Las emociones son respuestas automáticas que nos permiten relacionarnos con las distintas situaciones que vivimos en el día a día. Son indicadores que nos dan información sobre cómo nos encontramos, qué nos gusta o qué sucede a nuestro alrededor. Esta información nos permite movernos y actuar en consecuencia. Así que, aunque a veces sean molestas, tienen una función adaptativa y nos movilizan a la acción. ¿Cómo atender y gestionar nuestras emociones?
No hay emociones buenas o malas, ni negativas ni positivas, hay emociones agradables – aquellas que toleramos con facilidad y no nos genera malestar sentirlas; y desagradables – aquellas que no toleramos, y que nos genera malestar el hecho de sentirlas. Todas las emociones son funcionales, necesarias y nos dan una información. Es por ello que no podemos verlas como un “enemigo” ni tampoco nos tienen por qué paralizar.
➢ Para poder aprender a gestionarnos con nuestras propias emociones es muy muy importante aprender a convivir con ellas. Es decir, aprender a manejarnos con nuestra emociones implica convivir con ellas, a sentirlas.
➢ Lo que no nos ayuda en absoluto, sino que lo empeora es: luchar contra ellas, intentar eliminarlas, intentar no sentirse de esa manera, eludirlas, apartarlas, distraernos, ignorarlas, contenerlas y por supuesto evitarlas. Todas esas estrategias solo nos generan más malestar.
➢ Atender y gestionar nuestra emociones no significa que “no sentirlas” o hacer algo para poder dejar de sentirnos así.
➢ Si intentamos controlar las emociones, reprimirlas, eludirlas, ignorarlas, suprimirlas tarde o temprano estás saldrán de algún modo – ataques de pánico, llanto incontrolado, ataques de ira desmesurada, conductas desadaptativas, dolores físicos…
➢ Para poder vivir de una forma más plena tendremos que aprender a manejar, transitar, tolerar y convivir con todas nuestras emociones.
ES GESTIÓN EMOCIONAL
NO ES GESTIÓN EMOCIONAL
Podemos sentir más de una emoción a la vez, podemos sentir emociones contradictorias y en ocasiones no puede resultar muy difícil especificar de que emoción se trata. Cierto es, que si le ponemos nombre a lo que estamos sintiendo nos ayudará a clarificar nuestro estado emocional. Es importante dedicar un ratito a pararnos y observarnos por dentro, que es lo que “bulle” en nuestro cuerpo. Busquemos
que notamos en el cuerpo, los síntomas son pistas que nos puede ayudar a identificar la emoción.
Todas las emociones nos dan información, es importante saber y descifrar el mensaje que nuestra emoción nos manda. Algunas cuestiones que nos pueden ayudar a entender y comprender porque nos sentimos así:
Ejemplo: Me siento enfadada, siento mi enfado en mi pecho y tensión en la mandíbula. ¿Por qué me estoy sintiendo así? ¿Qué ha pasado para que me sienta así? => Estaba hablando con mi amiga, contándole una cosa que para mi es muy importante y me preocupa, y ella me ha contestado de malas maneras “que parezco tonta, que eso son bobadas y que no hay que preocuparse por ello” – ¿Qué me quiere decir el enfado? => Entiendo y comprendo mi enfado, porque no me ha gustado como se ha dirigido a mi emitiendo un juicio sobre como me siento y además faltándome al respeto con un insulto. Mi enfado me transmite que sería buena opción poder expresarle como me siento a mi amiga y poner ciertos límites.
Validar es aceptar y dar por lícito lo que estamos sintiendo, sin juicios, sin reproches, desde una mirada más empática y comprensiva. Sin querer modificar nuestro estado emocional, simplemente, dejándonos sentir como en ese momento nos estamos sintiendo. Comprendiendo, entendiendo y abrazando nuestra emoción.
Recordemos que todas las emociones son útiles para nosotros, rechazar la emoción solo nos generaría mayor malestar.
La validación de nuestras emociones nos ayuda a tomar consciencia y tener un mayor autoconocimiento. Validar nos da la oportunidad de poder actuar en consecuencia, si no validamos lo que sentimos no podremos hacer nada con ello después, pues estaríamos negando la propia realidad. Si negamos que algo está sucediendo, lo intentamos reprimir o eludir no podremos modificarlo, no podremos gestionarlo y por lo tanto sufriremos más.
Este último paso es necesario para poder cuidarnos y ayudarnos a transitar por la emoción o emociones que estemos sintiendo, de tal manera que podamos cubrir la necesidad subyacente a lo que estamos sintiendo, esto nos ayudara a calmar en cierta medida, la intensidad emocional, es una manera de autorregularnos. Para llevar a cabo este paso debemos hacernos la siguiente pregunta:
¿Qué puedo hacer con todo esto que estoy sintiendo? / ¿Qué necesito para poder ayudarme y cuidarme en esto que estoy sintiendo? Pararnos a observar e identificar que necesitamos nos abre la opción de poder actuar en consecuencia y consonancia a nuestras emociones. Es importante que saber que no todos necesitamos lo mismo ante las mismas emociones, cada uno de nosotros es diferente y por tanto necesitaremos cosas diferentes. Quizás podamos necesitar expresarle a alguien como nos sentimos, quizás necesitemos escribir y volcar en un papel lo que hay dentro de nuestra cabeza y observar si concuerda con la realidad o son pensamientos distorsionados. A lo mejor lo que necesitamos es dar un paseo, o necesitemos una ducha consciente, o tal vez salir hacer deporte, oquizás escuchar música, o puede que ponernos a leer, a lo mejor lo que necesitamos es pegar un gran grito, podemos necesitar un abrazo o alguien que simplemente nos escuche y nos valide. Una vez que identificamos que necesitamos, lo siguiente que haremos es llevarlo a cabo para actuar en consonancia con lo que estamos sintiendo, de esta manera nos estaremos ayudando a regular de una manera sana nuestras emociones.
BUSCAREMOS CUBRIR LA NECESIDAD DE UNA MANERA SANA
cuidado en caer en conductas de evitación como podría ser beber alcohol o
recurrir a estupefacientes u otro tipo de conductas dañinas para
nosotros.
Darle la importancia que tienen a nuestras emociones nos ayudará a afrontar los obstáculos de una forma adaptativa y validarlas, y darles espacio va a permitir que tengamos una buena regulación emocional. Aprender a gestionar nuestras emociones implica estar plenamente conscientes en determinados momentos. Atentos y enfocados hacia nuestro mundo interno. Puede que al comienzo sea difícil, pero los beneficios son tan grandes que bien valen la pena.
Si yo te digo frases como “Pórtate bien”, "tienes que ser educada", "¿qué se dice?"…
El autocuidado es la manera más sencilla y a la vez más compleja que tenemos…
Hay que tener muy claro que aceptar una realidad no es tarea sencilla, se trata…
Durante nuestro transcurso por la vida nos vamos topando con diversas experiencias tanto internas como…
Carlos y Laura trabajan en la misma empresa. La empresa no está́ atravesando un buen…
Los familiares de personas que sufren problemas de ansiedad se encuentran ante una situación que…