1968 fue un año convulso para la sociedad estadounidense. La muerte de Luther King marcaba el final de una etapa para el movimiento de derechos civiles, el mismo que había comenzado con el sabotaje a la estación de autobuses de Montgomery, después del incidente en aquel autobús donde Rosa Parks había dejado de ceder su asiento.

Mcarthney compuso Blackbird ese mismo año, el año de la primavera de Praga, del asesinato de Kennedy, del Mayo de París, la matanza de la plaza de las tres culturas en México. 1968 fue el año en que descubrimos la cara oculta de la luna, y además el año en que España gano el festival de Eurovisión.

Mcarthey grabó en una interpretación desnuda esta canción para el disco blanco de los Beatles. La letra es una fábula que nos habla de un mirlo (blackbird en inglés) con alas rotas que espera en la oscuridad de la noche a volar alguna vez para poder ser libre dice algo como:

Mirlo que cantas en plena noche
toma estas alas rotas y aprende a volar
durante toda tu vida
sólo esperabas este momento para alzar el vuelo.

Aprovechando la canción, os contaré la historia del primer hombre que consiguió volar en la historia de la humanidad. Para sorprenderos os diré que esa Español, se llamaba Diego Marín Aguilera, y realizo la hazaña en 1793. Esto sucedió en Coruña del Conde, en Burgos, muy cerca de donde se hallan las ruinas de Clunia, la antigua ciudad romana.

Diego era un pastor y dedicaba las largas jornadas en las que tenia que ejercer su profesión a observar el vuelo de las aves. De vez en cuando se tropezaba con cadáveres de buitres o águilas. Estudió sus articulaciones, sus movimientos, el peso y la simetría de las alas, la función de las plumas… Y así, al cabo de seis años, retomó el sueño que Ícaro había soñado anteriormente, decidió intentar el vuelo.

El pueblo entero lo tomaba por loco, pero aun así se las apañó para que el herrero del pueblo le ayudase a construir un prodigioso artefacto con el que pensaba cumplir su objetivo. Le llevo meses realizar el diseño pero el 11 de Mayo de 1793 subió hasta la parte mas alta del castillo de Coruña del Conde. Antes de iniciar el vuelo dijo «Voy al Burgo de Osma, y desde allí a Soria, y no volveré hasta pasados ocho días». Se arrojó al vacío y fue planeando hasta las eras, al otro del río Arandilla, donde cayó al suelo. Recorrió la nada despreciable distancia de 431 varas castellanas (unos 360 metros).

Por desgracia falló uno de los engranajes que había soldado el herrero. Y a pesar de que volvieron a tildarle de loco se dispuso a realizar otro intento perfeccionando su maquina. Sin embargo esa noche su aparato fue arrojado al fuego para que desterrase para siempre su deseo de volar y no arriesgase más su vida. Triste y abatido por la incomprensión de sus paisanos y familiares falleció a los 43 años en Coruña del Conde el 11 de Octubre de 1800, probablemente sin ser consciente de que se había convertido en un pionero de la Aeronáutica.coruc3b1a_del_conde

En 1993 el Ejercito del Aire colocó un avión T-33 en el mismo lugar desde donde Diego se arrojó al vacío. Podréis ver la extraña imagen de un reactor en medio de un pueblo de Castilla. En 1996 Fidel Cordero realizó una película sobre nuestro osado aviador.

Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen…, para volar hay que empezar corriendo riesgos.

Y esta es la historia de nuestro mirlo español.

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