¿Cómo diferenciamos el vértigo y el mareo?

La ansiedad es una respuesta de nuestro organismo ante una situación que nuestro cerebro interpreta como amenazante o peligrosa, su único objetivo es el de prepararnos y adaptarnos para poder hacer frente a estas situaciones.

Ocurre que cuando nuestro cerebro comienza a hacer interpretaciones erróneas, alertándonos ante situaciones que realmente no son peligrosas, nos prepara de igual manera para una alerta que no existe. ¿Qué ocurre cuando nos prepara? Ocurre que nuestro cerebro comienza a generar adrenalina, noradrenalina y cortisol y serán estas sustancias y las vías de neurotransmisión implicadas las responsables de las diferentes manifestaciones físicas que sentimos cuando tenemos ansiedad.

En muchas ocasiones los síntomas físicos se presentan sin que la persona sea consciente realmente de que tiene ansiedad, manifestando una serie de sintomatología sin una causa aparente.

A continuación vamos a realizar una diferenciación entre tres sintomatologías que pueden llevar a confusión entre ellas, ya que en múltiples ocasiones suelen usarse como términos sinónimos dando lugar a confusión.

Vértigos: El Doctor Jesús Huerta define el vértigo como el síntoma de una enfermedad que se manifiesta en el paciente con fuertes sensaciones de giros bruscos y giros sobre sí mismo, es decir, la persona percibe que él o su entorno se mueve de forma rotatoria. Las sensaciones son bruscas y repentinas. Por lo general este síntoma aparece fruto de una alteración del sistema vestibular del oído interno, que tiene como función mantener el equilibrio del cuerpo.

Vértigo de la altura: Se presenta en un 10% de los individuos aproximadamente. Este tipo de síntoma aparece cuando la persona se expone a lugares con altura considerable. Las personas experimentan una sensación de que las cosas que hay alrededor giran. La vista necesita tener una serie de referentes, como distancia o profundidad. Cuando aparece la altura, no tenemos un referente claro de profundidad y es en ese momento cuando pueden aparecer sensaciones de inestabilidad.

Mareos y ansiedad: Aunque los mareos se pueden manifestar por otras causas, como por ejemplo a causa de un desacuerdo entre el movimiento percibido visualmente y el sentido del movimiento percibido por el sistema vestibular (cinetosis) vamos a centrarnos en los mareos por ansiedad.

Si después de los oportunas revisiones médicas se descarta cualquier causa para asociarla a los mareos, si las sensaciones son persistentes y no aparecen en periodos de tiempo muy puntuales sino que aparecen a lo largo de todo el día, podemos plantearnos la idea de que éste síntoma sea producto de la ansiedad que padecemos.

Cuándo este síntoma aparece de forma recurrente, realizar las ¨más sencillas¨ actividades cotidianas acaba siendo costoso, pues siempre existe el miedo en la persona a marearse y que esa inestabilidad que produce el mareo les lleve a desmayarse. La realidad es que es menos probable que nos desmayemos cuando estamos ansiosos a cuando no lo estamos, esto se debe a que uno de los factores necesarios para desmayarse es que la presión sanguínea descienda y cuando tenemos ansiedad el ritmo cardiaco y la presión sanguínea suben.

Algunos pacientes acusan una sensación de mareo incluso cuando no están expuestos a situaciones que les produce ansiedad, esto también tiene una explicación. La persona ha generado un miedo al síntoma y vive con ideas obsesivas hacia éste, por lo que no hace falta estar expuesto al estímulo ansioso, sino que la sola idea de afrontar un día en el que puedan volver a aparecer, genera ansiedad, y por ende vuelve a desencadenarse el síntoma del mareo.

Para finalizar, os facilitamos el enlace de otro de nuestros blogs donde podéis encontrar información acerca de los factores que pueden desencadenar la sensación de mareo así como algunos métodos de gestión muy interesantes. Acceder aquí.

 

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