¿Cuáles son los mitos de la ansiedad? La ansiedad es una emoción que todas las personas experimentamos a lo largo de nuestra vida, en mayor o menor medida y que funciona como un mecanismo de alerta que se activa cuando interpretamos que hay un peligro a nuestro alrededor o en nosotros mismos.
Pero es importante tener en cuenta que la ansiedad tiene un valor adaptativo y funcional, ya que permite a las personas poner en funcionamiento los medios necesarios para hacer frente al peligro o escapar de éste. Se convierte en un problema cuando esta respuesta de ansiedad se activa de manera desmesurada ante situaciones inofensivas.
La ansiedad es una de las problemáticas más comunes en nuestros tiempos, son muchas las personas que sufren momentos de ansiedad no siempre fáciles de gestionar. Pero a pesar de su alta incidencia, hay mucho desconocimiento y se han generado ciertos mitos que dificultan su afrontamiento y manejo.
Mito de la ansiedad 1: La ansiedad es un problema que aparece en las personas más débiles
En la práctica clínica muchas veces nos encontramos con la creencia de que sufrir ansiedad es un signo de debilidad. Creen que las personas que la padecen no son lo suficientemente fuertes psicológicamente y por eso se derrumban con facilidad ante situaciones adversas.
Este es uno de los mitos más extendidos, pero mostrar nuestra parte más vulnerable no es negativo. Esta vinculación muchas veces aparece por el papel del miedo, pero la ansiedad no solo se produce ante situaciones que nos causan miedo, también puede surgir por situaciones de estrés, de difícil manejo o diversos motivos que en ningún caso hablan de la debilidad emocional de una persona.
Este trastorno no es algo de lo que seamos culpables personalmente, es más, este tipo de pensamientos solo conseguirán empeorar y mantener la sintomatología asociada a la ansiedad y nuestro malestar aumentará. No eres capaz de hacer todas esas cosas no porque no quieras, sino porque una problemática te lo está impidiendo.
Mito 2: La ansiedad es dañina para las personas
La realidad es que la ansiedad por sí misma, no es dañina ni negativa para las personas, sino que cumple un papel importante en la respuesta de supervivencia, aparece para protegernos ante una amenaza.
La respuesta fisiológica que tiene la ansiedad puede resultar desagradable de sentir, pero nunca peligrosa puesto que la ansiedad no nos hace daño. Cuando esta se convierte en un problema es cuando aparece episodios frecuentes, intensos y sin que se dé ninguna amenaza cerca, generando malestar físico y psicológico y afectando al entorno laboral y social. Por ello, es importante tener claro que no tenemos que eliminar esta ansiedad, sino aprender a manejarla.
Mito 3: Si te provoca ansiedad, déjalo.
Hablaríamos en estos casos de evitar o escapar, este mito sobre la ansiedad puede resultar algo peligroso puesto que cuánto más se huya de aquella situación, más vulnerables seremos a que nuestra ansiedad aumente.
De hecho, esta idea va en contra de las principales estrategias de intervención de la psicoterapia, que es la exposición. Es importante afrontar el origen, y desarrollar estrategias para responder positivamente ante las situaciones que pueden activar la ansiedad y sus síntomas, respetando nuestras emociones, así podremos gestionar y encontrar solución.
Mito 4: Solo se puede superar la ansiedad con medicación
La necesidad de medicación para superar o reducir los niveles de ansiedad es otro de los mitos más extendidos. De hecho, hay quienes piensan que solo los medicamentos pueden ser eficaces para tratar los síntomas y ayudar a las personas a lidiar con su malestar. Si bien es cierto que la medicación disminuye la sintomatología, la realidad es que no cura el origen de la ansiedad.
Los medicamentos al igual que la psicoterapia necesitan un tiempo para hacer su efecto, proporcionar calma a nuestro organismo. Aunque la medicación ayuda y potencia la psicoterapia, lo que realmente necesitamos es identificar las causas y los factores que nos predisponen y nos mantienen en este estado ansioso. La terapia psicológica es la única que te puede facilitar esas herramientas para trabajar con esos pensamientos intrusivos y poner en marcha nuevas habilidades emocional. En la mayoría de los casos lo ideal es la combinación de la terapia psicológica con la terapia farmacológica.
Mito 5: No es necesario un tratamiento para la ansiedad.
Otro de los mitos relacionados con el manejo de la ansiedad es creer que no se necesita un tratamiento terapéutico puesto que ésta desaparece sola. Esta creencia puede derivar en que la persona mantenga en su día a día cierto grado de ansiedad de manera continuada, lo que puede deriva en consecuencias negativas.
¿Pero cómo saber si necesito acudir a terapia y empezar un proceso terapéutico? Será importante aprender a diferenciar entre la ansiedad y el trastorno de ansiedad. La ansiedad se trata de una respuesta natural de nuestro organismo ante una posible amenaza, mientras que el trastorno de ansiedad el peligro que se percibe es desproporcionado, se intensifica y se alarga en el tiempo.
A través de la terapia el paciente reconoce aquello que le provoca ansiedad y aprende a controlarlo. Una persona que sufre este trastorno y no lo trata de forma adecuada, suelen agravarse los síntomas (la aparición de ataques de pánico de forma más frecuente, la aparición de fobias, miedo intensificado de forma constante que va limitando poco a poco nuestro día a día).
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