TRASTORNO EXPLOSIVO INTERMITENTE… ¿EN QUE CONSISTE?
Nuestro estado emocional es un ámbito importante de nuestra vida psicológica. Gracias a las emociones podemos aprender rápidamente acerca de las consecuencias positivas y negativas de nuestras acciones e incluso lograr una mejor comunicación con los demás. Sin embargo, esto no evita que en ocasiones escapen a nuestro control, lo que puede tener ciertos riesgos cuando se trata de determinados trastornos mentales. Esta vez hablaremos del trastorno explosivo intermitente.
Seguro que alguna vez has conocido a alguien que “se enciende rápido”, alguien que fácilmente puede pasar de ser alguien apacible a transformarse en un ser colérico que no puede controlar su comportamiento. Estas personas no sufren “mala leche”, sino algo llamado Trastorno Explosivo Intermitente (TEI).
Se trata de un trastorno del control de impulsos, y la persona que lo presenta tiene, de forma continuada, episodios rápidos de enfado extremo, rabia descontrolada y agresión impulsiva; totalmente desproporcionados a la situación en que se producen.
Se estima que un 4-6% de la población cumple con los criterios del TEI en algún momento de la vida. Aunque el trastorno puede comenzar en la infancia (debe aparecer más tarde de los 6 años para ser diagnosticado) su inicio es más frecuente en la infancia tardía o la adolescencia (entre los 13 y los 18 años).
Estas personas suelen describir los episodios agresivos como ataques precedidos por una sensación de tensión o activación interior y seguidos inmediatamente de una sensación de liberación. Posteriormente aparecen el cansancio, la culpa y la vergüenza por dichos arrebatos emocionales, que no pueden ser explicados por el consumo de sustancias o lesiones.
Se traducen en crisis súbitas, rápidas y nada predecibles caracterizadas por agresiones verbales o físicas sin previo aviso, ante estímulos inesperados, sin intencionalidad y con un alto impacto negativo. La intensidad de las reacciones puede ser variable en la misma persona: unas veces puede agredir mientras que otras se limita a elevar el tono de voz.
Se trata de un umbral de frustración muy bajo que termina por provocar sensaciones físicas como temblores, taquicardia, palpitaciones y alteraciones cognitivas como pensamiento acelerado e incapacidad para estimar las consecuencias.
Desde un punto de vista neurobiológico esta reactividad conductual, agresiva y desproporcionada sin un motivo ni objetivo concreto, puede deberse a un fallo en el desarrollo emocional; que provoca una alteración en la transmisión de información entre la corteza prefrontal (estructura cerebral encargada de la toma de decisiones) y el sistema límbico (que regula las emociones, especialmente en función de la supervivencia).
Algunos factores que aumentan el riesgo de TEI son:
El tratamiento más habitual incluye terapia psicológica cognitivo-conductual y farmacológica. El uso de alcohol u otras drogas está completamente desaconsejado, ya que puede hacer que se pierda el control con mayor facilidad, y es recomendable la participación activa de la familia o de la pareja durante el tratamiento.
Los objetivos más comunes son controlar impulsos, aumentar la conciencia sobre la ira (reconocimiento de sensaciones previas, identificación de situaciones que la desencadenan) y aprender cómo manejarla, generando conductas alternativas y tratando el estrés emocional que la produce y que de ella se deriva. Generalmente la relajación forma parte de este tipo de intervenciones, así como el entrenamiento cognitivo en atención y control inhibitorio.
De este modo los pacientes aprenden a seguir ciertos protocolos cuando empiezan a notar los primeros síntomas de una crisis y aprenden a regular sus emociones y comportamiento, reduciendo el nivel malestar, tanto el propio como el de su entorno.
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Me siento perdido con la situación de mi familia. Tengo 37 años, estoy casado y tenemos 3 hijos pequeños. Mi mujer lleva más de un año con unos episodios que se identifican claramente con un trastorno explosivo intermitente. He intentado ayudarla de todas las maneras posibles: retrocediendo laboralmente, cambiando de ciudad, empezando una nueva vida, estando más tiempo con ella, escucharla más, ya no sé qué puedo hacer....
No sirve nada de lo que hago. Ahora en la nueva casa se ha puesto a romper todo lo nuevo, y luego cae en el arrepentimiento, intento entenderla pero mis hijos están sufriendo y lo peor es que no quiero que vean esto como normal. Ellos necesitan tranquilidad.
A veces me siento culpable por haber estado con ella y haber formado una familia.
Le he dicho que deberíamos irá terapia los dos juntos para que nos ayuden, pero me amenaza con seguir rompiendo más cosas y me dice que me va a denunciar como un maltratador si sigo a su lado. Me obliga a que me vaya de casa y que no vea a mis hijos. Y a los días se arrepiente y me dice que se va a ir ella, pero luego cede y empieza a comportarse de forma muy tranquila. Así hasta que transcurre una semana y vuelve a la misma situación de ansiedad y de ira descontrolada. Cualquier tema es propicio para ello. En muchas ocasiones comienza a hablar que odia al ser masculino, otras veces que no soporta el comportamiento de algunas madres del colegio, que si tienen mucha suerte de tener a sus padres, etcétera. Pero nunca pone de su parte para arreglar esta situación.
Yo podría haberme divorciado hace tiempo y haber vivido más tranquilo, pero decidí quedarme a su lado e intentar ayudarla. Pero estoy viendo con el paso de los meses que esto va a peor y me asusta la idea de pensar en dejar a mi mujer a solas con los niños. Porque si hace esto cuando estoy yo y también cuando no estoy, ¿quien protege a mis pequeños?
Necesito que mi mujer vaya a terapia o alguien me ayude. No quiero ser mala persona con ella, porque se que ella no es culpable de nada de todo esto; pues ya sufrió ella lo mismo de pequeñita con sus padres, principalmente con su madre. Y no me perdonaría el haberla abandonado. Solo quiero que un profesional de la psiquiatría me ayude. Pero el problema es que ahora la tengo en casa durmiendo con el colchón en el suelo de la cocina, por su arrepentimiento y no quiere levantarse. Por favor, solo puedo Suplicarlo, por favor...
Hola me gustaría saber, al final qué ha sucedido con tu problemática, si lo quieres contar por supuesto. Me siento muy identificada.gracias
Buenas noches mi hija claramente sufre de ese trastorno necesitamos ayuda está embarazada y le dan los ataques cada 10 días es horrible
Hola Claudia, escribenos a info@amadag.com
Hola, me eh sentido mal con la situación que estamos pasando ,es mi esposo el que creo tiene el transtorno explosivo intermitente , rompe las cosas que tenemos en nuestra casa rompió los sillones los vidrios de la ventana y esta situación me preocupa mucho ami por mi hijo que escucha , pero por otro lado me duele dejarlo así en esta situación quisiera que se atendiera con un especialista pero cómo le hago para convencerlo , ayuda.
Como deciamos a Isabel, son situaciones que no debem normalizarse en una convivencia y menos si hay niños delante. Quizás sea más facil que entre en una terapia de pareja que indivisual. indo@amadag.com
Buenas tardes,
Quisiera saber si la frustración puede ayudar a una persona a sentirse más irritada y a que el control se le escape de las manos. Por ejemplo, una familia en vez de ayudarle, trate de atacar a esa persona emocionalmente, y decirle que ese temperamento es "malacrianza" y que deberían darle dos tortas para solucionarlo, es normal que esa persona se sienta con doble de ira y frustración y a veces con dolor de cabeza? Qué puede hacer dicha persona? Esa persona en la infancia o mejor en dicho en la adolescencia alta ya empezaba a mostrar signos de estos, pero en la infancia también fue diagnosticada con la posibilidad de ser PAS. Según dicha persona, esta perdiendo la capacidad emotiva que solía tener. No se como puedo ayudar. O que se ayude.
Hola Irene!
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