Imagina que estas en la playa leyendo un libro, de repente dejas el libro a un lado y posas tu mirada en el horizonte y notas como te invade una especie de estado de seminconsciencia, te quedas como ensimismado/a, ennortado/a, como se suele decir nos quedamos “pensando en las musarañas“. En esos momentos parece que tenemos la capacidad de no pensar en nada, obviar lo que ocurre a nuestro alrededor y no tener que dirigir nuestra atención a nada en concreto. Este estado aparece porque comienza a funcionar activamente una red neuronal llamada “Red neuronal por defecto” entrando en el modo “vagabundeo mental”.
Anatomía de la red neuronal por defecto
Originalmente se estableció la anatomía de la red neuronal por defecto por los aumentos de activación durante tareas pasivas comparadas con un amplio rango de tareas activas. Aproximaciones más recientes han identificado este sistema vía correlación de actividad intrínseca en distintas áreas cerebrales. Las áreas corticales implicadas en la red por defecto incluyen áreas de asociación y no involucran áreas motoras o sensoriales. Incluyen la corteza prefrontal medial (MPFC), corteza cingulada anterior, precuneus, cíngulo posterior, corteza parietal lateral (giro supramarginal y angular) y lóbulo temporal lateral. Las regiones dentro de esta red convergen en la corteza cingulada posterior extendiéndose al precuneus que está conectado fuertemente con el hipocampo.
¿Cómo funciona la red neuronal por defecto?
La “red neural por defecto” fue acuñada por Marcus Raichle y cols. Es una red funcional prominente, caracterizada por una importante actividad intrínseca de un set de regiones cerebrales que están activas cuando la persona mantiene actividad de vagabundeo mental, y disminuyen su actividad cuando la persona ejerce actividades perceptivas, motoras, cognitivas… Este descubrimiento se debe a que se dio cuenta mientras trabajaba con imágenes funcionales por resonancia magnética que cuando los pacientes no hacían nada que requiera atención activaban el circuito «por defecto» que volvía a inhibirse cuando se le ordenaba alguna tarea.
Durante muchos años se ha creído que la actividad de eléctrica del cerebro solo funcionaba cuando se llevaban a cabo tareas o actividades del tipo cognitivo (resolver un problema, montar un mueble…) pero ahora se sabe que esto no es así. Nuestro cerebro sigue funcionando y por lo tanto sigue mandando impulsos eléctricos masivos incluso cuando nos quedamos “pensando en las musarañas” / “soñando despiertos”.
Es precisamente en dichos instantes de aparente inactividad cognitiva cuando se activa la llamada red neuronal por defecto. Esa actividad, así como todos esos procesos empleados en seguir manteniendo el cerebro alerta y en funcionamiento.
Investigaciones recientes muestran que el cerebro humano está preparado para que no disminuya mucho su nivel de actividad cuando nuestros pensamientos se repliegan sobre nosotros mismos. En los momentos en los que quedamos ensimismado, entrando en ese estado de “vagabundeo mental”, podemos entenderlo como un fenómeno que se encuentra en la dinámica de los pensamientos espontáneos, que tiende a estar más restringido que el soñar, pero menos deliberadamente restringido que el pensamiento creativo y el pensamiento dirigido hacia un objetivo, además que se puede distinguir claramente de la rumiación y otros tipos de pensamiento, los cuales están marcados por un alto grado de restricciones automáticas, como es el caso del pensamiento obsesivo.
Para que entendamos, podemos imaginar que nuestro cerebro es una enorme sala de ordenadores de la que depende toda la actividad productiva de una fábrica. Si en las horas de descanso y por la noche se apagaran por completo todos los ordenadores, cada vez que hubiera que reiniciar la actividad de la fábrica, se perdería mucho tiempo sólo en arrancar todos los ordenadores y eso haría bajar la productividad. Por eso, en esa gigantesca sala de ordenadores debe haber siempre algún ordenador específico que se active en los momentos de descanso. Su función sería la de mantener un mínimo nivel de energía en la sala para que la activación de los ordenadores que controlan la producción de la fábrica pueda ponerse en marcha rápidamente al comenzar un nuevo ciclo productivo sin perder demasiado tiempo. Es decir, esa actividad eléctrica de nuestro cerebro asociada a la red neuronal por defecto tendría la función de mantener el cerebro alerta y en funcionamiento también cuando no están activas las funciones cognitivas.
Bibliografía:
Meneses-Mayor, C. Caracterización del Vagabundeo de la Mente en Pacientes con Esquizofrenia.
Vergara, F., & Behrens, M. I. (2013). Red neural por defecto y enfermedad de Alzheimer. Revista médica de Chile, 141(3), 375-380.
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