QUE SON Y QUE HACER.
Suele suceder. Más a menudo de lo que quisiéramos, de hecho. Estamos en una situación y, sin motivo aparente, y sin saber bien por qué, el corazón empieza a latir más rápido. Más y más. Sientes como si se te saliese del pecho. Y crees que no lo puedes controlar. ¡¿Qué está pasando?! ¿Me estará dando un infarto? Podría tratarse de las llamadas taquicardias por ansiedad. Veamos.
Una taquicardia es una aceleración o aumento de la frecuencia cardiaca, esto es, una velocidad alta del ritmo de los latidos del corazón. En términos generales, se considera la existencia de una taquicardia cuando la frecuencia cardíaca es superior a 100 latidos por minuto, en una situación de reposo.
El hecho de que el corazón lata más rápido en un momento determinado puede deberse a muchas razones o causas, no sólo a una enfermedad física o a un infarto –que es lo primero que a todos se nos pasa por la cabeza-. Por ejemplo, puede deberse en ocasiones simplemente a una respuesta natural del corazón (que puede ocurrir de forma puntual por procesos de homeostasis o equilibrio natural), al practicar ejercicio físico, tras ingerir ciertos estimulantes como café o alcohol… y, sobre todo, como consecuencia de una situación de estrés o ansiedad.
Como acabamos de ver, la taquicardia es uno de los síntomas más prototípicos o característicos de ansiedad, que se dispara tras un estado de activación del cuerpo, que se prepara para afrontar un posible peligro y/o amenaza. El objetivo es bombear más oxígeno a la sangre, para estar más preparados para afrontar esa amenaza, bien atacando o bien huyendo de ella, para garantizar nuestra supervivencia. Y para poder activar esta respuesta de lucha o huida, es lógico, necesitamos más sangre para bombear a las zonas vitales (a mayor oxígeno y sustancias nutritivas en nuestras extremidades, mayor fuerza muscular para atacar o salir corriendo). Ni más, ni menos.
Asimismo, cuando el corazón late más rápido, puede provocar otros síntomas típicos de ansiedad adyacentes, como “saltos” o “vuelcos” al corazón en el pecho (latidos del corazón muy rápidos, irregulares, que aparecen súbitamente y de repente), dificultad para respirar, cierta sensación de aturdimiento o mareo..
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Ahora bien, vayamos a lo importante. Pensarás: si me ocurre algo parecido otra vez, ¿cómo puedo saber yo si me está dando un infarto o si en realidad tengo ansiedad? ¿Y si pienso que es “sólo” ansiedad y resulta que al final es consecuencia de una enfermedad?
En términos generales, existen una serie de características definitorias de una taquicardia por ansiedad que nos ayudarán a identificarla de forma adecuada:
En definitiva, aunque todo lo relacionado con el corazón nos asusta, y mucho, muchas veces las taquicardias se producen como consecuencia de la ansiedad. Es importante aprender a identificar este tipo de taquicardias para no perder el control.