptivas), y que aparecen conductas defensivas como no toser, no escupir, no beber agua en el caso de la fobia al atragantamiento, o acudir al servicio continuamente en el caso del temor al descontrol de esfínteres.

Agorafobia sin historia de pánico

La agorafobia sin historia de pánico se caracteriza por: temores a diversas situaciones como salir solo de casa, las multitudes, viajar, lugares cerrados, etc., junto con niveles elevados de ansiedad. La característica común de los estímulos temidos es ser situaciones en las que resulta difícil escapar o donde la ayuda puede no ser factible. Así, la persona teme la aparición de algún síntoma o síntomas que concurren durante un ataque de pánico, por ejemplo, marearse, tener un ataque de diarrea, tener sensaciones de vértigo, o la pérdida de control del esfínter/urinario.

La persona descrita anteriormente presenta similitudes con este diagnóstico, como el estímulo temido (la pérdida de control de esfínteres), la respuesta de ansiedad, la evitación de situaciones y la presentación de síntomas de pánico como la sudoración, los sofocos, la taquicardia, pero sin el cuadro completo de ataque de pánico, es decir, con crisis de pánico limitadas.

  • A pesar de que no se llegue a un consenso en el diagnóstico, esto no impide que se puedan plantear objetivos de tratamiento mediante un análisis funcional y poder establecer un terapia para ayudar a la persona con su problema.

Referencia Bibliográfica

Báez, K., & Irízar, K. S. (2001). ¿Fobia al descontrol de esfínteres?: Un estudio de casos. Análisis y modificación de conducta, 27(111), 139-160.

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