Inseguridad en las relaciones sociales, timidez extrema, miedo a cometer errores, incapacidad para interaccionar con naturalidad, síntomas concurrentes como sudoración excesiva, rubor facial, temblores… Hoy hablamos del tratamiento en grupo de la fobia social.

Carmen siempre ha sido tachada de excesivamente callada, poco comunicativa y muy poco sociable. Cada vez que Carmen vuelve a casa, le acompaña una tremenda tristeza por no haber sido capaz de comunicar todo aquello que en el fondo desearía expresar. Siente un bloqueo tremendo. Ella también tiene historias, anécdotas y experiencias que aparecen en su cabeza cada vez que está con un grupo de personas… Ella nunca las cuenta, siempre está en un segundo plano, escuchando, en una lucha constante de “hablo o no hablo”. “¿Y si meto la pata?” “¿Y si mi anécdota no es importante y nadie la escucha?” “¿Y si alguien se ríe de mí?” “….”

La fobia social se caracteriza por ser un miedo muy intenso, en respuesta a las situaciones sociales, en las cuales se ha de interaccionar con los otros.

Las situaciones que se temen se tienden a evitar, por lo que la fobia interfiere de forma muy grave en la vida de las personas. No estamos hablando de una simple timidez, que cualquiera de nosotros, puede experimentar en ciertas ocasiones, hablaríamos, quizás de una timidez extrema que impediría el transcurso cotidiano de la vida de la persona.

La prevalecía entre la población general se calcula que es entre un 4 y un 13%, y la edad de aparición es antes de los 25 años. Es usual es que la persona haya tenido antecedentes de timidez durante la infancia, aunque no siempre tiene porque ser así. Puede existir un componente hereditario, pero dadas las características del trastorno, parece difícil distinguir lo ambiental de lo genético.

el círculo de la ansiedad social al hablar del tratamiento en grupo de la fobia social

Las personas con fobia social pueden experimentar en ocasiones ataques de pánico. Estos son manifestaciones extremas de ansiedad. En las que la persona puede sentir taquicardias, sudoración, ahogos, dificultades para tragar, nauseas, mareos…, a veces se desarrolla un miedo secundario a los mismos ataques de pánico, por miedo a que estos se noten, o sean una muestra de debilidad delante de los otros.

Esto último, es uno de los puntos cruciales pues las personas que lo padecen, se encuentran ante un crítico interno muy fuerte. Dicho crítico les lleva a niveles de exigencia tan altos, que a menudo bloquea su competencia en las interacciones.

Ya sabemos que si hay una buena de manera de superar nuestros miedos es tocándolos, acercándonos a ellos. Es por eso mismo que la terapia de grupo para la fobia social resulta un tratamiento excelente para abordar esta problemática.

Tratamiento en grupo de la fobia social

La RAE define grupo como un conjunto de personas que están juntos o reunidos o que tienen alguna característica en común.

En este caso lo tenemos todo. Estamos juntos, reunidos y con algo en común: un miedo incapacitante en el establecimiento de relaciones sociales.

Cuando uno comparte en grupo vive una experiencia totalmente enriquecedora, que le permite encontrar en el otro las palabras que a uno mismo le faltan, que le permite encontrar un espacio donde por fin lo que cuenta no resulta tan extraño.

El grupo para la fobia social es un espacio doblemente funcional, no solo tiene el factor del enriquecimiento a través de la experiencia del otro, sino que supone una exposición directa a nuestros miedos más profundos: estar con gente desconocida, hablando, interactuando, exponiéndote.

¿Qué busca un tratamiento en grupo para la fobia social?

La confrontación al problema desde el minuto 1. Cuando una persona entra en un grupo para trabajar su fobia social está trabajando su miedo desde el minuto que entra en esa sala, es por eso que el grupo tiene tanto valor y eficacia para este tipo de fobia.

Varios son los objetivos que se persiguen a la hora de tratar la fobia social:

  • Aprender a establecer metas realistas en las interacciones sociales.
  • Corregir las expectativas, interpretaciones y valoraciones negativas y, en general, los errores cognitivos (pensamiento distorsionados) que contribuyen a incrementar o mantener la ansiedad; y modificar los supuestos en los que se basan estas cogniciones negativas.
  • Aprender a concentrarse en la tarea o interacción social en vez de en las sensaciones internas (síntomas fisiológicos) y pensamientos negativos.
  • Reducir las conductas de evitación y las conductas defensivas al tiempo que se potencian las interacciones sociales.
  • Reducir la ansiedad tanto en las situaciones sociales temidas como cuando anticipamos.
  • Aprender a comportarse habilidosamente en aquellas situaciones en las que la persona presenta déficits al respecto.

El tratamiento en grupo proporciona la posibilidad de encontrarse en un ambiente donde somos comprendidos, y sobre todo la posibilidad de experimentarnos dentro de un espacio protegido.

Los otros son nuestros espejos, a través de los cuales nos reflejamos y aprendemos.

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