La Agorafobia se caracteriza por miedo y ansiedad, intensos y desproporcionados, al exponerse o anticipar encontrarse ante situaciones de las que puede resultar complicado escapar, o en las que en caso de sufrir un ataque de ansiedad o síntomas similares pedir ayuda puede resultar difícil o embarazoso. ¿Cómo trabajamos con los pacientes que sufren de agorafobia? Te lo explicamos a continuación, sigue leyéndonos y si sufres este problema o síntomas similares no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
El miedo lleva al paciente con agorafobia a evitar estas situaciones por la intensa ansiedad que le provoca incluso el pensar en ellas. Normalmente, la elevada ansiedad va acompañada de la sensación subjetiva de que algo terrible va a suceder.
En la agorafobia, la ansiedad no se centra en una situación concreta, sino que gira en torno al miedo a sentir o sufrir sensaciones como pueden ser mareos, vómitos, perder el control, desmayarse, etc. El cuerpo de una persona que padece agorafobia reacciona ante situaciones cotidianas como si fueran situaciones de peligro real, limitando así en gran medida su día a día.
¿Cómo trabajamos con los pacientes que sufren de agorafobia?
Las terapias cognitivos-conductuales se presentan como tratamiento de elección al trabajar con pacientes con agorafobia. Algunas de las técnicas con las que trabajamos y que están basadas en este tipo de terapias son:
• La Psicoeducación, una de las estrategias claves al trabajar con esta problemática. El objetivo es centrarnos en ayudar al paciente a conocer la respuesta de lucha/huida y la fisiología propia de la ansiedad. Es decir, qué es la ansiedad, cuál es su origen y en qué consiste. Todo esto ayuda al paciente a comprender lo que le sucede y normalizarlo. Conocer la información sobre el problema va a favorecer una mayor percepción de control sobre el malestar, además empezamos a trabajar en la idea de normalización de los síntomas y el abandono de la conducta de lucha para que estos desaparezcan.
• Técnicas de relajación para el manejo de la ansiedad como son la respiración diafragmática, la distensión muscular, el mindfullness. etc. Estas se utilizan para alcanzar un estado de hipoactivación que contrarreste la activación propia de la respuesta ansiógena.
• Reestructuración cognitiva, se basa en conseguir que las interpretaciones y los pensamientos sean más realistas. Para ello, será necesario primero conocer las creencias y pensamientos catastróficos derivados de los miedos del paciente a determinadas situaciones o sensaciones físicas. Una vez conseguido este primer objetivo trabajamos en la modificación, es decir, flexibilizar o cambiar los pensamientos, sustituyéndolos por otros más realista y funcionales.
• Abandono de la conducta de lucha frente a los diferentes miedos o sensaciones propias de la ansiedad. Aunque parezca paradójico, este tipo de “lucha” solo estará poniendo nuestra atención y haciendo cada vez más fuertes a todos esos síntomas que nos generan malestar. Aprender a sostener y sobrellevar la ansiedad, va a ser una de las claves para conseguir un manejo óptimo.
• Otro de nuestros objetivos será trabajar en la ansiedad anticipatoria. Vivir anticipándonos a las situaciones puede provoca el mismo nivel de malestar o crisis de angustia que si estuviéramos frente a frente a nuestro mayor temor. Para ello nos centraremos en trabajar en la no anticipación, en el enfoque y anclaje “aquí y ahora” o “momento presente”.
• La exposición es una de las estrategias claves y de mayor éxito frente a la agorafobia. Es importante conocer cuáles son las sensaciones o situaciones temidas con el objetivo de trabajar esta exposición de manera repetida, sistemática y graduada a estos miedos. Intentar permanecer sin escapar o evitar el lugar o esas sensaciones aversivas, es una de las principales herramientas de trabajo para conseguir superar poco a poco estos temores. Todo ello nos permitirá comprobar que, más allá de las sensaciones o del miedo, podemos hacer o permanecer sin que ocurran muchos de nuestros peores pensamientos.
• Uno de los factores más importantes, y que vamos a utilizar como herramienta motivadora, van a ser los valores personales del paciente, es decir, qué es lo que realmente me importa y quiero hacer, pero no consigo por “miedo a”, es decir, esa fuerza que me empuja a seguir adelante más allá de mis miedos.
• Reforzar autoestima. Lo problemas de ansiedad provocan un debilitamiento personal, por ello, enriquecer las diferentes facetas de la vida del paciente, la autopercepción y fortalecer la confianza en uno mismo van a ser importantes para conseguir establecer un afrontamiento efectivo con este tipo de problemáticas.
La agorafobia provoca un nivel de malestar bastante significativo y limitante en el día a día. El trabajo en este tipo de problemáticas es un camino de largo recorrido y, por tanto, va a ser de vital importancia ser paciente con uno mismo puesto que la adquisición de nuevas formas de afrontamiento, necesitan de tiempo y aprendizaje para su consolidación. Si te has sentido identificado con todo esto y no sabes cómo seguir avanzando, estás en el lugar adecuado y estaremos encantados de poder ayudarte.
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