Hace unas semanas La Vanguardia publicaba un artículo titulado “Zac Efron y otros famosos que sufren agorafobia” (Castells, 2022). En el texto se recogen testimonios del actor y otros personajes públicos entre los que se incluyen Kim Basinger, Emma Stone, Macaulay Culkin o Woody Allen. 

Los protagonistas del artículo explican cómo la agorafobia ha condicionado sus vidas:

• No podían salir a la calle

• No podían recibir gente en su propia casa

• Sentían miedo paralizante a los lugares públicos

• Sentían cómo los edificios les iban a comer

• Tenían ataques de pánico, la boca seca, temblor, agotamiento, etc.

Además de todo lo anterior, algunos tenían que vivir con miedo a contarlo. 

Mike Patton, cantante de Faith no More, ha compartido también este año su experiencia con la agorafobia durante el comienzo de la epidemia de COVID 19 (Mills, 2022). Explica cómo el confinamiento le pareció al principio algo positivo, ya que justificaba su deseo de quedarse en casa. Tres meses más tarde, comenzó a sentirse peor y a tener miedo de rodearse de gente. 

Los entrevistados comparten diferentes acciones que les ayudaron a controlar los síntomas de agorafobia: experiencias vitales como ser madre o adoptar un perro, la práctica de meditación y, desde luego, la terapia psicológica. 

Además, en todas las historias parece haber un mensaje que se repite: hablar ayuda. Es un mensaje sencillo pero profundo. Se estima que de las personas que sufren trastornos de ansiedad en el mundo desarrollado, solo un 16,7 % buscan ayuda profesional y uno de los principales motivos para no hablar es el estigma social que conlleva pedir ayuda psicológica (Christoforou et al., 2017). Si no podemos hablar, tampoco podemos informarnos y formarnos para comprender la agorafobia y esto, a su vez, constituye una nueva barrera a la búsqueda de ayuda. 

Que haya personajes públicos compartiendo sus experiencias de sufrimiento con la agorafobia, puede ayudar a desestigmatizar su padecimiento y animar a quien sufre a buscar ayuda profesional, especialmente cuando varias de estas historias explican cómo los síntomas casi invalidantes que padecían, se controlan y se superan. 

Si esto es así, si conseguimos superar el estigma, hablar de ello y buscar ayuda, el siguiente paso es preguntarse qué tipo de ayuda resulta más eficaz. En ese sentido resulta interesante un estudio publicado por Cambridge University Press en 2022 que quizá sea la revisión sistemática más extensa sobre la eficacia de la terapia para el trastorno de pánico con y sin agorafobia (Papola et al., 2022). Este estudio concluye que la terapia resulta efectiva y que concretamente la terapia cognitivo conductual es, para estos trastornos, más efectiva que otras alternativas existentes. 

En definitiva, tenemos motivos para pensar que, ante la agorafobia, hablar ayuda y la terapia psicológica también. 

Referencias

Castells, E. (3 de octubre de 2022). Zac Efron y otros famosos que sufren agorafobia. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/magazine/protagonistas/20221003/8549438/zac-efron-confiesa-agorafobia.html
Christoforou, M., Fonseca, J. A. S., & Tsakanikos, E. (2017). Two novel cognitive behavioral therapy–based mobile apps for agoraphobia: randomized controlled trial. Journal of medical Internet research, 19(11), e7747.
Mills, M. (19 de octubre de 2022). Mike Patton on the return of Dead Cross: ‘This record was forged through Covid, cancer and alcoholism’. The Guardian. https://amp.theguardian.com/music/2022/oct/19/mike-patton-on-the-return-of-dead-cross-this-record-was-forged-through-covid-cancer-and-alcoholism
Papola, D., Ostuzzi, G., Tedeschi, F., Gastaldon, C., Purgato, M., Del Giovane, C., … & Barbui, C. (2022). Comparative efficacy and acceptability of psychotherapies for panic disorder with or without agoraphobia: systematic review and network meta-analysis of randomised controlled trials. The British Journal of Psychiatry, 221(3), 507-519.

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