La psicología social estudia el comportamiento humano en la sociedad. Se dedica a través de estudios experimentales de descubrir que principios psicológicos subyacen en la conducta social. Hoy hablamos del experimento de Asch. Te planteo esta pregunta, ¿varía tu comportamiento cuando estás en presencia de otras personas? Dependiendo de con quien estemos, determinará en gran medida nuestra conducta, actitudes y emociones en cada uno de nosotros.

El experimento de Asch

Uno de los máximos exponentes de la psicología social es Solomon Asch nació en Polonia en 1907, emigro muy joven a Estados Unidos donde se formó y desarrollo sus trabajos en el campo de la psicológica social, siendo considerado uno de los pioneros en esta rama de la psicología. Sus investigaciones realizadas en los años 50 son reconocidas a nivel mundial. Investigó cómo la influencia del grupo y el contexto influía sobre las opiniones de los individuos, con el objetivo de demostrar la influencia que los demás pueden tener en nuestro comportamiento. Partiendo de esta base llevo a cabo su experimento más importante, el de la conformidad.

El diseño del experimento

Se les indico a todos los participantes, que eran estudiantes, que iban a participar en un estudio de percepción visual. El objetivo no era evaluar la percepción sino estudiar cómo la presión de grupo puede hacer que cambiemos nuestras respuestas.

Los grupos estaban compuestos entre 6 y 8 personas, uno de ellos era el objeto de estudio y el resto eran colaboradores del investigador, esto significa que sus respuestas estaban pactadas con anterioridad.

Se les presentaba una tarjeta con una línea vertical y otra tarjeta con tres líneas verticales, tenían que indicar cuál de las líneas presentada en la segunda tarjeta tenía la misma longitud que la línea de la primera tarjeta. El planteamiento del experimente era simple.

El experimento de Asch

Respondían siempre en primer lugar los cómplices. El estudio consistía en tres repeticiones para que identificaran que línea era la misma en las dos tarjetas. Después de un par de repeticiones en la tercera seria es cuando los cómplices comenzaban a responder de manera errónea y todos la misma respuesta. Es en este momento cuando aparece el conflicto, imagínate por un momento que estas en esa situación y empiezas a preguntar qué está pasando, ¿estoy equivocado o lo están ellos? seguramente empiezas a dudar y tardas en dar una respuesta.

Aquí es donde aparece el objetivo del experimento de Asch, estudiar si la presión social influye a la hora de mantener nuestra opinión o hace que la cambiemos. La hipótesis de este experimento era que al considerarnos miembros de un grupo es una condición suficiente para modificar nuestras acciones y hasta cierto punto, nuestros juicios y percepciones visuales. Los resultados alcanzado fueron que más del 30% de los sujetos objeto de estudio, estuvieron de acuerdo con la respuesta incorrecta. Aproximadamente un 25% mantuvieron su independencia y dieron la respuesta correcta, no cediendo a la presión del grupo.

En estudios posteriores se constató que cuando los sujetos no emitían su respuesta en voz alta sino escribiéndola en un papel, la conformidad se reducía de manera importante.

A modo de conclusión podemos indicar que como seres sociales que somos, en ocasiones podemos actuar en contra de nuestros principios para poder ser aceptado o sentirnos incluidos en un grupo. Los estudios de Asch abrieron un camino a muchas investigaciones importantes en el campo de la psicología social destacando los realizados por Stanley Milgram.

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