Antes de hablar de de los derechos asertivos básicos os contamos qué es la asertividad.

La asertividad es la capacidad de decir lo que sentimos y pensamos de una forma adecuada, sin sentirnos culpables, respetando a los demás y a nosotros mismos. No es solo lo que decimos sino también como lo decimos, es decir, las palabras vienen acompañadas de miradas, expresiones faciales, expresiones corporales, volumen y tono de voz.

La asertividad nos ayuda a comunicarnos de manera eficaz con los demás, regulando nuestros pensamientos y emociones. Con ella somos capaces de escucharnos y de tenernos en cuenta, manteniendo así una relación saludable no solo con los que nos rodean, sino con nosotros mismos. Este estilo refuerza nuestra autoestima y nuestra seguridad, sintiendo una gran libertad para expresar nuestros gustos e intereses de forma espontánea, hablar de sí mismo sin vergüenza, aceptar halagos sin incomodidad, discrepar sin miedo, aceptar críticas, pedir aclaraciones y saber decir que no. La comunicación asertiva se dirige hacia la defensa de los derechos propios sin violar los derechos de los demás.

¿Qué son los derechos asertivos?

Existen ciertos derechos que son grandes desconocidos para la mayoría de nosotros, sin embargo, son probablemente los más importantes, básicos y fundamentales para nuestro estado de bienestar psicológico. Son un grupo de postulados (no están escritos en ninguna ley oficial) que nos permiten ser quienes somos y expresar lo que sentimos y pensamos de forma asertiva, siendo estos válidos tanto para nosotros como para los demás. Tener en cuenta estos derechos no significa que tengamos la libertad o licencia para hacer o actuar pasando por encima de los demás. Existen límites, los derechos asertivos tienen en cuenta los límites éticos y morales.

Derechos asertivos básicos

Actualmente existen muchas listas sobre derechos asertivos, esto ocurre porque no hay una lista definitiva en cuanto a ellos, en muchas ocasiones el mismo sentido común los guía. Todas las listas son afirmaciones subjetivas, pero lo que realmente los hace válidos en el entorno del desarrollo personal son los que derivan de los principios básicos de la asertividad: encontrar la libertad legítima, la autenticidad y el bienestar. Aquí os presento la lista de derechos asertivos básicos:

  1. Hay un derecho principal básico del que derivan los demás.

Tenemos derecho a juzgar nuestro propio comportamiento, nuestros pensamientos y nuestras emociones, y a tomar la responsabilidad de su iniciación y de sus consecuencias. Ser nuestro propio juez implica el derecho a tener nuestra propia opinión, nuestro propio sistema de creencias y valores y actuar en consecuencia de todo esto. Con ello asumimos que somos el máximo responsable en nuestra vida.

2. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad

Derecho que tenemos cada uno de nosotros, de ser respetado y valorado como ser individual y social, con nuestras características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser personas.

3. Derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.

Tenemos derecho a validar nuestros propios sentimientos, emociones y opiniones, son tan importantes como los de los demás. ¡Expresémonos!

4. Derecho a ser escuchado y tomado en serio.

Este derecho ser refiere a la libertad de expresión, que no nos impidan el poder expresarnos. ¡No nos callemos! Lo que no depende de nosotros es que los demás nos escuchen y acepten lo expresado.

5. Derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis decisiones.

Tenemos derecho a escuchar que necesitamos, que deseamos y que queremos, en base a eso establecer una jerarquía de prioridades y tomar la correspondiente decisión (no hay ni correctas ni incorrectas) para solventar esa necesidad.

6. Derecho a decir NO sin sentir culpa.

Tenemos derecho a negarnos hacer un favor, podemos discrepar, podemos estar en desacuerdo, podemos declinar una invitación y una propuesta. Decir no, no significa ser egoístas, no podemos agradar a todo el mundo, decir no, significa que no estamos teniendo en cuenta.

7. Derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta que el otro tiene derecho a decir NO.

Tenemos derecho a realizar peticiones a los demás, a pedir favores, pero tenemos que tener en cuenta que ellos también tienen el derecho de rechazar nuestras peticiones.

8. El derecho a cambiar.

Dado que cualquier situación puede ser vista desde múltiples puntos de vista y que la realidad está en permanente cambio, tenemos derecho a cambiar de opinión, a cambiar de parecer, de valores, de equipo de futbol, de partido político…. En definitiva, tenemos derecho a cambiar hacia aquello que más beneficioso y saludable nos parezca.

9. El derecho a cometer errores.

Con esta premisa caemos en muchas ocasiones en la autoexigencia, o en la exigencia hacia los demás. Esto implica juzgarnos a nosotros mismos (o a los demás) por los errores que cometemos, asumiendo que fallar es humano, es decir, algo normal y aprendiendo con responsabilidad del error para evitar cometerlo en situaciones futuras, pero liberándonos de las culpas asociadas.

10. El derecho a pedir información y ser informado.

Tenemos derecho a ser conocedores de aquello que desconocemos, aunque hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones dependerá del otro darnos o no la información y la cantidad de información (pueden no dárnosla completamente). También es cierto que dependiendo del establecimiento o lugar están obligados a dar cierta información.

11. El derecho a obtener aquello por lo que pagué.

Si pagamos por un producto es porque queremos ese producto ¿no?, hemos hecho el intercambio necesario para poder adquirirlo, luego también tenemos derecho a reclamar las veces que haga falta tal producto si está en mal estado, o defectuosos, o si lo recibido no se ajusta a lo descrito o visto en foto.

12. El derecho a decidir no ser asertivo.

No tenemos la obligación de ser asertivos, por tanto, somos responsables de decidir cuándo utilizar este estilo, teniendo en cuenta las consecuencias que pueden derivarse de utilizar un estilo agresivo, pasivo o pasivo-agresivo.

13. El derecho a ser independiente.

No únicamente a nivel económico o cuanto a necesidades básicas. Sino también de nuestras propias ideas, creencias religiosas, políticas, motivaciones, valores, moralidad…

14. El derecho a decidir qué hacer con mi tiempo, cuerpo y propiedades sin que se violen derechos de los otros.

Cada uno distribuye, organiza y dispone de lo suyo como mejor entiende, sabe y puede; al tiempo que aceptamos las consecuencias que nuestra elección implican.

15. El derecho a tener éxito.

Tenemos derecho a valorar y darnos importancia cuando logramos objetivos o metas. Aceptar que se nos da bien algo, que tenemos cualidades y habilidades no implica sobrevalorarnos o ser egocéntricos, significa que aceptamos, valoramos y tenemos en cuenta que nosotros también tenemos puntos fuertes.

16. El derecho a gozar y disfrutar.

No todo son obligaciones, tenemos derecho a parar la máquina, a dedicarnos tiempo, al disfrute, al goce, tenemos derecho a escuchar que nos apetece en todo momento y decidir si queremos llevarlo a cabo. ¡Si te apetece un helado de chocolate, cómpratelo!

17. El derecho a mi descanso, aislamiento, siendo asertivo.

De nuevo, no todo son obligaciones, tenemos derecho a tomarnos un tiempo para nosotros mismos, a tener nuestro espacio y poder aprovecharlo de la manera que nos resulte más gratamente. ¡Tenemos derecho a autocuidarnos!

18. El derecho a superarme, aun superando a los demás.

Es lícito marcarte tus propios objetivos de desarrollo, y no inhibirte en tu crecimiento por una humildad malentendida. Tienes derecho a marcarte metas de superación, a sobresalir en algunas habilidades o competencias y a no sentirnos culpable por ello.

19. Derecho a no ser perfectos.

Tenemos derecho hacer menos de lo que humanamente somos capaces de hacer. No siempre tenemos que dar lo mejor de nosotros mismo ni rendir al 100%, ni estar incondicionalmente. Tenemos derecho a no ser perfectos ni ejemplares.

Tener en cuenta que esta lista es una de las tantas que podéis encontrar en las redes, la mejor manera de hacer tu propia lista de derechos asertivos es escuchándote, teniéndote en cuenta, priorizándote, valorándote, dándote importancia y sentido. Ahora os toca a vosotros añadir vuestros propios derechos asertivos básicos.

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