Alcanzar los objetivos y metas que nos proponemos, en ocasiones no es una tarea nada fácil. ¿Cuántas veces hemos dejado para mañana lo que podíamos hacer hoy, y ese hoy en realidad nunca llega? Cuando esto sucede es porque hemos sucumbido a la procrastinación. Procrastinar es la acción o el hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. El término se aplica comúnmente a la sensación de ansiedad generada ante una tarea pendiente de concluir. El acto que se pospone suele percibirse como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante.

¿Qué nos puede ayudar a poder alcanzar nuestros objetivos y no sucumbir a la procrastinación?

1. Ajustar las expectativas que yo tengo con respecto a mi mismo y con respecto a la tarea (como me veo de capaz de realizar la tarea).

Cuando sentimos que no vamos a ser capaces de realizar la tarea, nos sentamos de brazos cruzados y nos decimos “para que voy a intentarlo, si total no lo voy a poder conseguir”, esto se convierte en una profecía autocumplida. Creemos firmemente que no vamos a ser capaces, por tanto, ni si quiera lo intentamos y concluimos que efectivamente no somos capaces. Pero claro… ni si quiera nos hemos dado la oportunidad de comprobar que quizás sí. ¡No lo intentes vaya ser que lo consigas!

Muchas veces estamos esperando a sentirnos 100% preparados/capaces para realizar la tarea, y aquí es donde nos perdemos esperando que ese maravilloso día llegue. Estar preparados para generar movimiento es una trampa que no hará que arranquemos, en realidad es todo lo contrario, es el propio movimiento cuando iniciamos el que nos va ha preparar y ayudar a continuar.

2. La motivación es la gasolina para el cerebro.

La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta de la persona hacia metas o fines determinados; es el impulso que nos mueve a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. La motivación es lo que nos da la energía y dirección a nuestra conducta. La motivación es un estado emocional que se activa cuando tenemos una buena razón para actuar, para movernos. Un estímulo que puede ser externo o interno; y que nos sirve como recompensa (o como castigo). Cuando tenemos un motivo lo suficientemente fuerte, este hará que actuemos casi sin pensarlo; impulsando nuestra voluntad hacia la acción. Es una especie de impulso que nos lleva a hacer algunas cosas sin que nos requiera demasiado esfuerzo; y que nos ayudará a conseguir un objetivo, una recompensa.

Podemos distinguir dos tipos de motivación: la motivación intrínseca es aquella que trae, pone, ejecuta, nos activa cuando lo deseamos, para aquello que nos apetece. Es, por tanto, una motivación que llevamos con nosotros, no depende del exterior y la ponemos en marcha cuando consideramos oportuno. La motivación extrínseca, por su lugar de proveniencia, externo, es aquella provocada desde fuera de nosotros, por otras personas o por el ambiente, es decir, depende del exterior, de que se cumplan una serie de condiciones ambientales o haya alguien dispuesto y capacitado para generar esa motivación. Aunque no lo parezca la motivación intrínseca es mucho más potente que la extrínseca, la externa implica un “deber, una obligación” y en ocasiones no estamos dispuestos a llevar a cabo esa “obligación”.

3. El poder de la recompensa que obtenemos cuando alcanzamos nuestro objetivo o le damos resolución a una tarea entra en juego a la hora de aumentar nuestra motivación para no tirar la toalla.

Tenemos que cuidar de proporcionarnos las recompensas (premios, refuerzo) adecuadas porque con ello nuestro cerebro segregará dopamina y como resultado obtendremos una maravillosa sensación de satisfacción intrínseca por el hecho de haber realizado la tarea. Este subidón dopaminérgico le servirá también a nuestra motivación para coger todavía más impulso y pegar un buen acelerón hasta nuestro próximo objetivo.

4. La impulsividad es un enemigo de la consecución de objetivos.

En ocasiones nos puede costar dominar nuestro comportamiento impulsivo, definido como toda aquella reacción que carece de una reflexión previa. Impulsividad y autocontrol son dos términos íntimamente relacionados.

Entender que antes de que se produzca la respuesta o conducta impulsiva, ya hemos estado dando pequeños pasos que nos dirigen hacia esa respuesta final. Por ejemplo: si mi objetivo es comer de manera saludable y de repente nos vemos devorando una bolsa de patatas. ¿Qué ha pasado? Hay que ser muy autoconsciente que, para atracarme de patatas, previamente tengo que haber comprado una bolsa de patatas en un supermercado. Tenemos que observar que. antes de la respuesta impulsiva de comerme las patatas he podido hacer muchas otras cosas para evitar llevar a cabo esa conducta, como por ejemplo no entrar al supermercado.

Otras alternativas que nos puede ayudar es poner en práctica técnicas o estrategias que nos hagan menos reactivos, entendiendo reactivo como el no ser capaces de gestionar ese primer impulso y nos dejamos llevar por él Meditación, relajación, difusión cognitiva, contactar con el presente, estar en el aquí y ahora.

5. La importancia del tiempo que se necesita para llegar al objetivo.

Planifícate. Fijarse un objetivo es fácil, lo difícil es mantenerlo cada día, de modo que la clave para que nuestra motivación no se debilite innecesariamente es tener un plan que anticipe muchos de los problemas y las tentaciones que nos surgirán y cómo los resolveremos.

Es por ello que es altamente recomendable establecer una planificación previa del tiempo que le vamos a dedicar a un objetivo concreto y esforzarse en cumplirlo. De este modo iremos avanzando en nuestro objetivo, y el conocimiento de este hecho reforzará la motivación para seguir adelante. Si vemos que el objetivo para ese día requiere mucho tiempo y no disponemos de él, quizás sea interesante dividir los objetivos en sub-objetivos. Dividir un objetivo en mini objetivos o mini retos más asequibles y planificar las “mini acciones” que permitirán conseguirlos ayuda a focalizar el esfuerzo, así se facilita alcanzar esos logros parciales y estos mejoran la autoestima y proporcionan motivación extra para continuar.

¿Y tú, te vas a dar la oportunidad de demostrarte que si que puedes?

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