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Echarle la culpa de tus errores a tu naturaleza no cambia la naturaleza de tus errores

Thomas Harris

¿Como gestionar la culpa?

Tenemos dificultades sobre cómo gestionar la culpa. Es considerada una de las emociones negativas que experimenta el ser humano a lo largo de su vida en numerosas ocasiones. A nadie le gusta experimentar esta emoción ya que nos hace sentirnos mal, pero es necesaria para la correcta adaptación a nuestro entorno. Aclarar que aunque se englobe dentro de las emociones negativas, todas las emociones tienen una función adaptativa, es decir una función positiva.

Esta emoción surge de la creencia o sensación de haber infringido las normas éticas personales o sociales hacia los demás (por lo cual otra persona sale perjudicada) o hacia uno mismo. Podemos encontramos ante una culpa causa-efecto, hicimos algo que pensamos que no debíamos haber hecho, o a la inversa, no hicimos algo que creíamos debía haberse hecho y ahora nos sentimos mal.

Para aprender como gestionar la culpa debemos entender que está consta de tres elementos principales:

  • El acto causal real o imaginario
  • La percepción y autovaloración que realizamos del acto causal, es decir, la mala conciencia.
  • El remordimiento derivado de la culpa propiamente dicha.

El sentimiento de culpa puede desembocar con facilidad en tristeza, vergüenza, autocompasión, provocando un cúmulo de emociones que nos hacen sentirnos mal y que además se retroalimentan entre sí dificultando su identificación y por consiguiente su superación.

En ocasiones, el sentimiento de culpa puede llegar a ser tan fuerte que puede manifestarse de manera notoria a través de las siguientes señales:

  • Físicas: la activación psicofisiológica del sentimiento de culpa se manifiesta con dolores en el pecho, estómago, presión en la cabeza y molestias en la espalda.
  • Emocionales: irritabilidad, nerviosismo, y es frecuente que lo identifiquemos como algo parecido a la tristeza.
  • Mentales: autoreproches, autoacusaciones y pensamientos destructivos de la autoestima y valía de uno mismo.

La culpa puede ir en dos direcciones:

  • Intrínseca: Es ese malestar que nos invade por haber cometido un acto (o ausencia de él) y que por ello hemos salido perjudicados. Por ejemplo, presentarse a un examen, suspenderlo y pensar “Si hubiese estudiado más…” Sentirnos culpables por no haber estudiado lo suficiente como para afrontar el examen y poder aprobarlo.
  • Extrínseca: Surge cuando realizamos una conducta (o ausencia de ella) y por ello otra persona (diferente a nosotros mismos) sale perjudicada. Por ejemplo, estar en medio de una discusión con un amigo y le terminas faltando al respeto, lo que hace que tu amigo se sienta herido. Uno se siente culpable por haber herido a la persona.
  • la culpa

CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LAS PERSONAS CON ALTA CULPABILIDAD

  • Se angustian con facilidad, ya que al no sentir que tienen el control sobre sí mismos y el entorno su ansiedad se elevará, y por consiguiente su autoestima se verá mermada.
  • Tienden a infravalorarse y despreciarse a sí mismo, “no valgo para nada…”, se vuelven autocríticos, convirtiéndose en su propio verdugo.
  • Los sentimientos de autoexigencia y perfeccionismo los acompañan en el día a día por lo que serán más propensos a frustrarse.
  • Tienen miedo de equivocarse y cometer errores por lo que ante cualquier contratiempo se sienten un fracaso y tenderán a autocastigarse a través de pensamientos negativos donde se repiten una y otra vez lo poco válidos que son.
  • Necesitan constantemente la aprobación de los demás y de sí mismos, precisan de una constante retroalimentación que ensalce la valía para saber que van por el camino correcto según la propia percepción.
  • Temen al rechazo. Tienen miedo a que los demás los tachen de poco válidos o débiles por lo que siempre estarán intentando dar lo mejor de sí para que eso no suceda.

¿QUE PODEMOS HACER CON NUESTRO SENTIMIENTO DE CULPA?

Lo primero de todo aprender de ella ¿Qué quiere decir esto?, que una función adaptativa de la culpa es el aprendizaje. Es una emoción reguladora y que insta a la reparación y a la evitación de daños futuros. Tenemos que tomarnos nuestro tiempo y reflexionar acerca de lo que ha provocado este sentimiento analizando la situación, esto nos ayudará a entender mejor nuestras vulnerabilidades.

1. El primer paso es ver que es lo que nos está pasando, por qué nos sentimos así, que ha ocurrido para que la culpa se instaure en mis pensamientos y mi conducta. Una vez que lo hemos identificado debemos de ser capaces de valorar de una forma objetiva si realmente hemos cometido un daño por el cual la culpa sea entendible, o es que mi percepción del mismo no es tan real como yo pensaba.
2. Expresa verbalmente, a las personas perjudicadas o implicas (si las hubiese) tu malestar y arrepentimiento asociado al mismo. Hacerles saber cómo te sientes ante lo acontecido es la mejor manera de practicar la comunicación asertiva.
3. Pedir perdón, esto implica reconocer el sentimiento de culpa y poder darle una salida emocional saludable evitando así que el malestar generado por este sentimiento se quede enraizado en nuestro interior. Esto es válido también para la culpa intrínseca, ya que perdonarnos a nosotros mismos y aceptar el error nos encamina a sentirnos mejor.
4. Mostrar nuestra intención de reparar el daño, si éste ha sido un daño objetivo. Las palabras si las acompañamos de una acción en concordancia con las mismas, son el camino correcto hacia el equilibrio emocional.
5. Por último llevar a cabo las acciones reparadoras del daño generado (también hacia uno mismo).

Obviamente, todos cometemos errores de los cuales no estamos particularmente orgullosos pero mirar al pasado constantemente recriminándose por los mismos supone un gasto de energía innecesario que no nos reporta nada positivo. El sentimiento de culpa simplemente nos encierra en un círculo masoquista que se hace cada vez más estrecho. ¡Rompamos con ese círculo! Es importante aprender de las experiencias previas con la finalidad de evitar situaciones que detonen el sentimiento de culpa ya vivida. Por lo cual se deben identificar, de manera previa a la toma de decisiones y acciones, aquellas situaciones que ya hayas experimentado. Una manera de evitar futuras culpas, es el trabajo voluntario o altruista.

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