Cuando nos encontramos en situaciones de estrés, alarma, miedo, ansiedad nuestro cuerpo libera determinas sustancias para enfrentarse a estas situaciones que nos provocan temor. Estas sustancias se llaman hormonas y son mensajeros químicos del organismo, llegan a los órganos y tejidos a través de la sangre.
Si percibimos una situación como amenazante el Sistema Nervioso Autónomo (SNA) se activa y entra en acción. El SNA se divide en el sistema simpático y el parasimpático, el efecto de cada una de estos sistemas podríamos decir que el simpático se encargaría de la activación de nuestro organismo y el parasimpático llevaría a cabo la regularización para que vuelva a la normalidad.
La rama simpática del sistema nervioso autónomo se activa y las glándulas suprarrenales, que se encuentran encima de los riñones, segregan adrenalina, noradrenalina y hormonas esteroides relacionadas con el estrés. Las glándulas suprarrenales o adrenales tienen una función importante en nuestro cuerpo, por un lado participan en nuestro desarrollo y crecimiento, ayudan a regular la función del riñón e intervienen en la respuesta al estrés.
La adrenalina y noradrenalina también son conocidos como epinefrina y norepinefrina respectivamente.
Ante una situación de estrés o de peligro, se activa la conocida como respuesta adrenérgica. Esta respuesta fisiológica consiste en que el sistema nervioso central envía señales a través del sistema nervioso simpático a diferentes órganos. En las glándulas suprarrenales, el sistema nervioso simpático estimula la producción y liberación de adrenalina y noradrenalina a la sangre. Se habla de respuesta adrenérgica porque es mayor la proporción liberada de las de adrenalina que de noradrenalina.
A través de la sangre alcanzan los diferentes órganos dónde ejercerán su acción. En el sistema respiratorio provocan una dilatación de las vías aéreas, en los vasos sanguíneos producen vasoconstricción y en el corazón aumenta la frecuencia de latido. Todos estos efectos están destinados a aumentar el flujo de oxígeno y sangre hacia los grupos musculares principales para prepararse ante una situación de estrés o peligro.
La adrenalina y noradrenalina son dos compuestos químicamente muy similares que en el organismo actúan como hormonas y neurotransmisores de la respuesta adrenérgica. Cuando se liberan al torrente circulatorio y ejercen su acción a distancia actuarían como hormonas; cuándo se liberan al espacio sináptico entre dos células contiguas actuarían como neurotransmisores.
El cortisol la conocemos comúnmente como la hormona del estrés, es un esteroide segregado por la corteza suprarrenal, también recibe el nombre de glucocorticoide por la influencia en el metabolismo de la glucosa. Esta hormona lo que hace es aumentar la glucosa en sangre, aportando una energía adicional para hacer frente a la situación estresante en la que nos encontramos, lo consigue transformando la grasa en que tenemos almacenada en nuestro cuerpo en glucosa. El cortisol también limita las funciones que serían no esenciales o perjudiciales en una situación de lucha o huida, como el sistema digestivo o el reproductor.
Una vez que la amenaza desaparece los niveles de estas hormonas en el torrente sanguíneo disminuyen y las funciones corporales vuelven a la normalidad.
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