No puedo empezar a contar cómo se vive sin ansiedad ya que en mi caso siempre ha estado conmigo. Desde siempre la he tenido conmigo a mi lado como una sombra negra. A medida que yo iba creciendo, ésta se hacía más grande y a medida que yo iba madurando, ella también maduraba. Dejó de aparecer cuando dejé de tenerle miedo a la oscuridad. Sin embargo, apareció en el instituto. Ahora con 22 años, la ansiedad aparece en todos las situaciones posibles. Esa angustia, esa incertidumbre y, sobre todo ese dolor, aparecen casi todos los días de mi vida. En el plano académico, a la hora de conocer gente, en mis relaciones sentimentales, en casa… Intento sobrellevarlo de la mejor manera que puedo: evitando los pensamientos que me hacen tener un ataque de ansiedad, escuchando música o viendo series para distraerme, dejando la mente en blanco… Pero estas técnicas rara vez funcionan y la mayor parte del tiempo estoy batallando con la ansiedad. A veces la considero como una persona de carne y hueso que siempre está ahí observándome. Algunos momentos me deja tranquila pero, cuando menos me lo espero, vuelve a estar ahí.

ansiedad

Ilustración de Sylvie Reuter

No concibo la vida sin ansiedad. No ha pasado un día en el que no haya padecido ansiedad en algún momento del día. He cancelado planes con amigos. He pospuesto cosas para el día siguiente porque ese día no tenía fuerzas para enfrentarme a ello. He llorado por no ser capaz de enfrentarme a cosas a las que debería poder enfrentarme, por no sentirme como los demás, por sentir que siempre iba por detrás por culpa de la ansiedad. Me he sentido terriblemente mal por el hecho de tenerle ansiedad a todo. Es como si fuera un agujero negro que te absorbiese las ganas de vivir. A eso hay que añadirle los síntomas físicos que se tienen cuando se padece un trastorno de ansiedad. Dolores de cabeza, insomnio, fatiga, mareos, tensión muscular…y un sinfín de síntomas que hacen que esto sea más difícil de llevar. Son incontables las veces que me he encontrado mal por culpa de la ansiedad y tres las veces que he tenido que ir a urgencias. La única alternativa para paliar estos síntomas ha sido mediante la medicación.

También tengo que destacar que el estigma que rodea a la ansiedad (y por ende a cualquier enfermedad o trastorno mental) es también un problema. La mayoría de la gente no cree que esto pueda existir. Piensan que solo es una excusa y que solo sirve para dar pena o llamar la atención. Si eres uno de los que piensa eso, déjame decirte que no es así. Esto no se elige al igual que el que se rompe una pierna o tiene la gripe tampoco está eligiendo pasar por eso. Es algo que, por desgracia, se padece y que es bastante difícil de llevar no solo por lo que provoca sino también por el estigma y la falta de información que existe en nuestra sociedad. Cada vez la gente padece mas trastornos de ansiedad y creo que es algo que debería preocuparnos y de lo que deberíamos tomar conciencia.

Por último quería dirigirme a aquellas personas que crean que puedan padecer un trastorno de ansiedad: Pedir ayuda está bien. Ir al psicólogo está bien. Tomar medicación para curar la ansiedad también está bien. Todo lo que haga sentirte mejor o incluso curarte, está bien. No tengas miedo. No tengas miedo del qué dirán. La vida es demasiado corta como para anteponer tu salud mental al qué dirán. Sé fuerte y hazlo por y para ti.

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