Existen innumerables palabras en nuestro diccionario que no sabemos que significan y a las que no damos ningún tipo de uso. Pero el diccionario también contiene un porcentaje de palabras que aun sabiendo que significan y que podemos usar a menudo, no lo hacemos, a pesar de que son fáciles de pronunciar, como, por ejemplo: Gracias. ¿Sueles dar las gracias? ¿Cuánto hace que no das las gracias por algo?, desde aquí te quiero mostrar qué beneficios tiene la gratitud y cómo podemos ejercitarla para que nos resulte más sencillo incorporar esta palabra a nuestro día a día.

¿Qué es la gratitud?

En los últimos años dentro del marco de la psicología, la gratitud comienza a tomar forma y a posicionarse en el lugar que merece. Se configura, así como una fortaleza dentro de la virtud trascendencia. La gratitud, o la capacidad de ser agradecidos, nos permite reconocer los aspectos pasados y presentes positivos, buenos, aquello que nos ha beneficiado de algún modo y que, por lo tanto, ha otorgado un significado agradable a nuestra existencia.

La gratitud es reconocimiento, cuando nos sentimos agradecidos es porque hemos advertido, hemos tomado conciencia de que hemos sido beneficiados de algún modo. Es una emoción que surge a partir de la percepción de que otra persona ha tenido la intención de promover nuestro bienestar personal, mediante un regalo, ayuda o beneficio. En sus manifestaciones más significativas puede alcanzar niveles elevados de intensidad, llevándonos a experimentar hasta las lágrimas de alegría y despertando nosotros una sensación de apreciación de la vida y satisfacción con el pasado.

Abarca tres aspectos fundamentales: el reconocimiento de que alguien ha tenido la intención de beneficiarnos, la apreciación expresada en agradecimiento, y, por último, la necesidad o motivación de retribuir el beneficio. Sin embargo, si bien es considerada una emoción que se origina en el intercambio social, el agradecimiento puede ser experimentado en un nivel más amplio, como, por ejemplo: sentirse agradecido por las experiencias agradables, valorar los buenos momentos, apreciar las cosas positivas de la vida, etc…

Podemos diferenciar dos tipos de gratitudes: la condicional que implica sentirse bien cuando las cosas han salido como esperábamos y la incondicional en la que se da un hábito de sentirse bien sin que haya ocurrido ningún acontecimiento específico (sería como estar agradecido/a por todo y por nada a la vez).

Implica mirar lo que tenemos y no lo que no tenemos. No se trata de dulcificar o negar una parte de la realidad: se trata de desviar el foco de atención, especialmente en aquellos momentos en que nos resulta complicado no estar removiendo los aspectos adversos y dolorosos de la realidad. Implica tener presente también lo negativo que nos sucede porque sin duda son experiencias ricas en aprendizajes.

Los beneficios de ser agradecido

La gratitud, junto a otras fortalezas (que iremos viendo poco a poco) se relaciona con la satisfacción y el bienestar con la vida y con nosotros mismos. Ser agradecidos puede aportarnos beneficios a diferentes niveles, a continuación, os expongo cuales son:

Nivel emocional

  • Expresar gratitud de manera diaria nos ayudará a poder aliviar los síntomas de la depresión y se relaciona de forma positiva con el optimismo, la alegría, y el entusiasmo.
  • Aumenta la capacidad para lidiar emociones como el estrés y la ansiedad.
  • Genera motivación, supone un impulso de confianza para seguir adelante, reforzando así nuestra autoestima.
  • En términos de disposiciones de personalidad, la gente agradecida tiende a tener una mayor apertura a la experiencia, a la conciencia, a la extraversión, al entusiasmo y a la determinación.
  • Potencia relación consistente y fuerte entre la gratitud, el entusiasmo, la esperanza, el amor y la curiosidad.

Nivel Fisiológico

  • Regula los neurotransmisores del estado de ánimo (serotonina) y del placer (dopamina) por tanto, gracias a esto: Mejora la calidad del sueño.
  • Mejora nuestra salud cardiaca.
  • Mejora los niveles de glucosa.
  • Regula la hormona del estrés (cortisol) y de las relaciones sociales (oxiticina).
  • Cambia la estructura molecular del cerebro manteniendo la materia gris (receptora y selectora de la información y encargada del pensamiento) para que funcione mejor.

Nivel social y laboral

  • La experiencia de gratitud es motivadora de conductas prosociales y morales y de la disminución de conductas interpersonales destructivas, estando ligada a la empatía y a la simpatía.
  • Las personas agradecidas solucionan mejor los problemas, rinden más en el trabajo, tienen más resistencia al estrés y mejor salud física.
  • La gratitud, además de incrementar los niveles subjetivos de bienestar, también es motivadora de la acción altruista, se la considera como una fortaleza humana cuya puesta en práctica podría ser beneficiosa para la sociedad en su conjunto.
  • Las personas agradecidas mantienen más y mejores relaciones sociales. Cuando alguien agradece a otro, éste se siente valorado y siente la necesidad de retribuir ese reconocimiento mediante alguna acción positiva que generará “un espiral de bienestar ascendente”. El pensamiento optimista permite una mirada positiva de la realidad y de los otros; que enriquece e inunda de sentimientos positivos las relaciones interpersonales.

Ejercicios para potenciar la gratitud

Desde el Manual de ejercicios de Psicología Positiva aplicada: Ejercicios sencillos para incrementar el bienestar Dafne Cataluña y sus colaboradores (2017) nos proponen unos cuantos ejercicios para potenciar el humor:

Una sorpresa en cada rincón

Objetivo: Potenciar la gratitud, cuando ésta está equilibrada en la persona.

Descripción: Busca un momento fijo del día para reflexionar acerca de algo que te haya gustado de la persona hacia quien quieres mostrar gratitud: puede ser un gesto, una palabra, un acto, un momento especial, algo que hacía mientras ni siquiera se daba cuenta, o algo en lo que has caído en la cuenta sobre él o ella de repente, que no habías percibido antes. Si se te ocurre de repente o lo cazas en un momento dado, anótalo para que no se te olvide. Elige el soporte que prefieras para lanzar tu mensaje (pon en marcha tu creatividad), y hazle saber cuánto valoras eso que ha hecho o dicho, y lo agradecido o agradecida que estás por ello. Ponle fecha, y escóndelo en algún sitio entre sus cosas, para que lo encuentre en algún momento, cuando menos se lo espere: dentro de un calcetín, en el bolsillo pequeño de su cartera, en la bolsa del gimnasio, pegado a su gomina, dentro de su gorro de invierno, en su estuche de maquillaje, etc.

En el mejor de los casos, encontrará la sorpresa de manera inesperada y seguro que le saca una sonrisa. En el peor de los casos, y mientras no la encuentre, el beneficiado o la beneficiada serás solo tú, hasta que puedas compartir esa gratitud.

Conclusiones: Esta es una actividad ideal para realizar con la pareja, o con alguien con quien se conviva. Para que los efectos sean más potentes se recomienda un mínimo de una vez a la semana.

Tiempo Indeterminado: Desde unos segundos, hasta minutos u horas, depende de lo elaborado del mensaje.

Materiales: Cualquier soporte es válido: Un post-it, una foto, un trozo de papel, un ticket de la compra, una grabación de audio, un pañuelo de tela, lo que prefieras para la ocasión (pon en marcha tu creatividad).

Agradécete a ti mismo

Objetivo: Empezar el día mimando nuestro cuerpo, la gratitud empieza por nosotros mismos.

Descripción: Nos levantaremos 10 minutos antes cada día, tomaremos conciencia de nuestra expresión facial, del estado de nuestra piel y de todo nuestro cuerpo. Observaremos qué necesita nuestro cuerpo, en la ducha nos daremos un masaje con la esponja y el gel siendo conscientes de lo que sentimos al hacerlo. Si nuestra piel está seca nos aplicaremos crema hidratante. Seremos conscientes de la agradable sensación que sentimos en todo nuestro cuerpo.

Conclusiones: La gratitud debe empezar por nosotros mismos, es importante escuchar a nuestro cuerpo que constantemente nos muestra sus necesidades.

Tiempo: 10 minutos.

Materiales: Tiempo, gel de baño, crema hidratante… o lo que nuestro cuerpo nos pida.

Gratitud sincera

Objetivo: Equilibrar una gratitud excesivamente utilizada.

Descripción: Durante una semana realiza un experimento de observación en el que cada día prestarás mucha atención tanto al número de veces que dices gracias como a la información no verbal de las personas a quienes hayas mostrado ese agradecimiento. Al finalizar la semana fíjate en si te han transmitido en varias ocasiones que no es necesario que des las gracias tan a menudo y si cuando lo has hecho el otro ha correspondido, aunque sea con un pequeño gesto, o dada la frecuencia con que lo haces, casi ni ha reaccionado. Si consideras que la frecuencia con la que eres agradecido es tan alta que no es percibida por quienes te rodean, piensa en formas alternativas de mostrar ese agradecimiento, para que genere un impacto en ti, en el otro y en la relación.

Conclusiones: Cuando utilizamos en exceso la gratitud puede que demos la impresión de falta de sinceridad. Por ello saber utilizarla en el momento o con la persona adecuada puede ayudarnos a utilizarla de forma más adaptativa.

Tiempo: 1 semana.

Materiales: No se necesitan.

Pequeños ejercicios diarios

• Todos los días escribe tres cosas buenas que le hayan pasado a lo largo del día.

• Expresa tu agradecimiento a alguien a quien no se lo hayas dicho antes, preferiblemente a través de una visita personal.

• Todos los días selecciona algo pequeño pero importante que des por descontado. Trabaja el ser consciente de esto en el futuro.

• Observa el número de veces que das las gracias y si eres un poco tacaño al respecto.

• Expresa tu gratitud dejando una nota para alguien que ha contribuido a tu crecimiento intelectual (por ejemplo, un profesor de escuela secundaria).

• Expresa las gracias sin necesidad de decir literalmente “gracias” – ser más descriptivo y específico (por ejemplo, “Te agradezco que me hayas acercado al trabajo“).

• Antes de comer, piensa en todas las personas que han contribuido a lo que estás comiendo. Haz esto por lo menos una vez por semana

¿Se os ocurre alguno más?

Ya sabemos que el estado psicológico en el que nos encontramos influye en nuestra salud, por lo tanto, el bienestar físico y psíquico se ven afectados por los efectos positivos o negativos que tienen nuestros sentimientos y emociones. La potenciación y la práctica de la gratitud es muy beneficiosa para nuestro estado psicológico ya que nos aporta experiencias positivas como son el bienestar, la felicidad, el afecto positivo y las conductas prosociales que actúan como una barrera ante las emociones negativas.

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