En esta oportunidad vamos a hablar de los trastornos de la ansiedad en deportistas de élite como han sido el tenista estadounidense Mardy Fish y la tenista Naomi Osaka, en su faceta profesional y en su vida cotidiana.

La ansiedad es una respuesta de activación, lucha o huida que surge tras la interpretación o existencia de un peligro. Esta tiene componentes tanto cognitivos como somáticos. El componente cognitivo es el componente mental de la ansiedad causado por elementos como el miedo. El somático es el componente físico que refleja la percepción de estas respuestas fisiológicas como el aumento del ritmo cardiaco, la tensión muscular, etc.

Ante las situaciones de competición deportiva surge un proceso de estrés que comienza con la propia situación competitiva, siendo necesario aclarar que esta no es estresante en sí misma, sino que la forma en la que el deportista interpreta la situación es la que determina si es estresante o no. Todos los jugadores sienten la presión de la competición, pero la diferencia reside en la forma en la que cada jugador afronta y gestiona la presión.

El tenis es un deporte de competición que representa para el jugador un desafío mental contra el adversario y, a veces, contra sí mismo. A menudo, el estado mental del jugador puede ejercer una enorme influencia en su estado físico y rendimiento.

Mardy Fish

Mardy Fish fue considerado durante mucho tiempo uno de los jugadores más talentosos de su época. Tras años a la sombra de sus rivales en las competiciones deportivas, en 2010 trabajó para convertirse en un jugador feroz en la pista y se centró en el tenis únicamente. “Perdí amigos durante esos años, lo único que hacía era pensar en el tenis, estaba obsesionado. Perdí 15 kilos, entrenaba horas, controlaba mi alimentación… Vivía por y para el tenis” afirma el jugador. Quería demostrar al mundo y a sí mismo que podía llegar a ser el mejor tenista estadounidense y uno de los mejores a nivel mundial, pero esto también trajo consigo multitud de expectativas, tensión y miedos que le llevaron a un punto extremo.

Mardy narra la enorme presión a la que fue sometido y el miedo a decepcionar al que se enfrentaba día a día, exigiéndose ganar competición tras competición. “Todo el mundo hablaba de mí, me encontré con gente criticándome, gente que consideraba mis amigos calificando mi tenis de penoso, y eso me afectó mucho. Durante ese año pasé por momentos malos fuera de pista, momentos en los que era como si el mundo se derrumbara, solo quería desaparecer y olvidarme de todo”. Estas declaraciones del tenista nos muestran cómo el deporte pasó de ser un refugio y disfrute a una pesadilla.

Mardy Fish fue uno de los primeros deportistas que reconoció atravesar problemas de ansiedad y depresión, viéndose superado por la presión mediática de los medios de comunicación y aficionados que pusieron en él muchas expectativas. Durante los años 2013 y 2014 se vio obligado a abandonar su carrera profesional y centrarse en trabajar en la recuperación de su salud mental. A base de un entorno sólido y cuidado, de su coraje personal y de la ayuda de profesionales, consiguió salir y pudo darse la oportunidad de despedirse del tenis en la cancha. Tal y como afirma el deportista la ansiedad es una parte de él frente a la que no lucha y acepta. “Eso siempre va a estar ahí. Cada día lidio con ello, pero ahora soy yo el que gana la batalla a mi mente”, así es como define el tenista su ansiedad.

Naomi Osaka

La tenista Naomi Osaka es otra de las deportistas que públicamente ha hablado de sus problemas de depresión y ansiedad y hemos visto cómo estos problemas de salud mental le han llevado a tomar la decisión de retirarse de manera temporal en este último año.

Osaka se define como una persona introvertida con unos niveles altos de ansiedad social que conseguía camuflar y afrontar en los partidos concentrándose en lo que sucedía en la pista o estrategias como utilizar cascos en los partidos que le ayudaban a calmar su ansiedad.

Con tan solo 20 años se convirtió en una referente del deporte internacional, además utilizaba su exposición pública para alzar la voz sobre los problemas sociales que más le importaban, lo que le llevó a ser un foco de críticas importante de la prensa. Esto, sumando a las grandes expectativas puestas en ella y en su carrera profesional, por parte de las marcas, los aficionados e incluso ella misma por tener que mantenerse siempre como esa figura prometedora del deporte, provocaron que a sus 23 años y tras haber ganado cuatro Grand Slams (Estados Unidos, 2018 y 2020 y Australia, 2019 y 2021), la ansiedad la atraparla y paralizarla. “Todo salió mal. He sentido por momentos que tenía todo el peso del mundo sobre mis espaldas. Ha sido demasiado para mí” reconocía Osaka.

Es en 2021 cuando la tenista se niega a acudir a las ruedas de prensa por una decisión de autocuidado mental, evitando así tener que lidiar con el miedo y la presión de tener que dar siempre la mejor respuesta, lo que la gente espera, sin dañar su imagen. Para Osaka “el esperar que los jugadores respondan preguntas después de una derrota equivalía a patear a una persona mientras está en el suelo” afirma.

En estos dos casos vemos que no es solo la ansiedad del propio juego la que les puede provocar un gran malestar, sino que sumado a la exposición pública y las continuas críticas y expectativas que la gente deposita en estos jugadores, es lo que termina poniendo sobre los mismos una losa difícil de manejar.

Hablar de su problema públicamente, normalizarlo, trabajar en el autoconocimiento, es decir, quiénes son más allá del ese personaje público, y aprender qué necesitan en cada momento para poder manejar y afrontar su malestar y ansiedad, son algunas de las estrategias que estos deportistas definen como claves para hacer frente a esta problemática.

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