Todos sabemos en mayor o menor medida qué es la depresión pero, ¿sabías que existen diferentes tipos? Ya hemos hablado en otros artículos de uno de ellos, la distimia, así que hoy es el turno de la depresión mayor.
La depresión mayor es un problema de bajo estado de ánimo que, a diferencia de otros tipos, perdura entre dos semanas y dos años de duración, con un conjunto de al menos 5 síntomas que interfieren significativamente en el día a día (de entre los cuales uno debe ser estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o placer), entre los que podrían encontrarse:
Ahora bien, una vez identificado el problema, ¿cómo podemos conseguir solucionarlo? Existen una serie de puntos clave de ayuda que tenemos que tener siempre presentes y que nos van a ayudar a salir de esta situación y evitar que este problema se cronifique en el tiempo hasta considerarse una distimia. No olvides que:
1. Tiendo a ver la vida de forma negativa, pero eso no significa siempre que la realidad sea así. Cuando estoy bajo un estado de ánimo bajo, suelo ver todo de forma negativa y magnifico todo lo negativo. Los pensamientos negativos inundan nuestro día a día, son como una especie de “gafas oscuras” con las que interpretamos de forma distorsionada el mundo. Cada vez que aparezcan este tipo de pensamientos, no los creas directamente, cuestiónalos, reflexiona si lo que te estás diciendo a ti mismo/a es adecuado o no (¿Realmente absolutamente nada tiene sentido? ¿O quizá estoy centrándome sólo en lo negativo y minimizo otras cosas? ¿No hay pequeñas cosas que merecen la pena -por muy pocas o pequeñas que creas que sean-? Y en todo caso, ¿no puedo cambiarlo y mejorarlo? En último término, ¿me ayuda en algo pensar así?) y modifica ese pensamiento por otro más realista y ajustado a la realidad.
2. Cuanto menos hago, más me cuesta hacer cualquier (mínima) actividad. La inactividad es, además de los pensamientos negativos, otro de los principales factores de mantenimiento del problema a medio y largo plazo. Si dejo de hacer las cosas porque no tengo ganas de hacerlas, cada vez haré menos y requeriré mayor esfuerzo (e incluso sobreesfuerzo) para realizar incluso actividades básicas cotidianas como el propio aseo personal o levantarme de la cama. Al revés: no necesito estar bien para hacer las cosas, al hacer las cosas (aun sin estar aún del todo bien) estaré bien. Pruébalo.
3. Es un problema psicológico aprendido. ¡Y esta es la buena noticia! Como se ha aprendido, se puede igualmente “desaprender”. Muchas veces pensamos que es algo totalmente heredado, que viene impuesto y que no puedo hacer nada por cambiarlo. Nada más lejos de la realidad. Por una serie de circunstancias he llegado a esta situación, pero eso no significa que no pueda cambiar y salir de esto; todo lo contrario. Nunca olvides estas tres ideas clave: entender qué ocurre y, sobre todo, saber por qué me ocurre lo que me ocurre es esencial para superar el problema. Si aprendo estrategias eficaces de afrontamiento del problema (como retomar las actividades agradables con las que disfrutaba antes o cambiar mi forma de pensar ante ciertas situaciones, por ejemplo), conseguiré aumentar mi estado de ánimo y salir de esta situación. Hay salida. En Amadag podemos ayudarte.
En nuestras redes sociales, en el podcast La teoría de la mente, en las consultas...…
Los mecanismos de defensa forman parte de nuestra vida cotidiana, aunque no nos percatemos de…
Mientras en occidente se emplea el método socrático para buscar la verdad última de las…
La presente guía fundamental sobre la ansiedad generalizada ofrece información general sobre la naturaleza, síntomas,…
Vivimos en un mundo en constante proceso de urbanización, eso implica grandes cuidades, construcción sin…
View Comments
Es muy positivo lo que se manifiesta en esta pagina, habemos muchas personas que necesitamos ayuda, es un problema muy grande.