Seguro que a más de uno/a le cuesta mucho reconocer las cosas buenas que nos suceden día a día, y más si tenemos en cuenta la crisis sanitaria que estamos viviendo en la actualidad. Tendemos a focalizarnos solo en aquellos aspectos negativos (abstracción selectiva de lo negativo) pasando por encima y sin valorar los instantes en los que nos sentimos bien y experimentamos momentos agradables. Al estar focalizados solo en las experiencias desagradables dejamos una gran fortaleza como es el humor que nos puede ayudar a fijarnos, a resaltar y dar el merecido e importante valor que tienen las vivencias agradables de nuestro día a día. En el post de hoy te muestro como podemos potenciar y dar espacio a esta fortaleza. ¿Te quedas a descubrirlo?
Martin Seligman hablan del sentido del humor como una de las fortalezas del ser humano, se refieren a una capacidad para experimentar y/o estimular una reacción muy específica, la risa (observable o no), y de esta manera conseguir o mantener un estado de ánimo positivo. El sentido del humor se da cuando somos capaces de reconocer con alegría lo incongruente, ver la adversidad de una manera benigna y provocar la risa en los demás o experimentarla uno mismo.
Se define la risa a su vez, como una reacción psicofisiológica caracterizada externamente por unas vocalizaciones repetitivas (típicamente transcritas en castellano como ja-ja, je-je, etc.), una expresión facial fácilmente reconocible (boca en una sonrisa cerrada o abierta, comisuras de los ojos arrugadas), unos movimientos corporales característicos (del abdomen, hombros, cabeza y en casos de risa intensa en todo el cuerpo) y una serie de procesos neurofisiológicos concretos (cambios respiratorios y circulatorios, activación del sistema dopaminérgico y otros circuitos neuroquímicos, etc.); internamente por una sensación subjetiva reconocible (que llamaremos hilaridad) y de carácter placentero en mayor o menor medida.
Se pueden distinguir dentro del humor el considerado positivo para referirnos al tipo de humor que provoca una risa inofensiva, al menos en intención, diferenciable del humor negativo (agresivo, ofensivo, etc.). También puede hablarse de un sentido del humor positivo, que busca provocar la risa propia o ajena sin ofender o agredir a nadie, distinto de un sentido del humor negativo, que busca provocar la risa incluso a costa de los demás.
Desde el “Manual de ejercicios de Psicología Positiva aplicada: Ejercicios sencillos para incrementar el bienestar” Dafne Cataluña y sus colaboradores (2017) nos proponen unos cuantos ejercicios para potenciar el humor:
Objetivo: Cambiar nuestro estado emocional a uno más alegre.
Descripción: Elige una película que sea alegre y divertida o que contenga escenas que fomenten ver el lado divertido de lo que ocurre.
Un ejemplo puede ser la película “Nuestro último verano en Escocia” dirigida por Andy Hamilton (2014) que relata la historia de una familia cuyos padres están a punto de divorciarse, a pesar de lo conflictivo de la situación consigue hacernos reír con los comentarios de los diferentes personajes que crean un choque distinto a lo que tradicionalmente está “bien visto” decir en determinadas situaciones.
Si es posible recomendamos poder verla acompañado y tras ello comentar las escenas e intentar relacionarlas con situaciones de nuestra propia vida. De esta forma tomamos distancia y minimizamos la intensidad de la emoción negativa que haya podido suscitar esa situación.
Conclusiones: Cuando nos encontramos bajos de ánimo, ver ejemplos de personas que tienen la habilidad de encontrar el lado divertido es una fuente de aprendizaje (modelado). Además, nos permite tener espacios de respiro en los que liberarnos de tensión.
Tiempo: Tiempo que dura la película.
Materiales: Dispositivo reproductor de vídeos + Película
Objetivo: Aumentar el sentido del humor hacia uno mismo.
Descripción: Imaginar las risas de fondo que suelen aparecer en series de humor, cuando al personaje le pasa algo ridículo, ante los propios contratiempos de la vida cotidiana.
Por ejemplo, se acaba la batería del móvil cuando te llama tu suegra, sales de una reunión importante y descubres que llevas la camiseta del revés, etc.
Conclusiones: Son contratiempos de los que poder reírse.
Tiempo: 1 minuto.
Materiales: Nuestros propios contratiempos
Objetivo: Seleccionar momentos puntuales para emplear el sentido del humor, y no utilizarlo indiscriminadamente. En esta tarea se pueden emplear fortalezas tales como: autocontrol, empatía, inteligencia social y perspectiva.
Descripción: Realizar un listado de momentos en los cuales hayas empleado el sentido del humor y hayas sido consciente que las personas que estaban a tu alrededor no entendían tus bromas o no las reían. Analizar un patrón común en este tipo de situaciones. En dichas situaciones qué función tiene para ti realizar bromas: conocer a los demás, romper el hielo, crear buen ambiente, etc.
El sentido del humor en función de cuándo se utilice puede generar rechazo o incomprensión por parte de los demás. Buscar alternativas a las bromas para cubrir ciertas necesidades (integración, sociabilidad, diversión, deseabilidad social, etc.). Alternativas tales como: escucha activa, empatía o conexión empática, delegación del sentido del humor en otras personas, etc. Pensar en una situación concreta donde se pueda emplear dichas alternativas y llevarla a la práctica.
Conclusiones: El empleo del sentido del humor en momentos que procede, nos permite encontrar un mayor equilibrio en dicha fortaleza, además ayuda a que los demás no se sientan “sobrecargados” de bromas y/o emplear el sentido del humor en contextos que sí lo requieren.
Tiempo: 10 minutos.
Materiales: Papel y lápiz.
• Haz sonreír a una persona todos los días a través de bromas, gestos o actividades lúdicas.
• Aprende una nueva broma tres veces por semana y practícala con tus amigos.
• Una vez a la semana puedes ir al cine a ver una comedia, o por la TV o lee un cómic.
• Encuentra el lado divertido de lo que te ocurre.
• Hazte amigo de alguien que tenga un gran sentido del humor.
• Una vez al mes ves con tus amigos a jugar a los bolos, a una excursión, esquí, ciclismo, etc.
• Envía mensajes graciosos a tus amigos.
• Disfrázate en las fiestas.
• Juega con tu mascota todos los días.
• Ves con tus seres queridos a jugar al béisbol, jockey, baloncesto o cualquier otro juego.
El sentido del humor resulta ser una herramienta de gran utilidad para la vida diaria de una persona. Permite la regulación del estado de ánimo incluso en situaciones de estrés agudo. Implementarlo o exponerse al mismo genera regulaciones en el organismo, promoviendo un estado de bienestar y atenuando sensaciones displacenteras producto de la vida diaria.
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