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Definitivamente no calificaríamos la claustrofobia como el miedo a estar en un lugar cerrado. Muchas personas con claustrofobia pueden estar en este tipo de sitios. Más bien lo definiríamos como el miedo a no poder salir de la situación si uno quiere hacerlo. La claustrofobia es el no poder elegir ni el “como”, ni el “cuando” salir, y también implica la creencia de que algo catastrófico va a ocurrir si no lo consigo.
Cerca de un cuatro por ciento de la población padece este tipo de fobia en mayor o menor medida, y hay casos verdaderamente incapacitantes, en los que el trastorno dificulta muchísimo la vida cotidiana y limita en gran medida al individuo. Algunos de los síntomas más frecuentes los tienes a la derecha.
¿Que siente una persona con claustrofobia?
- Necesidad imperiosa de salir. 100%
- Sensación de falta de aire e hiperventilación. 90%
- Aceleración cardiaca 90%
- Sudoración 30%
- Mareos 40%
- Temblores 30%
Algunas de las personas que acuden a la consulta vienen a raíz de un suceso traumático que no quieren volver a repetir. Esto es, tuvieron un ataque de ansiedad en un avión o un metro, por ejemplo, y han asociado la percepción del espacio cerrado a esa experiencia. Vivieron una percepción tan catastrófica de la situación que no quieren que se vuelva a repetir. Pensaron en ese momento que enloquecerían, se asfixiarían, o no podrían soportarlo, y han asociado que si permanecen en una situación sin la posibilidad de poder cortar la situación escapando, no podrán resistirlo. Esto tiene mas miga de lo que parece en un principio.
A pesar de que los pacientes vivencian el miedo como una amenaza externa, en realidad son conscientes de que son ellos mismos los causantes de las sensaciones desagradables, cuanto más avanzan en el tratamiento más entienden que no podemos achacar el miedo a un objeto externo, sino que se encuentran con que la fuente del miedo es interna. Es como si se hubiesen convertido en bombas que pueden explotar de un momento a otro. La bomba se activa cuando estoy en una situación de la que no puedo escapar y no tengo posibilidad de cortarla.
También encontramos casos que no han experimentado una crisis de ansiedad clara, son aquellos que no presentan un origen definido del problema. Incluso personas que refieren haber experimentado claustrofobia desde que recuerdan. Este tipo de pacientes nos plantean otra perspectiva de tratamiento, que quizás pueda basarse en los hallazgos realizados por Emory Stella Lourenco y Matthew Longo, de la Universidad Londres (Reino Unido). Estos investigadores encuentran que no todos percibimos el espacio de la misma manera. Matthew Longo reconoce en una entrevista reciente: “Hemos encontrado que las personas con más niveles de claustrofobia tienen un exagerado sentido del espacio que les rodea. En este momento, no sabemos aún si es la distorsión en la percepción espacial la que lleva al miedo, o viceversa. Ambas situaciones son probables”.
Igualmente no todas las personas que experimentan claustrofobia tienen el mismo miedo, ya que hay quienes hacen mucho hincapié en la falta de aire, o aquellos que temen el ridículo en publico o que la ansiedad les va a llevar a un estado del cual no van a poder regresar. Tener en cuenta esto puede ser un indicador clave en la eficacia del tratamiento.
Tratamiento.
En ningún caso la claustrofobia tiene porque considerarse un trastorno crónico, y no tiene porque estar acompañándote toda la vida. Un buen tratamiento debe incluir una relación de las diferentes variables que intervienen en el problema. No todas las personas son iguales, al igual que todas las claustrofobias tampoco lo son.
Aunque el tratamiento cognitivo-conductual es el tratamiento recomendado por excelencia sigue siendo insuficiente si no se emplean otro tipo de técnicas complementarias, como las proporcionadas por la terapia estrategica y la A.C.T (Terapia de Aceptación y compromiso).
¿Como podemos ayudarte?
Análisis funcional.
Realizamos un análisis adecuado en una primera entrevista gratuita. Podemos decirte que es lo que te pasa exactamente y en que podemos ayudarte.
Realidad virtual.
Usamos equipos de realidad virtual para realizar una primera aproximación al problema. Realizamos mediciones objetivas de tu ansiedad midiendo la conductancia de tu piel.
Entrenamiento y psicoeducación.
Te enseñamos como funcionan tu mente y tu organismo en ese tipo de situaciones. Te damos pautas para realizar un manejo adecuado de la ansiedad.
Exposición guiada.
Realizamos exposiciones en vivo para que puedas enfrentarte a tus miedos con seguridad.
La realidad virtual es una buena alternativa a las técnicas tradicionales usadas en el tratamiento de la claustrofobia. A diferencia de la exposición en vivo, la realidad virtual permite la estandarización y el control sobre los parámetros de las sesiones de exposición. Asimismo, es particularmente útil para repetir la exposición a las situaciones temidas las veces que sea necesario. Además, previene ataques de pánico y, así, disminuye el riesgo de reforzar el miedo ya existente.