Miedo a salir de la zona de confort: cómo trabajarlo.

¡Sal de tu zona de confort!” ¿Te suena verdad? Para muchas personas proponerse ésta idea es algo tremendamente angustiante, que consideran no está a su alcance y les estancan en realidades que pueden no resultar del todo satisfactorias. ¿Tienes miedo a salir de la zona de confort? Sigue leyendo…

Hablamos del miedo a salir de la zona de confort

La zona de confort es “la zona metafórica” en la que una persona se encuentra al moverse en un entorno de dominio. En la zona de confort, las cosas resultan familiares, conocidas, cómodas, aunque estas puedan llegar a ser desagradables o insatisfactorias, por ejemplo, discutir todos los días con nuestra pareja, puede ser parte de nuestra zona de confort.

Salir de la zona de confort no solo tiene que ver con el miedo a lo desconocido, sino con el miedo a perder lo que tienes, o peor aún, a perder lo que eres.

Contando con la idea de que venimos programados con un cerebro que persigue la seguridad, teniendo como fin garantizar nuestra supervivencia, resulta, para todos, cómo mínimo conmovedor salir de nuestra zona de confort, que no tiene por qué resumirse en un espacio físico, sino en relaciones sociales, rutinas… cuestiones que hemos ido asentando a lo largo de nuestra vida y nos han acabado por hacer sentir esa palabra tan buscada por las personas: seguridad.

¿Por qué salir de la zona de confort?

Mientras para algunas personas salir de la zona de confort puede provocarles un miedo excitante, para otras resulta un miedo tremendamente incapacitante que les hace moverse en los mismos esquemas durante mucho tiempo, o quien sabe, quizá toda la vida.

Tal vez, cuando es el momento de cambiar y cerramos la puerta o cuando nos movemos permanentemente en el “mejor malo conocido que bueno por conocer” la primera pregunta que deberíamos hacernos es ¿Por qué? Quizá, descubramos, que más allá de simple pereza o comodidad, se encuentra un potente miedo a avanzar hacia otro lugar. Esto no es tan extraño, solo estamos protegiéndonos, evitando el posible peligro, pero a veces uno debe preguntarse cuál es el precio que está dispuesto a pagar por esa supuesta seguridad.

Salir de la zona de confort, es una decisión personal más de las que tomamos para seguir creciendo en nuestro camino. Y no, no tiene por qué ser una decisión sencilla, el miedo al cambio es normal, cómo hemos mencionado nuestro cerebro está diseñado para sobrevivir y cualquier cosa que sea distinta puede suponerle una amenaza. Quizá lo que debamos valorar es si estamos dejando que las oportunidades de crecimiento y aprendizaje pasen de largo. El cambio es parte fundamental de nuestras vidas y renunciar a él, es renunciar a las oportunidades de desarrollo que se generan a través del mismo.

A veces pensamos que salir de nuestra zona de confort, es no poder volver a ella, es perderla para siempre, renunciar a la estabilidad por el riesgo, aunque quizá lo que sucede, es que estamos extendiendo nuestra zona de confort, cambiar no significa siempre perder, a veces, significa añadir.

Algunos consejos para superar el miedo a salir de la zona de confort

Da rienda suelta a tus deseos

Proyecta, imagina lo que enciende tu mente. Y es que va a ser ese deseo, esas ganas, las que te muevan, nada más, porque si uno pretende levantarse solo cuando el miedo haya desaparecido, o cuando tenga las cosas absolutamente claras, es posible que se quede sentado más tiempo del que imagina.

Prueba a hacer cosas con miedo

Tendemos a querer deshacernos de esta emoción de manera urgente, siendo capaces incluso de dejar de hacer cosas que nos gustan con tal de no sentirla, cómo si algo terrible nos fuera a pasar por experiméntala. Quizá una de las claves, sea aprender a relacionarnos de otra manera con él, tocarlo, palparlo y por ende desmitificarlo.

Persiste

El cambio puede producir muchas emociones desagradables inicialmente, lo que produce también, muchos abandonos. Recuerda porqué lo estás haciendo y date el permiso de experimentar este tipo de emociones, paciencia y persistencia, poco a poco irás haciéndolo tuyo.

Cristina Luna

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  • Hola,

    Pienso que antes de todo tenemos que identificar cuál es nuestra zona de confort. Debemos mirar nuestros hábitos y rutinas. Las actividades que realizamos repetidamente muestran aquello en lo que nos sentimos más cómodos. Parte de la razón por la que hacemos esto es porque a los humanos nos gusta hacer las cosas en las que somos buenos.

    Creo que la forma más sencilla pero probablemente no más fácil, de salir de la zona de confort es realizar una actividad, física o mental, en la que no seamos buenos o que no hayamos probado todavía. Puede que esto nos de miedo y que nos pongamos un poco ansiosos, pero esto se desvanecerá. Tener coraje es hacer algo que te nos asusta un poco, pero esto es muy bueno para el alma.

    Un saludo,

  • Gracias, si a veces exageramos las posibles consecuencias de hacer uno u otra cosa, y nos dejamos llevar por esa sensación de que estoy mejor aquí.

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Cristina Luna

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