Las personas somos grupales por naturaleza; así mediante los grupos también vamos satisfaciendo nuestras necesidades afectivas, laborales y sociales; ahora bien, en toda interacción grupal es precisa la presencia de un” jefe” o guía: el líder, que ejerce, un rol específico e importante, el liderazgo, que es esencial funcionalmente para que el grupo satisfaga nuestras necesidades con eficacia, ya sea ejerciéndolo de manera formal (asignado formalmente – En un trabajo por ejemplo un encargado) o informal (de forma más espontánea en un grupo social).

¿Qué es el liderazgo?

El liderazgo es una fortaleza que se engloba dentro de la virtud justicia. Se define como la capacidad para organizar actividades para el grupo y llevarlas a buen término. Animar al grupo a hacer cosas y reforzar las buenas relaciones. El liderazgo es un intento de influir en la conducta de otros sin utilizar formas coercitivas de poder para alcanzar de manera adecuada objetivos específicos. En el marco de las organizaciones de trabajo, el liderazgo es uno de los elementos clave que pueden conducir al éxito o al fracaso de las mismas. El liderazgo gira en torno a procesos de influencia y de poder. Ambos términos se refieren a la puesta en marcha de acciones como guiar y conducir, pero corresponden a distintos términos, líder y director.

El liderazgo también se define como el conjunto de habilidades, destrezas de manejo, que un individuo tiene para influir en la forma de actuar de las personas o en un grupo determinado, ocasionando que estos se desempeñen con entusiasmo, alrededor del cumplimiento efectivo de los objetivos y metas propuestas.

Puede ser vista también como el arte de influir, comandar y conducir a personas o equipo de trabajo, captando partidarios y seguidores, influenciando de manera positiva en las conductas, actitudes y comportamientos; además de impulsar y promover el trabajo para un objetivo común. Es un acercamiento para buscar influencias interpersonales, dirigidas a través del proceso de comunicación.

¿Qué es ser un líder?

Un líder es el ejemplo a seguir, es un modelo para todo el grupo o equipo de trabajo dentro de la organización, o empresa. Es una persona sencilla, auténtica, dispuesta a trabajar de manera colaborativa, capaz de expresar sus ideas, luchadora por sus principios, con adecuadas relaciones humanas.

Diseña y utiliza estrategias durante su gestión, ostenta una visión de largo plazo, es flexible, proactivo, negocia, toma la iniciativa, convoca, motiva, incentiva y evalúa de manera sistémica a su equipo de trabajo. Anticipa riesgos, posee buena comunicación y capacidad de integración, logrando en los miembros de la empresa u organización una sinergia.

Para ser un buen líder, se necesita tener carisma, inteligencia, poder de convencimiento, sensibilidad, integridad, imparcialidad, ser innovador. Se requiere de la capacidad necesaria para poder dirigir a un equipo de personas, motivándolos y estimulándolos para lograr en estos la convicción, en torno a lo que realizan y así alcanzar las metas esperadas.

¿Qué características tiene que tener un líder?

Comunicación: debe sabe transmitir de manera asertiva y cercana la estrategia a seguir, siendo claro y conciso, asegurando que el mensaje que quiere transmitir se entiende correctamente y llega a sus receptores.

Saber escuchar: No solo se queda en comunicar, también tiene que tener buena capacidad de escucha y estar dispuesto a ello para poder escuchar las preocupaciones o sugerencias que le puedan aportar.

Autoconocimiento: un líder debe autoconocerse y ser consciente de sus fortalezas y debilidades.

Ser honrado: un líder debe trasmitir respeto y confianza. Es auténtico y honesto, intenta en la medida de lo posible hacer lo que dice.

Visionario: Se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás.

Ser competente: La formación adecuada al área de trabajo es necesaria para que el líder pueda desarrollar bien sus actividades.

Persistente: No sólo fija unos objetivos exigentes, sino que lucha por alcanzarlos, sin rendirse, con enorme persistencia, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito.

Motivación: Capacidad para motivar e inspirar, además de fomentar entusiasmo por lo que se tiene que realizar o se está realizando.

Reconocer y fomentar el potencial: Un buen líder debe ser capaz de reconocer las aptitudes y habilidades especiales de las personas que forman su equipo (y reforzar a la persona), y saber cuándo poder utilizarlas en beneficio de la empresa.

Empatizar: Encontrar un equilibrio entre autoridad y comprensión, ser cercanos a su equipo, pero a la par manteniendo una distancia.

Carismático: El carisma es una habilidad natural para seducir y atraer a las personas, es auténtico magnetismo personal. El carisma permite ganarse al equipo, que se siente atraído por su líder.

Predicar con el ejemplo y ser trabajador: el líder debe mostrar una gran dedicación al trabajo, debe predicar con el ejemplo, trabajar duro, que el grupo vea que está volcado con la empresa. Uno no puede exigir a sus empleados mayor dedicación si no predica con el ejemplo.

Flexible y tolera los errores: las circunstancias son cambiantes, lo que hoy vale puede que no valga mañana, los colaboradores tienen sus propios criterios y en ocasiones pueden ser más acertados que los del líder. Un auténtico líder no teme que por cambiar su punto de vista o por aceptar la opinión de un subordinado esté dando muestras de debilidad. Todo lo contrario, proyectaría una imagen de persona abierta, dialogante, flexible, pragmática, que contribuiría a aumentar su prestigio entre los colaboradores.

Ejercicios para potenciar el Liderazgo

AUTOCONOCIMIENTO

Objetivo: Realizar una reflexión consciente sobre nuestra tendencia al liderazgo.

Descripción: Analizar retrospectivamente dos situaciones diferentes: una en la que hayamos asumido el control y otra en la que lo haya asumido otra persona.

Responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué ventajas tiene una y otra?
  • ¿Qué inconvenientes tienen?
  • ¿Qué me aporta cada una?
  • ¿En qué situación me siento más cómodo?
  • ¿Qué emociones siento en cada una?
  • ¿Tiendo a asumir el control en determinado tipo de situaciones y a dejarme llevar en otras? ¿Las puedo identificar?

Conclusiones: Conocer mejor nuestros pensamientos, emociones y conductas respecto a al liderazgo nos ayuda a detectar nuestros puntos fuertes y débiles, mejora nuestra capacidad para la toma de decisiones, el crecimiento personal, la aceptación y, en definitiva, el equilibrio y el bienestar en nuestra vida.

Tiempo: Cuarenta minutos.

Materiales: Papel y bolígrafo.

REUNIÓN DIRECTIVA

Objetivo: Aumentar la capacidad de organización, dirigiendo a otras personas y controlando la reunión. La persona va a convocar una reunión -con familia y amigos- para organizar un evento de celebración, para algún familiar (u otra actividad que se le ocurra).

Descripción: Preguntas antes de la reunión: ¿Es posible convocar esta reunión?, ¿A quiénes tengo que convocar?, ¿Cuándo y dónde se va a llevar a cabo?, ¿Tengo claros los aspectos a tratar?, ¿Están bien definidos los objetivos a conseguir?

Reglas durante: Elegir a un secretario/moderador de la reunión que vaya apuntando, participar activamente, explicar el motivo de reunión e intentar llegar a acuerdos sobre las diferentes tareas a realizar.
Asignar tareas a los miembros del grupo consensuando: compra de comida y bebida, decoración, juegos y actividades, montaje fotográfico y de vídeo posterior, elaborar la comida, regalos/sorpresas, preparar música…

Tener en cuenta las sugerencias del grupo. Repasar al final de la reunión el resumen de los acuerdos tomados.

Seguimiento posterior: Hacer llegar a los convocados a la reunión los pasos que se van a seguir y a quién está designada cada tarea. Ejecutar lo pactado. Dar un plazo y controlar vía teléfono o e-mail si van consiguiéndose los objetivos, En el caso de que haya problemas reformular esa tarea en concreto y ver si se modifica el objetivo, plazos, o quién la va a llevar a cabo.

Conclusiones: En cada momento es motivador tener un objetivo y organizarse para conseguirlo.

Tiempo: Una hora.

Materiales: Papel y bolígrafo.

DELEGAR

Objetivo: Aprender a delegar en aquellas situaciones que ya tenemos muy dominadas y asumimos de forma automática.

Descripción: En primer lugar, vas a hacer una labor de autoobservación y registro de aquellas situaciones en las que tú asumes el control y dejas fuera a otras personas de tu entorno. Por ejemplo, en el hogar: quizá eres tú siempre quien prepara la comida, ayuda a los niños a organizarse o en el trabajo, quien plantea al jefe las cuestiones importantes.

Una vez identificadas, escoge una que haces habitualmente pero que te genera cierta carga. Durante una semana vas a dejar que sea otra persona (tu pareja, compañero de piso, de trabajo, etc.) quien realice esa tarea sin interferir en cómo lo hace.

Es posible que no lo haga exactamente igual que tú, pero eso no significa que no lo haga bien. Al final de la semana, valora el beneficio que te ha aportado el ejercicio.

Conclusiones: La directividad en exceso puede conllevar una sobrecarga de responsabilidades en el día a día que puede pasarnos factura. Si aprendemos a delegar en otras personas algunas de esas tareas, podremos recuperar el equilibrio y sentirnos mejor.

Tiempo: Una semana.

Materiales: Papel y bolígrafo.

PEQUEÑOS EJERCICIOS DIARIOS

• Proponer una actividad, cesión o proyecto y solicitar activamente las opiniones de los miembros del grupo.
• Organizar un evento familiar que es intergeneracional, incluyendo a los más jóvenes y a los más mayores.
• Organiza un evento (fiesta de cumpleaños sorpresa, por ejemplo) en tu trabajo que involucre a tus compañeros.
• Defiende a alguien que está siendo tratado injustamente.
• En un evento o actividad, da el giro a los roles y permite que otra persona asuma la posición de liderazgo.
• Lee una biografía o mira una película sobre un líder al que admires y evalúa cómo puede inspirarte de forma práctica.
• Cuando dos personas se sumerjan en una discusión, intervén invitando a otros a que aporten sus pensamientos haciendo hincapié en la resolución del problema.
• Inicia y mantén una nueva tradición familiar, tal como reuniones temáticas, aniversarios, fiestas sorpresa, etc.
• Captar y llevar a un grupo de personas a limpiar un parque o cementerio.
• Inicia un grupo de salud, fitness, cualquier ejercicio, con los compañeros del trabajo.
• Haz una lista de posibles elementos que permitan mejorar tu estilo de liderazgo.

¿Se os ocurre alguno más?

Debes recordar y tener en cuenta que, para ser un buen líder, hay cualidades que son innatas y naturales, rasgos de la persona desde su nacimiento. Pero también hay otras muchas cualidades que se pueden aprender e interiorizar a lo largo de nuestra trayectoria vital. Liderar es encontrar cuál es o cuáles son tus fortalezas personales auténticas, existentes y utilizarlas para conseguir tus objetivos profesionales.

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