Los valores son aquello que nunca se termina de alcanzar, son un sentido vital. No son objetivos que podamos cumplir y terminar. Son elecciones que orientan nuestra dirección en la vida, cuentan la forma en que queremos vivir. No son sentimientos, ni juicios de valor, ni deseos.

Son acciones. Son direcciones a las que dirigirse y que deben ser vividos. Nos van a guiar y motivar a medida que avanzamos en nuestra vida. No sirve solo con pensar que uno mismo es generoso si luego no es capaz de compartir algo importante con otros, es decir, tendremos que ser consecuentes con nuestros valores y acciones.

Por ejemplo, querer ser un compañero cariñoso y un apoyo para los que te rodean, eso es un valor, ya que es un proceso continuo, voy a tener que estar haciendo cosas que estén en sintonía con esto. Pero si dejo de ser cariñoso o ignoro a la gente que necesita mi apoyo, estoy dejando de actuar conforme a mis valores.

Elegir la dirección valiosa es el primer paso, muy importante y necesario, pero no basta. Los valores en realidad se definen por lo que la gente hace, no simplemente por lo que dice que quiere que signifique su vida. Es decir, tenemos que ponernos en marcha dentro de ese camino. Vivir de manera coherente con los propios valores va a requerir pequeñas acciones todos los días.

Lo que habla de los valores de una persona son las cualidades de esas acciones. A través de ellas demostramos lo que de verdad nos importa en la vida, la clase de compañero/a, hijo/a, profesional, pareja, amigo/a que somos y queremos ser.

Los valores en la terapia de aceptación y compromiso

El propósito que define realmente el modelo de ACT con los valores es cambiar el foco de atención y mi esfuerzo, en vez de a metas difíciles y costosas de alcanzar (como eliminar sensaciones o pensamientos desagradables) es dirigirla hacia acciones que los pacientes consideran significantes para sus vidas.

En terapia se pretende cambiar la situación actual por otra mejor, por eso es fundamental trabajar los valores, porque motivan al cambio. Hacen que la persona se fije más en como quiere ser, que en que los síntomas desaparezcan. Son un eje que centra al individuo para mantener comportamientos que requieren un esfuerzo, aunque no consiga resultados inmediatos. El trabajo con valores en terapia cambia el foco de atención, de eliminar síntomas hacia conseguir una vida satisfactoria de acuerdo con los principios que la persona elije para sí misma.

La práctica clínica nos dice que, con el tiempo, la ansiedad deja de ser una preocupación tan aguda al exponernos de forma natural a aquello que nos mueve, es decir la ansiedad se vuelve menos importante para los pacientes en comparación con llegar a hacer aquello que quiero, que es importante para mí.

El paciente conseguirá la satisfacción cuando haga conductas en dirección hacia ese proceso vital, que elige y actúa haciendo cosas relevantes para sí mismo, sin centrarnos en si siento malestar o no, si tengo pensamientos negativos o no.

Clarifica tus valores

Es muy normal que podamos estar ante la situación de que nunca nos hayamos planteado nuestros valores vitales. Es aquí cuando utilizamos la clarificación de valores, es decir, vamos a contactar con lo que realmente le importa a la persona. Vamos a hacer una evaluación de los aspectos que son fundamentales para la persona en cada una de las facetas en las que puede fraccionarse su vida.

Clarificar valores es el primer paso para ponernos metas y objetivos acordes con ellos, y después, determinar las acciones concretas para alcanzarlas. Lo que se busca es ayudar a clarificar y contactar con lo que realmente le importa a la persona consultante, y conectarlo con conductas alternativas, las llamadas acciones valiosas.

Los valores son personales, por eso no puede establecerse una lista correcta de valores; cada persona tiene que establecer la suya propia, puesto que nos van a orientar sobre cómo queremos interactuar con el mundo, con la gente a nuestro alrededor y con nosotros mismos.

Algunas de las preguntas que nos podemos hacer y que nos ayudarán en la clarificación de nuestros valores pueden ser:

  • ¿Por qué estoy haciendo esto?
  • ¿Qué estoy tratando de conseguir en mi vida con esta meta?
  • ¿Hacia dónde me estoy dirigiendo con esto?
  • ¿Estás siendo fiel a lo que te importa?

Si nunca te habías planteado qué es lo que te mueve en la vida, más allá de tu malestar, te proponemos que dediques unos minutos a centrarte en tus valores y comprobar si tus acciones del día a día se ajustan con tu sentido vital. Si te encuentras bloqueado, no encuentras el camino para seguir avanzando o te gustaría redescubrir cómo encaminar tu vida, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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